Hanahaki [Willry | Helliam]

Prólogo, aclaraciones.

     Hace ya un tiempo que William sentía un dolor agudo en el pecho, difícil de soportar, como si el torax se le fuese a partir en dos. Sin embargo, no decidía prestarle atención. No era extraño: todo el cuerpo le dolía crónicamente desde el accidente con los resortes.

      Era inevitable. Verse el cuerpo al espejo, lleno de cicatrices, se sentía más que doloroso. Las marcas lívidas en su piel le escocían cruelmente. Vivía a base de codeína, pero intentando alejarse lo más posible de la dependencia a la medicación.
       El metal le había rasgado todo el cuerpo; pudiese haber sido mortal si Henry no hubiese intervenido a tiempo, jalando de la palanca del robot apenas comenzó a cerrar los resortes metálicos sobre William. Las heridas no eran del todo profundas, pero eran demasiadas y atravesaron la dermis. Fueron las suficientes para dejarlo hospitalizado unos días, necesitando transfusiones urgentes de sangre. Henry fue su ángel de la guarda, figuradamente, pues se ofreció para la donación, angustiado y con un pesado sentimiento de culpa.

       Por ende, debido al accidente, el dolor en el pecho no era algo para extrañarse. O no lo sería, de no ser que se sentía como si se rasgase por dentro de sus órganos. Le cortaba la respiración, y la medicación no siempre ayudaba con esa sensación de... picor.
      Las alarmas comenzaron a dispararse dentro de su cabeza el día en que esa picazón se expandió hasta su garganta, como si tuviese un alambre atascado allí. Se alarmó; tosió y tosió hasta quedar ronco.

      Tosió, tosió y tosió.
      Tosió hasta que de su boca cayó un pétalo de nomeolvides, y palideció. El tierno pétalo cayó sobre los planos de su nuevo proyecto robótico.
       Había oído de la epidemia. De las flores en la garganta, las que eran mortales, pero se creía inmune. ¡Carajo, si estaba casado con una mujer hace más de quince años y jamás sintió una gota de amor por ella! ¡Ni por ella, ni por ninguno de sus tres hijos! ¿Cómo no creerse incapaz de enfermarse? ¿Pero de dónde saldría, entonces, la flor que crecía en sus pulmones?

       William se hiperventiló, mirando a su alrededor y revisando sus bolsillos, buscando la posible procedencia del pétalo. No halló nada más que la misma picazón en su garganta.
        Estaba condenado. De quien quiera que estuviese enamorado, esa persona no le correspondía. Y si la situación se mantenía así por más tiempo, sería hombre muerto. Las flores terminarían el trabajo que el traje del robot no pudo.

       Qué infeliz.

⏝⏝⏝⏝⏝⏝

Aclaraciones del fic:

- Esto es un fic Willry, o sea, Henry x William.

- Si, va a ser un fanfic medio tóxico(? Principalmente angst, en realidad.

- Es mi primer fic en AÑOS, si está medio endeble escrito sepan disculpar :')

- No hay mucho más para agregar. Se aprecian mucho los votos y comentarios <3.