Capítulo XIII - Vacio

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Nunca había visto a Momo tan extraño en toda su vida. Mina se preguntó qué estaba pasando, pero no obtuvo respuestas.

Momo había estado acostado allí mirando el techo durante horas, desde que regresaron de la escuela. No lloró, no tembló, no se desesperó. Ella simplemente se acostó.

-Buenos días... hace dos horas que no estás... - dice Mina, acercándose a la mayor, intentando de nuevo algún tipo de contacto. -¿Que tienes? No suele quedar así.

-Siento que he perdido... todo. No siento nada, me siento vacío por dentro. Uno que no sé si puedo manejar. - Ya había pasado por situaciones similares, pero nunca había sentido exactamente eso. Como si te hubieran quitado el corazón. Como si estuviera muerta, esperando que le quitaran el alma.

-Eso es extraño. No recuerdo que tuvieras esa sensación de vacío. - El menor se sentó en la cama. Pensando un poco en lo que podría hacer.

-Recordemos que no vivo contigo ni un semestre. Claro que nunca me habías visto así... - Momo volteó hacia un lado, viendo la pared llena de dibujos. -Hay cosas que no te digo.

-Actuaste como un imbécil. No necesitaba hablar así. - Dijo Mina, al escuchar a Momo suspirar después. Sabía que su amiga a menudo actuaba por impulso, necesitaba entender. -Hirai, debes entender que no tengo la culpa de lo que está pasando, pero te ayudaré.

-Me gusta Sana. - A Momo ya no le importaban las consecuencias de sus palabras. Como dije, sentía ese vacío que no puedo lidiar con ello. -En el almuerzo fui al baño y ella estaba ahí. Nos encerró allí y follamos en la escuela.

-Momo... esto es idiota! Ella es una idiota, además, ¿sabes el riesgo que tomaste? ¡Si alguien sospechara que podrías ser expulsado! ¿Tu eres loca? No es porque te guste que-

-¡Cierra la boca, Myoui! - interrumpió Momo, levantándose bruscamente y sentándose en la cama. Su cara estaba irreconocible, era odio. -¡Me deshice de mi madre y no fue para tener otra, que es más joven que yo! Sé lo que hice, sé las consecuencias que pudo haber pasado, pero ya pasó, ¿Qué quieres que haga? ¿Regresar en el tiempo? Y cuando te follas a tu novia por todo el mundo, ¿crees que es apropiado criticarme?

Myoui si ella permanecía en silencio, no estaba reconociendo a su mejor amiga. Nunca la había visto tan violenta, ni la había oído maldecir con tanta furia.

Momo se levantó, poniéndose el abrigo y las zapatillas.

-¡No dejaré que hables así de Tzuyu! Esta conversación ni siquiera la involucra a ella, ¡dónde follo o no es mi problema! - Mina se levantó, dirigiéndose a Hirai quien la miró con cierto desprecio.

-Donde follo o no es mi problema, Myoui. Si quiero follar en la plaza, en el centro comercial, aquí en toda la casa y el problema será enteramente mío. Deja de entrometerte. - Momo se giró y salió de la habitación, Mina se quedó de pie en el mismo lugar. Una hora los dos estaban hablando súper normal y en otra, Hirai la miró con desprecio. No sabía lo que estaba pasando, no sabía si su amiga estaba asustada, nerviosa o había perdido el sentido después de todo eso.

Ahora estaba sola en la calle, sin querer hablar con nadie, su celular en modo avión. Si había algo que Momo sabía hacer era desaparecer, pero cada vez que eso pasaba, algo terrible podía pasar.

Mina tomó su celular, llamó a la persona con la que menos quería hablar y ni siquiera sabía por qué tenía ese número.

-¿Quien habla? - Respondió esa voz que irritó a Mina.
-Soy yo. Myoui. Necesito hablar de Momo, Sana...

-Oh... Puedo explicar...

- ¿Ella sabe dónde vives?

-Tu sabes tu sabes. Cuando decidimos dónde sería el trabajo, le di el mío y ella también...

- ¿Puedes decirme si ella está allí?

-¿Por qué vendría ella aquí?

-Salió de la casa, está irreconocible. Me maldijo, dijo mierda. Cosas que normalmente no dice. No reconocí la mirada de mi mejor amiga, y siento que ella está así por la culpa- Mina respiró hondo, sabía que los sentimientos no eran culpa de nadie. -Ella es así porque no sabe lo que siente por ti, Minatozaki...

-¿Tú... crees que podría gustarle? - Sana mantuvo cierta excitación, lo que estaba sintiendo podía ser recíproco. Pero necesitaba mantener la calma, la situación era desesperada.

-Estoy casi seguro, y no me gusta, créeme. Mina suspiró, rodando los ojos. -Pero si le gustas, no puedo estar en contra. Me estaba imponiendo que me dijera que me callara, y eso dolía...

-Si ella viene aquí en casa, te lo haré saber. No se preocupe. Lo encontraré.

-Gracias, Minatozaki. - Mina colgó, sintiendo que la preocupación se apoderaba de ella cuando empezó a temblar. Momo apenas conocía la ciudad, solo conocía algunos lugares. Siempre que ella era impulsiva, cualquier cosa podía pasar. El barrio donde vivían era noble y bullicioso.

 Fácilmente podría ser atropellada, chocar contra un edificio y tirarse, o incluso saltar de un puente. -Momo que sucede contigo?....

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