CAPITULO 3

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Taehyung estaba muy orgulloso de sí mismo por no besar a Seokjin ni abandonarlo para comenzar algo con Suho. No, fue el amigo bueno y responsable para variar, metiendo a Seokjin en la cama cuando comenzó a roncar momentos después de rogar por un beso, quitándole las botas y asegurándose de que el cuenco del vómito estuviera justo al lado de él. Luego revisó el refrigerador, asegurándose de que tuviera los ingredientes para un desayuno con resaca allí, antes de desplomarse en su propia cama, solo. Dios, había estado tan cerca de aceptar el ofrecimiento de Suho de festejar en su casa. Si Seokjin hubiera estado solo un poco más sobrio, habría ido totalmente por ello, pero Seokjin era una resma de papel al viento y continuaba mirándolo como si confiara en él para mantenerlo a salvo. El tipo debería saberlo mejor antes que confiar en alguien como él.

¿Y Dios, cuando Seokjin había sugerido bailar aquí? ¿Todos esos músculos frotándose contra él con un propósito? ¿Grandes ojos interrogantes pidiendo un beso? Mierda, Taehyung estaba listo para la santidad en este momento. Después de horas de bailar, Taehyung también estaba caliente como el infierno, y su cerebro derivaban a pensamientos de lo que un beso con Seokjin podría haber sido... mierda, ¿tenía que tener una boca besable con suaves y esponjosos labios rosados? Pero masturbarse pensando en Seokjin con él durmiendo a una fina pared de distancia era un poco demasiado, incluso para Taehyung. En cambio, golpeó su almohada y esperó por los dulces tonos de Seokjin vomitando sus tripas. Dichos sonidos llegaron a primera hora de la mañana y Taehyung se despertó solo para asegurarse de que el chico supiera dónde estaba el cuenco.

—Oh Dios mío, nunca volveré a beber de nuevo —dijo Seokjin mientras Taehyung lo llevaba al baño.

Taehyung enjuagó el cuenco del vómito, tan asqueroso, mientras Seokjin vomitaba en el retrete. Mojó una toalla con agua fría y se la entregó a Seokjin para que limpiara su rostro cuando terminó.

—Gracias. Lo siento hombre, no suelo beber de esta manera. —Seokjin se enderezó, limpiando su rostro y su cuello con el trapo. Y así como así, todos los escudos de Seokjin aparecieron de nuevo en su lugar. Ya no era más el chico vulnerable pidiendo un beso. No más mirada hambrienta. Solo un tipo resacoso buscando el cuenco del vómito.

—No hay problema. —El tono de Taehyung era demasiado rígido. Por Dios. ¿Seriamente iba a estar dolido porque Seokjin estuviera retrocediendo?

—Oh, ahí estás. —La voz de Seokjin se tornó cálida y dulce cuando se dejó caer sobre una rodilla, persuadiendo al gato de Taehyung, Edong, para que entrara en la pequeña habitación. Dirigiéndose a Taehyung, dijo —Durmió conmigo. Me ayudó cuando la cama giraba.

Pudo haber sido imaginación de Taehyung, pero juró que había una nota de melancolía en la voz de Seokjin, como si estuviera triste por estar solo en la cama, que solo era... mierda. Taehyung no estaba equipado para lidiar con un chico heterosexual confuso que pasaba de distante a dulce en un instante.

—Edong usualmente se mantiene escondido —espetó Taehyung, demasiado áspero otra vez, pero maldita sea, el gato rara vez dormía con él y Taehyung alimentaba a la maldita cosa, le daba sus medicamentos, y mantenía su largo pelo tan libre de enredos como la bestia maloliente lo dejaba. Su otra gata, Eomuk, también era del tipo que se ocultaba cuando había extraños en la casa, ella probablemente estaba bajo la cama de Taehyung en este momento.

—Umm. ¿Lo siento? —Seokjin le lanzó una mirada inquisitiva—. Generalmente le gusto a los animales. No sé por qué.

—Está bien.—Taehyung levantó a Edong en sus brazos. —¿Listo para dormir más antes de la próxima ronda de vomitona? Lo dejaré en la cama de Wooshik por ti.

—Sí... —dijo Seokjin lentamente, dándole una mirada que no pudo descifrar. —Supongo que podría dormir. Gracias por todo hombre.

Taehyung pasó junto a él para dejar al gato y hubo un momento, un instante realmente, cuando se rozaron sus pechos y el recuerdo del baile juntos fue tan fuerte que Taehyung juró que podía escuchar el golpeteo de la música del club. ¿Por qué tienes que ser heterosexual? quería gritar Taehyung, especialmente porque era muy jodidamente claro que Seokjin realmente no lo era. Lo que Taehyung quería hacer era besarlo, tumbarlo sobre la cama de Wooshik, y cuidarlo hasta que la vulnerabilidad se hubiera ido de sus ojos otra vez. Pero no lo hizo, en cambio rompió el contacto visual y dejó caer al gato sobre la cama.

CASA (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora