La abuela

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Dyspo, Cabba y Neferura estaban caminando e intentando en no hacer ruido por la presencia de varios guardias en el templo

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Dyspo, Cabba y Neferura estaban caminando e intentando en no hacer ruido por la presencia de varios guardias en el templo.

-Ssshhh... No hagan ruido.- Susurro Neferura a los chicos.

-Lo sabemos, esos hombres se ven que se toman enserio su trabajo.- susurro Cabba.

El lugar solo tenía un pasillo muy largo y daba a una sola dirección. La habitación de Iat tasherit.

-Este pasillo es interminable.- dijo Dyspo.

-... Iat tasherit debe estar más loca que Sitamon.- agrego Neferura.

-...- Cabba aceptaba que Neferura tenía razón, Sitamon y Iat tasherit eran una amenaza para la heredera de Beerus, todo el mundo lo sabe eso. La loca de Iat tasherit podía ser más peligrosa.

Lo más curioso de todo era que ningún guardia se dio cuenta de la presencia del grupo, por lo que no tuvieron que esforzarse tanto para hacer ruido ¿Había algún guardia en la entrada de la habitación?

Llegaron a la habitación, no había nadie vigilando la puerta, no había ni una decoración egipcia ¿Tanto odia Nebet hethotep a su abuela? No lo sabían pero decidieron entrar con mucho cuidado para evitar llamar la atención de los guardias

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Llegaron a la habitación, no había nadie vigilando la puerta, no había ni una decoración egipcia ¿Tanto odia Nebet hethotep a su abuela? No lo sabían pero decidieron entrar con mucho cuidado para evitar llamar la atención de los guardias. Al entrar, Dyspo y Cabba vieron que la habitación era literalmente una copia perfecta de la habitación de Sitamon no cambio nada el color ni los objetos que se encontraban ahí.

 Al entrar, Dyspo y Cabba vieron que la habitación era literalmente una copia perfecta de la habitación de Sitamon no cambio nada el color ni los objetos que se encontraban ahí

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No había nadie en la habitación o hasta que si no fuera por Dyspo, Cabba estaría muerto.

La mujer de tercera edad intento apuñalar al joven sayayin pero Dyspo lo puso inmediatamente a su lado para evitar esta tragedia. Los rumores eran ciertos, Iat tasherit estaba loca.

-¿¡Que le pasa?!- preguntó enojado Dyspo.

-¿Quienes son? No se ven... Como siervos.

-Porque no lo somos.

-Oh entonces váyanse, lo ordena la abuela de la heredera.

-¿Abuela? ¿Usted? ni siquiera se si Nebet hethotep sabe de su existencia.- argumento Cabba.

-¿Y? Soy su abuela, punto final.

-Que hipócrita...- Pensó Neferura al oír eso.

-Como sea, queremos saber algo de usted.- Explicó Cabba a Iat tasherit.

-¿Que cosa?

-Es sobre... Sitamon.

-Ah ¿esa?

-¿Como que "esa"?

-Knummerenra .- dijo Neferura, quería saber que pasó para que Sitamon y Iat tasherit enloquecieron.

-Sitamon, mi hija es el fruto de mi amente, estaba casada.

-¿Estaba? ¿Su esposo se divorcio?

-No, el estupido de mi esposo murió unas horas después de haber descubierto mi infidelidad, estaba enfermo.

-Q-Que carajo...

-Cállate, no he terminado.

-...- el grupo estaba callado, no sabían que responder.

-¿En que estaba?... Ah si. Después de unos años vino el señor Beerus a nuestro planeta y nos propuso que Sitamon tuviera a su heredera, Tausert y Beerus nos dijeron que lo pensaremos bien, mi hija acepto pero intento asesinar a esa niña y creo que ahora está encerrada al igual que yo.

-¿Y usted?...

-Oh ¿Yo? Bueno la intenté dársela a unas personas con poder del universo 9 pero el señor Sidra apareció y me acusaron de alta traición, ahora estoy esperando mi condena. Ahora sí, largo.- Ordenó Iat tasherit al grupo, quienes se encontraba confundidos pero aceptaron para evitar cualquier conflicto.

Dyspo, Cabba y Neferura estaban devuelta al planeta de Beerus, estaban consternados por aquella confesión de la abuela de Nebet hethotep

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Dyspo, Cabba y Neferura estaban devuelta al planeta de Beerus, estaban consternados por aquella confesión de la abuela de Nebet hethotep.

-¿Debemos...?- preguntó Neferura.

-No, ella no puede sufrir otro ataque de llanto. Mut está muerta y A'mai está a punto de morir, su padre estará enojado y Whiss nos puede odiar por esto.- dijo Dyspo -Chicos, no podemos decirle nada a Nebet hethotep, ni siquiera al señor Champa.- agrego al final el conejo morado.

Ambos chicos estaban de acuerdo, nadie podía saber que fueron a hablar con Iat tasherit, será un secreto para toda la vida.

Nadie iba a saberlo, menos ellos ¿Cierto?

Nadie iba a saberlo, menos ellos ¿Cierto?

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RenacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora