Años después en la academia a Night Raven College,en la cámara del espejo siendo la ceremonia de entrada Azul Ashengrotto retrocedió unos pasos atrás cuando escucho la voz de un chica decir su nombre frente al espejo oscuro ,por la forma de su alma...
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"Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal."
—Friedrich Nietzsche—
Esa noche en que Meredith se reencontró con su amigo, Azul no volvió a soñar con aquella triste melodía que lo llamaba, pues la sirena estaba nuevamente con el, lejos del dominio de la reina en donde su poder no significaba nada.
Algo que siempre azul adoro de Meredith fue la hermosa voz que poseía la sirena, solo escucharla aliviaba su tristeza, ella entre todos los tesoros que hallo en el mar ella era el más precioso.
Ambos compartían un gusto por coleccionar tesoros perdidos en el océano, Azul coleccionaba monedas , antes acompañaba a Meredith explorando barcos ,sus tesoros encontrados los guardaba en una cueva lejos de la mirada de otras sirenas.
A ella nunca le importo la apariencia de Azul, Meredith lo conoció siendo gordito y tímido, pero para la Sirena era adorable y lindo, le gustaba apretar sus mejillas con suavidad, mencionándole lo adorable que era cada vez que se sonrojaba.
A partir de ahora la vería todos los días en la escuela, quiere nadar junto a la sirena como solían hacerlo, pero ahora las inseguridades volvían a su mente, ¿A Meredith le gustaría verlo en su verdadera forma?,¿ seguiría siendo hermoso ante sus ojos?.
El no lo sabía pero su adorada Sirena le habían arrebatado su cola, no podría ir con el al mar de corales mientras el hechizo estuviera sobre ella.
Azul no era un tonto, y pegajoso escupe tinta como lo llamaron otras sirenas, el cambio bastante con los años, lo otro que le preocupaba era que ella se enterara de los tratos que tenía con los estudiantes, pues usaba su magia única, tomando el talento de otras personas usándolas a su favor.
A todo sus clientes eran atraídos por rumores que el mismo esparcía por toda la escuela, decían que el podía concederte lo que desearas, nadie dudaba en firmar los pergaminos dorados, pero cuando llegaba el momento de pagar era demasiado tarde.
Azul era astuto, calculador y codicioso, siempre conseguía lo que quería, no era su culpa que sus clientes fueran unos tontos al firmar sin siquiera leer.
Si ella supiera lo que hace azul de los demás ,tal vez no lo creería, pensaría que solo están molestándolo.
《Ella me protegería, sigo siendo lo más importante en su corazón》
Si ,él es importante para la sirena, en la habitación Meredith abrazo su almohada con felicidad, siempre añoro este encuentro, su corazón se lleno de emoción, sus mejillas se sonrojaron recordando el beso que recibió en su frente, Azul era demasiado guapo así que era imposible no sonrojarse.
El cansancio venció a la sirena, sus ojos se cerraron lentamente, se quedo dormida con una sonrisa en su rostro, el espejo de la oscuridad tenia razón, aquí encontró lo que había perdido, y ese era su preciado amigo azul.
