𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔🥀 𝖉𝖔𝖘

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En el calor del silencio,
cuando te toma
te estruja desprevenidamente
te asfixia con el ruido estático
Y en la bruma, florece.



Chan entra a la casa, sus pies no hacen ruido contra el suelo cálido de madera, siente el agradable olor que conforma su hogar, su aroma mezclado con el olor del omega.

Las ventanas se mantienen cerradas, con las cortinas corridas brocadas y la calefacción encendida, un agradable calor derritiendo el frio del exterior. Y sonríe dirigiéndose hasta el lugar de donde proviene el ruido y Felix está en la cocina, revisando el horno, murmurando para sí, ajeno que ahora Chan está ahí.

Y Chan se derrite ante esa imagen, con Felix murmurando algo ininteligible, lleva unos pantalones cortos que son del alfa y una delgada camiseta manga larga, se ciñe al torso, lo único que hace es resaltar sus delicados huesos de ave.

Y el alfa se pierde en la delicada curva del vientre del omega.

Tiene ocho semanas y aun es tan pequeño, recién se está mostrando como si su bebé fuera aún muy tímido en el vientre de su padre y no está listo para exponerse del todo.

De repente Felix gira hacia su dirección y salta.

—¡Chris! —farfulla y Chan se ríe —me asustaste.

—Lo siento, solo me distraje un poco.

Y su mirada vuelve a caer en el vientre del contrario, sus pezones resaltan bellamente contra la camiseta beige.

Chan se acerca lentamente y siente el espeso aroma del omega.

Hay algo en su olor que simplemente lo vuelve loco, que le dan ganas de permanecer pegado a él olfateándolo.

Aunque Felix no lo ha perfumado desde que le contó que estaba cargando, a estas alturas es innecesario, teniendo en cuenta el tiempo que pasan juntos y que comparten habitación. Aun así, esa vena posesiva del alfa de poder olerlo lo enloquece.

Chan acaricia la suave mejilla pecosa de Felix, y las pestañas del omega tiemblan contra su pulgar como alas de mariposa hasta que se cierran, una sonrisa florece, iluminando su rostro, con vehemencia sus dedos acarician las pequitas. El alfa adora la forma en las que estas se encuentran dispuestas por toda esta piel como si el polen hubiese estallado en una carcajada de la vida y se hubiese impregnado por todas partes.

Sus dedos vuelven a recorrer delicadamente las pestañas claras, el puente de la nariz hasta la punta de botón, descendiendo por el arco de Cupido hasta posarse en los labios carnosos.

—Tan bonito.

Y Felix se estremece. Cuando él abre los ojos tiene las pupilas dilatadas, un halo dorado visible únicamente.

Es una imagen salvaje que a pesar del tiempo que han compartido juntos, no termina de acostumbrarse, solo es su Omega dejando dominarse por su lado más salvaje, despertando en Chan un deseo de dejarse llevar de la misma manera.

—Chris —jadea húmedamente el omega, depositando un beso en su pulgar. Siente que los dientes rectos raspan la almohadilla de su dedo.

Y Chan como siempre, cede, perdiendo los papeles.

Ambas manos se aferran al delicado cuello permitiéndose sentir al fin esos huesos de ave, no aparta la mirada del hermoso rostro y se inclina.

Él gime en el beso y Chan se derrite, siente que este calor arde desde su interior...

Las flores más hermosas nacen en invierno [Chanlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora