Coincidencia

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• soft y bonito <3
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"Y en sus ojos descubrió la verdad. Lo amaba, de verdad lo amaba, pero su timidez fue tan grande que se volvió el culpable de la distancia.
Ella nunca quiso separarse, y ahora él lo sabía. Los años de frustración por comprender el porqué de su frialdad no fueron en vano, logrando al fin unir los hilos de aquella historia incompleta..."

—Joooder, ¿en donde habré dejado yo esto?

Escuchó la voz de su amado, reconociendo con facilidad ese tono frustrado suyo.
Dejó a un lado la lectura y miró hacia su derecha, observando a Horacio sentado en ese manto sobre la arena. Vió como este tenía la gran bolsa que trajeron encima de sus piernas, revolviendo con desespero todas las cosas que habían dentro.

Conocía tan bien al amor de su vida que supo de inmediato lo que este buscaba.

—¿Ya buscaste en el bolsillo grande, querido mío?

—Sí, lo revisé tres veces y no está.— respondió sin apartar la vista de los objetos. —Juro que lo he guardado, eh, hasta tú lo viste.

—Así es, te ví guardarlo con todo lo demás.— afirmó con seguridad. —Quizás deba estar en otro bolsillo o...

—¡Ajá, aquí está!

El de cresta sacó del bolso aquello que tanto buscaba: su bronceador especial, el que siempre traía para los días de playa. Muy contento se lo enseñó a Volkov, orgulloso de por fin haberlo encontrado; y para el peligris fue inevitable ocultar una ligera sonrisa. Ver a Horacio feliz, también lo hacía feliz.

—¿Me ayudas con esto?— preguntó y le extendió la botella.

—Claro, ven aquí.

Luego de entregarle el bronceador su novio se colocó frente a él, sentándose de rodillas y con la espalda bien recta.

Aunque estuvieran debajo de la sombrilla, Volkov pudo notar la brillante piel de su amado a causa del sudor. No era de extrañarse, aquel día de verano resultó muy caluroso.

Durante esta época del año, los dos aprovecharon para tomarse unas merecidas vacaciones. Pasaron esas semanas en su casa junto al mar, alejados de todo, disfrutaron y crearon nuevos recuerdos juntos.

La playa era un lugar muy concurrido por ese par de novios. Habían días en los que sólo iban a nadar, otras veces paseaban descalzos para sentir el cosquilleo de la arena en sus dedos, y en ocasiones únicamente se sentaban a relajarse y gozar del paisaje. Y hoy no fue la excepción.

El ambiente trasmitía la calma más pura, con su característico aroma del mar y el sonido de las olas chocando hasta la orilla, acompañados por los ligeros tonos naranjas del cielo que hacían del escenario digno de una fotografía.

Las vistas eran preciosas, pero no tanto comparado al tesoro que tenía frente a él. La estrella más hermosa, la luz hecha persona.

El ruso volcó un poco de bronceador en su mano, y luego de apoyar la botella al lado de su silla comenzó a aplicarle el producto. Con sus dedos esparció toda la crema sobre la espalda del contrario; cubrió cada zona de esta, incluyendo el gran tatuaje de mariposa. De nuevo sonrió, había recordado aquel día donde, tras su reencuentro, decidieron marcar sus pieles con algo significativo, ese sentimiento de cariño mutuo que perduró hasta hoy.

—¿Cómo vas con tu libro?— preguntó el de cresta. —¿Está bueno?

—Sí, está bastante interesante, en el último capítulo... ella se confesó.

volkacio [ one shots ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora