Mientras tanto, una estruendosa explosión resonó detrás de ella. Una descomunal bola de fuego se encendió a escasos metros, tan abrasadora que sus llamas podrían reducir una roca a cenizas en cuestión de segundos. El espectaculo dejo a Zhishen boquiabierta, sumida en confusión y miedo creciente. Antes de que pudiera asimilar lo que estaba sucediendo, el humo y las llamas se disiparon, revelando a un hombre misterioso frente a ella.
El hombre parecía una encarnación de la arrogancia y la confianza personificadas. Su presencia era como un relámpago en la oscuridad, deslumbrante y temerario. Sus rasgos, esculpidos con una perfección casi inhumana, reflejaban un aire de superioridad que no admitía disputa. Cada línea de su rostro, desde su frente erguida hasta su mandíbula firme, transmitía una seguridad desafiante. Sus ojos, penetrantes como dos brasas ardientes, parecían leer los pensamientos y anticipar cada movimiento de aquellos a su alrededor. Su mirada era un desafío, como si supiera que ningún enemigo podría igualar su destreza. Vestido con túnicas negras y rojas que ondeaban al viento, su porte era majestuoso y altivo, como el de un rey que gobierna con autoridad indiscutible. A su lado, descansaba una espada plateada de hoja afilada y ornamentación intrincada.
Zhishen no pudo evitar sentirse tanto fascinada como desafiada por este hombre de presencia imponente. Su arrogancia y confianza se fundían en una mezcla explosiva que dejaba en claro que estaba frente a un oponente formidable.
"Carajo, lo que faltaba. ¿Y este quién es?"
El hombre con aire de superioridad, dijo:
-"Tiempo sin vernos, Zhishen. Por fin te he encontrado".
Este personaje misterioso despertó en Zhishen una confusión profunda.
¿Quién diablos era él? No lograba recordar a este individuo tan peculiar.
-"¿Eres amigo o enemigo?", preguntó Zhishen.
El hombre misterioso soltó una risita siniestra mientras desenvainaba su espada
-"Parece que has olvidado quién soy", respondió con frialdad. "¿Te has golpeado la cabeza acaso?"
-"Yo..." tartamudeó Zhishen, intentando recordar quien era.
-" No importa", interrumpió el hombre con desdén. -"De todos modos, morirás. Recordar no tiene ninguna importancia. Pero antes, dame La Pildora Refinadora de Almas". Y sin decir más palabras, atacó directamente a Zhishen.
Zhishen sentía un escalofrío recorrer su espalda mientras trataba desesperadamente de encontrar alguna respuesta en su memoria. Pero la confusión nublaba sus pensamientos, dejándola vulnerable ante el ataque inminente del hombre.
-"No tengo idea de quién eres ni de qué hablas", logró articular Zhishen, su voz temblorosa. "No sé nada sobre esa píldora y no tengo nada que puedas querer".
El hombre de negro pareció deleitarse con el miedo y la confusión de Zhishen, su mirada era despiadada y desafiante. -"Veremos". murmuro.
En ese momento crítico, cuando el miedo y la confusión amenazaban con abrumar a Zhishen, un destello de determinación se encendió en sus ojos. Consciente de que debía protegerse, su mente buscó desesperadamente una solución. Y entonces, como si la respuesta hubiera sido convocada por el poder de su voluntad, una espada misteriosamente apareció en su mano. El arma reluciente parecía emanar un aura poderosa. Su hoja resplandecía con destellos de luz, y el mango, decorado con intricados grabados, se adaptaba perfectamente a su agarre. Era una espada que parecía haber estado esperando pacientemente su momento, lista para ser empuñada por la mano adecuada. Zhishen quedó asombrada ante la aparición milagrosa de la espada. No podía explicar cómo había llegado a su mano, pero su presencia infundió en ella una sensación de fortaleza y protección. Como si la espada fuera una extensión de su propia voluntad, se sintió más segura y preparada para enfrentar al hombre de negro.
Con la espada en su mano, Zhishen adoptó una postura firme y desafiante. Ahora equipada con el arma, su confianza se renovó y su determinación se fortaleció.
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"La Veterana: ¿Domesticará a su Marido o Desatará el Caos?"
Teen Fiction¡Atención, atención! ¡Zhinshen ha sido transmigrado misteriosamente al cuerpo de un hombre casado! Sí, así es. Ahora se enfrenta a un desafío: ¡la vida conyugal y los tiempos antiguos! Pero espera, ¿qué hay del esposo? Sí, ese hombre del que todos h...