• angst
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———Intentaba dormir después de un día pesado en el trabajo. Acostado en la cama matrimonial, su cuerpo boca arriba y los brazos sobre la manta.
Abrió los ojos perezosamente, observando cómo la gata se movía al lado suyo, aveces subiéndose sobre él, sentándose cerca de su cara, provocando cosquillas en su nariz por la enorme cantidad de pelo.
Mika, su amiga felina, estuvo más cerca de él últimamente. Le seguía a todos los lugares de la casa, le esperaba en la puerta al llegar, incluso se quedaba a dormir a su lado.
Era algo que agradecía. No comprendía exactamente cómo, pero pareciera que ella entendía su dolor y buscaba consolarle.
Se acercó a la mano de su dueño, olfateándola y empujándola un poco.
Él comprendió lo que estaba pidiendo, y empezó a acariciarle suavemente la cabeza.Sonrió de manera leve, algo que hace tiempo no hacía.
No después de aquel día.
Parecía que podría dormir ahora, pero eso no sucedió.
De repente, Mika levantó la cabeza y segundos después su cuerpo, formando una posición de alerta.El hombre alzó una ceja, observando como la gata miraba fijamente la puerta del dormitorio. E inesperado, esta saltó sobre él y se bajó rápido de la cama, yendo directamente hacia allí.
—¿Mika?— preguntó con una voz suave. Se levantó del colchón y no dudó en seguirle los pasos.
La gata se quedó al lado de la puerta, esperando a que la abriera.
Él entendió a que se refería. Así que tomando el picaporte la abrió.La felina salió corriendo del cuarto y veloz bajó las escaleras.
—¡Mika!— exclamó el alto, viendo su manera de descenso. Preocupado, también bajó rápidamente hacia la sala de estar. —¡Mika, ven aquí!
La encontró sentada en el sofá, observando una vieja fotografía.
Suspiró, se acercó hasta ella y la tomó entre sus brazos mientras miraba la imagen enmarcada en la pared.En esta podía verse a dos personas sentadas en ese mismo sofá, en esa misma sala de estar. Una de ellas era él mirando a la cámara, y la otra un chico sonriente, vistiendo un pijama colorido al igual que su cabello en forma de cresta.
Recordaba ese día, fue una de las tantas noches de películas que tuvieron. En donde conversaban y disfrutaban la compañía del otro.
Pese a ser algo que recordaba con cariño, no podía evitar sentir un enorme vacío dentro suyo.
Mika soltó un leve maullido. Él la vió, pareciendo que estaba preguntándole con la mirada.
—Si, Mika.— finalmente respondió. —Yo también lo extraño.
A quien quería engañar. Hablar, o simplemente recordar aquel tema le dolía, dolía demasiado.
Aún no puede asimilar ese hecho, todo pasó tan rápido... y lo que más le afecta, es que se haya ido de la misma forma en la que su hermana lo hizo. Un día antes del que hubiese sido el día más importante y especial en sus vidas.
Y, lamentablemente, no llegó a tiempo.
—Lo extraño, lo extraño mucho...— las lágrimas no dejaban de escaparse de sus ojos. Con la cabeza baja y abrazando a su amiga, liberaba todo ese dolor una vez más.
Han pasado más de tres semanas, y la herida sigue igual de abierta.
—Extraño... la forma en la que me miraba... su sonrisa... sus caricias... lo que me hacía sentir...— podía pronunciar a duras penas, tan solo saber que esos momentos no volverán, haciéndole caer profundo. —Lo extraño tanto...
Sus sollozos eran lo único que podía oírse esa madrugada. Su pecho le pesaba, no podía con tantas emociones. Estaba a punto de derrumbarse, hasta que vió como la gata escapaba de sus brazos.
Volvió a seguirla, esta vez hasta la entrada de su casa, donde la felina rasgaba la puerta.
—¿Qué... qué pasa, Mika? ¿Quieres salir?— preguntó por lo bajo antes de abrir la puerta y observar cómo salió rápidamente de la casa.
Él fue detrás de ella intentando seguirle el ritmo. La caminata no duró mucho, ambos llegaron al pequeño jardín, ubicado cerca del portón de su hogar.
Una vez más, parecía estar alerta, pero segundos después cambió su posición, agachándose y mirando hacia abajo.
El hombre estaba más que confundido. ¿Por qué actuaba así? ¿Y por qué lo trajo hasta allí?
Su mente se llenó de preguntas, las cuales fueron cortadas al oír nuevamente maullidos de su amiga.Era como si estuviera llamándole, invitándole a que se acercara.
Todo esto le parecía muy extraño, y por algún motivo también provocaba una sensación familiar.Fue acercándose lentamente, logrando ver lo que Mika estaba mirando.
Se sorprendió bastante, quedando sin palabras al observar una mariposa posando delicadamente en el césped, destacando por sus tonos azulados."¿Será...?" se dijo internamente. Aquello no podía ser casualidad.
Muy lentamente se arrodilló junto a su gata sin despegar su mirada de la pequeña criatura, ocupándose de no asustarle o molestarle, mirándole más de cerca.
Por más oscura que estuviera la noche, él podía ver perfectamente a la mariposa de alas brillantes.
Extendió su mano con cuidado muy cerca de esta, luego de unos cuantos segundos, sintió como se subía en sus dedos.
Soltó un suspiro entrecortado. Sentía demasiadas cosas en ese momento, era hasta imposible describirlo con palabras.
¿Cómo puede recordarle tanto a él?
Indeciso ante su próxima acción, la criatura alzó vuelo, tomándoles de imprevisto.
Mika se echó hacia atrás en comparación a su dueño, quien presenciaba en silencio manteniendo su posición.Tal fue su sorpresa al ver como la mariposa se posó sobre su nariz, que no pudo contenerse, y las lágrimas no tardaron en recorrer sus mejillas.
Definitivamente no era una casualidad.
Cerrando los ojos y sintiendo el suave tacto en su piel, dejó salir una leve sonrisa.Era como si aún estuviese allí, a su lado, cuidándole y amándole como siempre lo ha hecho.
Podía sentir su presencia, como si este pequeño encuentro fuese una señal.Diciéndole que a pesar de no hallarse físicamente, todavía estaba junto a él. Al igual que él lo estuvo, sin importar que tan dura fuera la situación.
Después de todo, siempre lograban estar juntos una vez más.
El hombre abrió los ojos, acercó su dedo índice con cuidado, logrando que la criatura se posara en este. Miró de reojo a su gata, la cual presenció en silencio toda la escena.
Observó nuevamente a la mariposa y rompiendo el silencio de la noche, casi en un susurro, pronunció:
—Gracias... por haber estado ahí siempre...
Al cabo de pocos minutos, la mariposa alzó vuelo una vez más, para así aterrizar en el mismo lugar donde la encontraron.
Con su muñeca secó sus mejillas y párpados antes de agarrar a su compañera y levantarse por completo.
La felina no dejaba de mirarle, le regaló una sonrisa antes de arroparla entre sus brazos.
Vió hacia abajo una última vez, despidiéndose de la mariposa con su mirada.
—Vamos a dormir, Mika, que ya es tarde.— le habló tranquilo, caminando hasta la puerta y entrando nuevamente a su casa y volviendo a la habitación.
Por fin, después de muchos días, al menos pudo sentir un poco más en paz consigo.
Quizás no estará del todo seguro, pero afirmaba que, en algún momento, volvería a encontrarse con esa mariposa en su jardín.
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.fin. 𓂃 ʚïɞ
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volkacio [ one shots ]
Fanficvarios one shots volkacio de todo tipo (en mayoría soft) -no habrá nsfw -pueden estar basados en el canon o no -no streamers, recuerden que shippeamos pjs, no les mencionen<3 -no tanto texto (creo) -escritos previamente publicados en mi twitter;...