¡Desvergonzado!

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MingJun dejó ver una sonrisa en sus gruesos labios, apenas bajo del autobús.

JeongIn que iba con él, ayudó a bajar las maletas en la estación. De verdad que MingJun iba bien equipado para esos dos meses y medio.

—¡JeongIn!—el gritó de un hombre provocó que el Alfa apartará la mirada de su novio que estaba hablando por celular, para mirar hacía quién lo llamaba.

Y pronto vio a un hombre un poco más bajo que él, de cabellos negros y un rostro muy parecido al suyo. Era su padre.

—¡Papá!—el Alfa corrió de inmediato y abrazó a su padre que le devolvió el gesto. Al separarse empezó a dejar besos en las mejillas de su pequeño zorrito como le decía al Alfa— ¿Cómo estás papá?

—Muy bien, ahora que mi pequeño zorrito vino a verme, ¡anhele tanto estás vacaciones!

—¡Yo también, papá!—exclamó el de cabellos oscuros sonriendo.

—¿Dónde está tu novio? ¡Ya quiero conocerlo!—exclamó el Omega mayor sonriendo y dando pequeños saltos, de ahí es que JeongIn sacaba su lado infantil— ¡Innie, Respóndeme!

—Espera papá, Junnie está hablando por celular con sus padres. Les dijo que apenas llegáramos les llamaría—y el mayor asintió para apretar la mejilla de su hijo. Lo había extrañado tanto.

—¡Hola!—la voz de un chico se hizo presente y el padre omega de JeongIn apartó la mirada del alfa para posarla en el contrario que se había colocado junto a su hijo, y le hizo una reverencia— Hola señor Yang, es un gusto conocerlo, Suh MingJun, el novio de su hijo.

Y el omega mayor solo sonrió al ver bien al novio de su hijo. MingJun era un omega muy bonito, sus cabellos rubios con mechones negros, algo desprolijos respecto al largo. Sus mejillas tenían un tono rosado, sus regordetes labios estaban formando una sonrisa. Su piel era pálida pero muy bonita. Y su cuerpo, era el indicado para un joven omega.

—Hola pequeño MingJun, me presento soy Youn JeogIn el padre Omega de ese pequeño zorrito—y el omega sonrió para codear a su novio.

—Te lo dije, eres como un zorrito—y JeongIn se sonrojó completamente—. Es un gusto conocerlo, señor Youn.

—No me digas señor, solo dime suegro—y el mayor tomó la mano de su yerno, para sonreírle—. Ven los llevaré a casa, debes estar cansados por el viaje.

—Un poco, pero es un placer estar aquí—exclamó MingJun, dejando escapar algunas de sus feromonas, y el mayor solo sonrió al notar un tierno detalle.

—JeongIn, trae las cosas, cariño.

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MingJun sonreía sentado en una de las sillas del comedor, mientras veía a su novio cocinando con su padre.

Ambos, padre e hijo habían decidido cocinar para celebrar el regreso, y MingJun no había ayudado, porque él no sabía cocinar.

—Espero te guste, pequeño Junnie—exclamó el omega mayor, dejando un plato con Ssiat Hotteok frente al bicolor, que solo soltó un jadeo al sentir el delicioso aroma.

—Claro que me gustará—y el menor empezó a comer, olvidándosele el hecho de que según la tradición coreana, los jóvenes no deben comer hasta que alguien mayor lo hiciera primero.

—Ya veo porque dices que es especial—dusurró JeoGin a su hijo, que asintió algo apenado por el comportamiento de su novio.

El mayor solo río y lo hizo con un poco más de fuerza al ver en el dedo anular del Omega aquel anillo que le había enviado a su hijo.

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JeongIn hablaba con su padre, mientras MingJun estaba sentado en su regazo.

El mayor le contaba a MingJun sobre cómo era JeongIn de pequeño. El único Alfa de la habitación estaba muy apenado.

—Y por eso debió usar frenillos, luego de haberse dado tremendo golpe contra el suelo, lloró como por unas cuatro horas, y más cuando vio que se le había caído un diente—y MingJun se rió ante la anécdota que su suegro le contaba.

—Pobre mi Innie—exclamó el Suh acariciando los cabellos de su novio, que escondía su rostro avergonzado en el pecho de MingJun.

—No digas cosas así papá, por favor—pidió JeongIn apenado.

—Ni me detengas, que aún no saco los álbumes de fotos—y el Alfa se aterrorizó.

MingJun se levantó cuando JeongIn le pidió permiso para ir al baño.

—Señ... ¡suegro! ¿Puedo hacerle una pregunta?—el mayor asintió, al ver que su hijo ya no estaba— ¿Qué se siente estar embarazado?

—¡¿Estás mbarazado Junnie?!—inquirió exaltado el mayor, para levantarse y acercarse a su yerno— ¡¿Seré Abuelo?!

—¡Oh No!—el menor negó de forma rápida— Solo preguntaba, tenía curiosidad—el omega se ruborizó. —. Es que solo me ganó la curiosidad. Mi omega está pensando mucho en eso.

—Creí que sería abuelo—dijo algo decepcionado el mayor, pero sonrío cuando escucho los pasos de su hijo.

—Papá, ¿creo que ya es hora de dormir?—el mayor asintió y se levantó del sofá.

—Ustedes vayan a dormir, yo tengo que hacer un turno extra en el hospital—el mayor se fue unos momentos dejando a MingJun algo perdido por el cambio tan repentino de su suegro que pronto volvió. El mayor llevaba un portafolio y otras cosas—. Descansen muchachos, nos vemos mañana temprano, buenas noches.

Y sin más el omega mayor se retiró.

—Ven bebé—el bicolor asintió y tomó la mano de su novio para subir las escaleras de la pequeña casa en ir a la habitación donde dormirían.

Al entrar, él omega se paralizó al ver las tenues luces que iluminaban la habitación, las rosas que estaban en unos cuantos floreros, decorando la habitación, todo de forma muy sutil, pero aún así era muy hermoso.

MingJun miró todo sin comprender, y JeongIn solo se sonrojó mientras tomaba la mano de su novio.

—Te dije que me esperaras un poco—el Yang dejo un beso en los labios de su novio—. Quiero crear nuestro lazo, pero de una forma que nunca la olvides, mi padre me ayudó a arreglar esto, espero te guste.

Y MingJun solo sonrió para besar a su novio, mientras esté lo sujetaba de la cintura.

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