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JeongIn soltó un suspiro de satisfacción cuando el timbre sonó anunciando que era hora del almuerzo

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JeongIn soltó un suspiro de satisfacción cuando el timbre sonó anunciando que era hora del almuerzo.

—¡JeongIn!—el Alfa volteó a ver a quien lo llamo y era Han Jisung, su amigo o más dicho quien más lo cuidaba en la escuela—. Hoy vamos a la cafetería, se que no te gusta estar cerca de tanta gente, pero Minho y los demás te quieren contar algunas cosas.

—Esta bien Hyung—dijo el Yang, no quería discutir, aunque estaba nervioso desde el día que el Suh lo llevó a su casa, cuando su madre le dijo tal mentira a MingJun.

—Vámonos entonces pequeño Alfa.

JeongIn empezó a caminar junto a Han que parecía ir muy feliz hablándole sobre algún asunto que el Yang ignoraba en esos momentos. Estaba nervioso el día de ayer cuando quiso explicarle al Suh sobre lo dicho por su madre, MingJun no había ido a clases o eso creyó JeongIn, ya que cuando fue la hora de la detención el Omega nunca apareció.

Ahora no tenía la extraña valentía que había poseído el día de ayer y si veía a MingJun de seguro saldría corriendo aterrado. Pero lo que no espero fue que al entrar en la cafetería —en la cual se encontraban desde los del edificio A hasta los del Edificio E— hubiera un alboroto, y como la persona con la que JeongIn iba —osea Jisung— era chismoso ambos quedaron entre el gentío tratando de ver qué ocurría, y al verlo JeongIn supo la razón del escándalo.

Mingjun estaba usando una falda.

El omega que le había roto la nariz a un estudiante de último año del edificio C estaba usando una falda que le terminaba casi a media pierna.

JeongIn no entendía como es que esa falda de cuadros de las que usaban sus compañeras se le veía tan bien al Suh que solo seguía comiendo tranquilamente a pesar de que la mayoría de los presentes estaban hablando sobre él, algunas cosas buenas, pero otras malas, muy malas.

—A ese chico le falta un tornillo, esta loco para ponerse una falda, habiendo tantos Alfas Hormonales—susurró Jisung de forma bajita, solo para que JeongIn fuera capaz de escucharlo.

—A mi parecer cualquier Omega puede ponerse lo que guste.

—Pero no se puede JeongIn, alguno de esos Alfas lo tomará como una invitación a follarsel...

—¡No!, Hyung disculpe pero no comparto su opinión, no importa lo que un Omega se ponga, aún habrá un Alfa que querrá aprovecharse de esa persona, y siempre usan la excusa de que el Omega los provocó—exclamó JeongIn claramente molesto, sin darse cuenta que todos se habían callado para escuchar lo que decía, y que MingJun lo observaba con una pequeña sonrisa—. Y sabe si puede ser que a Suh le falte un tornillo, pero es una persona que sabe lo que es correcto y lo que no lo es, y creo que esa falda le queda muy bien.

—Gracias Yang—ante esas dos palabras JeongIn quedó paralizado, para voltear a ver a la mesa donde estaba MingJun, que le sonreía, bien ahora si era un buen momento para que la tierra se lo tragara.

Mingjun solo se mordió juguetonamente el labio inferior, más al ver cómo Jeongin empezaba a temblar, y a tartamudear, ese Alfa no era tan idiota como había creído, por lo que el Suh se levantó para acercarse al Yang, que retrocedió unos cuantos pasos, pero aún así el Omega lo alcanzó y quedaron frente a frente, o fue así hasta que el bicolor lo tomó de la mano para empezar a caminar fuera de la cafetería llevándolo con él.

Y los murmullos aumentaron.

《———◇———》

—Prueba esto—pidió MingJun pasándole una porción de kimchi a JeongIn que lo recibió para empezar a comerlo—. ¿Qué tal está?

—Sabe muy bien—dijo JeongIn para darle otra mordida a la porción de kimchi—. Suh ¿por qué haces esto por mí?

—¿Qué cosa?

—Yo....pues tú osea me sacaste de la cafetería.

—¡Ah Eso! Verás JeongIn sabía que te dirían un montón de insultos... digamos que supe que clase de alfa eres.

—Entonces ya sabes que soy un inútil y para nada normal Alfa.

—No, ahora se que eres un gran chico que no juzga a un Omega solo por lo que use de vestimenta—y el Yang quedó en shock—. ¿Por qué me ves así?

—Yo... tú es que nadie me había dicho algo así, a menos que fuera mi mamá.

—Y hablando de tu madre, ¿De verdad te gustó?—tierra tragame fue lo que pidió mentalmente JeongIn, para volver a mirar a MingJun que parecía estar expectante de una respuesta—solo dime, si o no, además si fueras otra persona probablemente ya tendrías un ojo morado, pero después de lo de hoy, te dejaré que me des una explicación.

—Y-Yo... verás es que mi madre.. yo le hable sobre ti y ella cree que tú me gustas, lo cual no es así, ja tu y yo juntos no es algo muy probable ya que tú... —y JeongIn se detuvo ante la mirada extraña de MingJun—. No es que... osea eres un Omega muy lindo y tu carácter es aterrador en cierto sentido, pero me refería a que no te conozco lo suficiente para decir que me gustes, bueno si me gustas pero a la vez no.

Mingjun solo soltó una carcajada, esa había sido la peor explicación que había escuchado.

El timbre sonó anunciando el fin de hora del almuerzo. MingJun se levantó y empezó a guardar los recipientes donde había llevado su almuerzo; JeongIn lo ayudó y cuando todo estuvo recogido, ambos bajaron de las gradas que estaban en la cancha de fútbol.

MingJun empezó a caminar hacia su edificio de estudios, en cambio JeongIn quedó estático donde se encontraba, pero pronto vio como el omega volteaba a verlo.

—¿Quierés ir al cine conmigo mañana?

—¿Eh?... creo que sí.

—Bien, nos vemos luego en detención.

Y MingJun se fue dejando al Alfa aún sin procesar esas palabras.

Y MingJun se fue dejando al Alfa aún sin procesar esas palabras

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¡Desvergonzado!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora