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Adornos por todos lados, era lo que había en casa de la Familia Yang-Suh; osea la casa de JeongIn, MingJun y su futura bebé.

Ese era un día de fiesta, sería el baby shower para celebrar el pronto nacimiento de la pequeña Yang.

Dos meses más habían pasado volando.

—Señor Ten, ¿dónde coloco esto?—preguntó Seongmin entrando a la sala, con los mini-recordatorios hechos por él y MingJun.

—Colocalos en la mesa de el jardín, junto a los bocadillos—el chico estuvo de acuerdo y, salió de la casa para seguir las indicaciones del mayor.

—Suegro—llamó está vez JeongIn acercándose a donde estaba Ten, que sonrió al ver al alfa con ropas color celeste—. ¿Me podría ayudar con MingJun, oor favor?

—¿Qué le ocurrió?

—Mejor venga a verlo por usted mismo—el Omega asintió.

Subió las escaleras junto a su yerno que estaba nervioso. Al entrar a la habitación que compartían JeongIn y MingJun, pronto supo sobre la "situación".

—¡ESTOY GORDO MAMÁ!—gritó MingJun mientras lloraba, provocando que el maquillaje, que Seongmin le había colocado, se corriera un poco en especial la parte del delineado— ¡Parezco un globo! ¡ESTOY HINCHADO!

—Junnie, no es para tanto...

—Si es para mucho, ¡ya ni veo mis pies!

El mayor miró a JeongIn, que con solo ver la mirada de su suegro, entendió que debía salir. De inmediato acató la orden, y Ten se acercó a su hijo.

MingJun gruñó al sentir a otra persona cerca del nido que había creado con cosas de su Alfa y suyas propias. Ten supo que si entraba sin el permiso de su hijo, el menor estaría sensible por sentirse inútil al no poder defender bien su nido.

—Junnie—el omega menor lo miró—, ¿puedo sentarme a tu lado?—el Suh sorbió su nariz, y asintió para hacerle espacio al mayor, que de inmediato tomó asiento al lado del contrario, para acariciar los cabellos de su hijo—. Sabes, conozco a la perfección lo que estás pasando, cuando estaba embarazado de tu hermano, sentía que él mundo estaba en mi contra.

—Lo está.

—No. No lo está. Mira es horrible estar hinchado y sentirse gordo, pero pronto pasará y tendrás a una preciosa bebé en tus brazos, y créeme que ese alfa que escucha tras la puerta, siempre estará ahí para apoyarte. ¿Verdad, JeongIn?

La puerta se entreabrió y el alfa se asomó con un sonrojó.

—Sí, siempre estaré para ti, Mingjunnie.

—¡Innie!—lloriqueó el omega extendiendo sus brazos hacia su pareja, que de inmediato se acercó a él para abrazarlo—. Te amo.

—Y yo a ti—el omega ocultó su rostro en el pecho del contrario mientras lloraba un poco más. JeongIn sólo acarició su cabello hasta que el Suh se pudo calmar—. Te amo mi precioso Omega, termina de arreglarte y bajemos a recibir a los invitados.

—Shi—respondió MingJun haciendo un puchero en sus labios, hasta que reaccionó y cubrió su rostro por la vergüenza de su comportamiento infantil.

—JeongIn—empezó Ten—, yo termino de ayudar a MingJun a arreglarse, tu cambiate de camisa y baja. ¿Okey?

—Esta bien, señor Ten.

Y MingJun se levantó de dónde estaba acurrucado, para bajar de la cama con ayuda de su alfa que dio una leve caricia a la pancita de ocho meses y medio del omega.

¡Desvergonzado!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora