Querido Cristo:
Ha sido una lucha ardua desde que juntos emprendimos este camino. Desde que te presentaste a mi vida he sentido que he peleado más de lo que he batallado jamás, se me hace un tanto extraño pensar que debo seguir en esto pese a todo lo que he vivido, pero, ya no sé vivir sin ti y bueno tampoco es como que me hayas dado opción...
Desde que golpeaste mi puerta y yo sin saber quién eras te abrí, empecé a querer arrancar de ti porque eras muy perfecto para mí y a día de hoy sigo sintiendo que no soy merecedora de tu amor, pero ahí sigues, aferrándonos, como si no pudiéramos vivir uno sin el otro. He huido más veces de las que puedo contar, pero ahí vas tú en tu inmensidad a buscarme y persuadirme a tu manera tan perfecta para que vuelva a casa y me vuelves a enamorar; hasta el punto de que me hiciste dependiente de ti y ya ni me hago la idea de arrancar porque si me aparto siento que me muero.
Cuando me alejo siento que me falta el aire y que no estoy completa... y es que tú llegaste a completarme.
Es extraño saber que te has vuelto el oxígeno que necesito para respirar, el alimento que encuentro para capear el hambre y el agua que necesito para saciar mi sed, pero lo extraño no es eso... lo extraño es que jamás te he podido ver, nunca te he podido tocar y a veces me angustia porque por más que me hayas dicho que esto es por fe, tengo la necesidad de querer conocerte cara a cara y palpar tu piel, tocar tu rostro, tomar tus manos y hacerte saber de frente la inmensa gratitud que tengo hacia ti, porque sin tocarte, sin verte, sin siquiera olfatearte, tú me salvaste. Tú me amaste e hiciste que yo te amara...
Eres el único amor que he conocido y sinceramente no deseo conocer otro porque contigo lo tengo todo. Comenzamos nuestra relación hace un poco más de seis años y creo que por fin entendí que todo lo que has hecho ha sido por mi bien y para mi bien, porque tú me amas.
Y si sigo con esta sinceridad, debo decirte que aun quiero enamorarme más de ti, porque siento que no te he dado lo suficiente y yo quiero darte todo lo que soy, porque tú ya diste todo por mí... entregaste tu vida para salvar la mía. Aceptaste ser humillado, flagelado, inmolado, crucificado y cuanta barbaridad más soportaste solo por amor. Me limpiaste con tu sangre derramada en la cruz del calvario, hiciste lo que nadie pudo y me perdonaste y ahora, cuando yo entendí todo eso, también me justificaste ante mi Padre, ante tu Padre.
En mi condición yo no soy nadie, no tengo nada, pero tú me miraste de una manera tan linda, que me llamaste la niña de tus ojos, pueblo escogido y real sacerdocio. Viste mi condición y aun sin ser nadie decidiste amarme y hacerte uno conmigo. Me llamaste hija, me diste ese lugar que en ningún sitio hallaba e inesperadamente mi lugar se volvió tu destino y mi destino tu lugar. Porque en el sitio que habitas es donde yo quiero morar.
Tomaste forma de hombre por amor, caminaste en humildad y obediencia, fuiste perfecto, recto e inconmovible y aun así fuiste capaz de sufrir por esta descarriada pecadora, aun sin haber cometido pecados, decidiste morir por los míos. Y es que solo lloro cuando pienso en todas estas cosas, porque solo así puedo notar lo generoso que has sido conmigo mientras yo tantas veces te he dado la espalda.
¡Ay, mi Cristo! ¿Cómo haces para seguir amándome cuando yo tanto te he fallado? Yo no hice nada como para que tú me amaras y aun así lo hiciste... no soy digna de ti, mas aún así llegaste tú a golpear mi puerta, llegaste tú a consolar las heridas de mi corazón y llegaste a reparar los fragmentos rotos de mi vida para luego hacerme crecer y decir que para ti soy más que importante.
Te transformaste en mi mejor amigo, en mi compañero, en mi aliado, en mi Maestro... te diste y te sigues dando el tiempo para enseñarme y corregirme. Has sido mi consejero, siendo tú el Rey, bajaste de tu trono para servir a mi vida como un siervo dispuesto a atender mis peticiones. Te transformaste en mi psicólogo, en mi doctor, en mi consolador y en la razón de mi existir. Y es que tú llegaste cuando todo era gris. Mi socorro eres tú y mi alma parece estar pegada a ti, para mí es inexplicable, pero sé cuan real eres por más loca que me han llamado. Y es que no es invención mía todo lo que has hecho y el cómo tu diestra me ha sostenido y tu mano se ha asido diariamente sobre mí para bendecirme.
Si la gente supiera lo bueno e increíble que has sido conmigo, yo creo que todos querrían conocerte, porque intentarían ver si con ellos también serías así y lo cierto es que sí, porque tienes tanto amor dentro de ti que lo que hiciste una vez lo puedes volver a hacer, así como lo has venido haciendo todo este tiempo. Y como contigo aprendí a no ser egoísta, me veo en la necesidad de querer compartir tu amor con otros para que los ames de la misma manera o incluso más de la que me amas a mí. Y es que simplemente me quiero gozar en ti, habitar bajo tus alas y morar todos los días de mi vida en tu presencia... es que contigo lo tengo todo, sin ti nada me falta y también teniéndote a ti conmigo, todo lo puedo. No existen imposibles si tú estás conmigo.
Quisiera decir que yo te amo tanto como tú lo haces conmigo, pero ambos sabemos que eso no es así... porque nadie en esta tierra sabe amar como tú y por más que lo intente, nuestros amores no se asemejan porque el tuyo siempre es mayor. Pero debes saber cuan agradecida estoy. De alguna forma derrocho amor por ti, pero sé que este es pequeño si lo pongo en balanza con el tuyo y que tampoco es digno de ti, pero es lo único que tengo.
Y es que nada más tengo para ofrecerte que mi mismo corazón que día a día se humilla e inclina a tu presencia por ese amor que tú derramaste a mi vida. Muchas gracias, mi Señor Jesús por lo bueno que has sido.
Gracias por haber sido y ser mi luz en mis tinieblas.
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Luz en tinieblas: Dios lo sigue haciendo.
SpiritualLuz en tinieblas, es un conjunto de escritos que nos recordarán la grandeza de nuestro Rey, Rey que por amor a nosotros se hizo siervo. Él es nuestra luz en la tempestad y este pequeño libro es para que recuerden la gracia y misericordia que ha impa...