CAPÍTULO 6.

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El lunes el día amaneció fantástico, y cuando Jean se cruzó conmigo no hizo más que mejorar.

-Tú, yo,cafetería, hoy.

-Toi, moi, cantine, oui.-respondí. No hacía falta decir más, Jean y yo nos pasábamos los momentos juntos tonteando, pese a las miradas envenenadas que nos lanzaba Charlotte, una chica que al parecer estaba loca por él, cada vez que nos veía. No hacerlo hubiera sido una estupidez, es decir, Regnault era listo, atractivo y tenía un par de tatuajes y un piercing que traía loca a más de una, pero poco a poco descubrí que el verdadero latin lover de la secundaria, era Elliot, sin restarle importancia a Isaac. Según Gabrielle, su hermano tenía la mala costumbre de enrollarse con todas las chicas guapas que viera, y luego no hablarles jamás, y ese fue el tema del que hablamos en el almuerzo al salir de clase, y en el grupo de Whats App "Julia sin ley" en el que estábamos todos, porque Elliot había tenido algo con Amber, y ahora su ex-novio (o todavía novio, no quedó claro), quería matarle.

-Ay, Elliot... Siempre ha sido así de espabilado.- comentó Manon. Estábamos en la cocina haciendo galletas, Syl veía la tele.- Estoy segura de que a Julia le gusta, siempre ha estado muy pendiente de él.

-No creo, pero creo que le preguntaré.

-Y tú... ¿Qué te traes con Jean?-me miró maliciosamente- No te hagas la loca, yo también tuve tu edad, y salí con chicos, y me hice tatuajes que es mejor que no enseñe, y fumé porros... A decir verdad, era un poco descarriada hasta que conocí a mi ex-marido, luego me volví peor.

Manon sonreía mientras decía aquello, no con nostalgia, sino con la satisfacción de saber que has probado de todo en la vida.

-Ten suerte con Jean, es buen chico, sólo espero que lo la cague como siempre, tiene tendencia al fracaso con las mujeres, un culo inquieto. Alan siempre se llevó mal con él por eso, Alan conseguía una novia, y Jean se la arrebataba con sólo mirarla, tiene ese rollo de chico malo, pero los ojos de Alan son inigualables, en eso hice bien mi trabajo.

-Tienes toda la razón, se les nota.

Alguien carraspeó a nuestra espalda. Alan nos miraba con fingida repulsión murmurando "me quieren violar, están hasta en mi casa".

-Eh, mamá, antes de que cometáis un delito en contra de la voluntad de mi amiguito, quiero ir a alquilar una peli para esta noche, toca noche Dagron. Ryley, ¿Te vienes?

-Claro, dame un minuto.

Corrí escaleras arriba y me puse las All Stars negras. Mat vino con nosotros, y por el camino hablamos de cosas que habían pasado desde que llegué, las clases, y presionamos a Mat para que nos dijera cómo le iba con la pelirroja. Según él, le gustaba, pero estaba seguro de que estaba detrás de un chico de su clase. Acabé dándole consejos que no funcionarían y poniendo como ejemplo a Alan de chica, yo de chico.

En el videoclub Mat se dedicó a hablar con el cajero de videojuegos mientras Alan y yo buscábamos alguna adecuada.

-Tiene que ser algo que Syl pueda ver, no queremos traumarla, esta queda descartada.- dijo haciendo a un lado 50 Sombras de Grey y la primera temporada de Juego de Tronos.

-Oye, ¿Y si vemos Frozen? Bueno, La Reine des Neiges en francés. ¿En serio? Ese nombre no le pega.-reí.

-Si te vas a quejar, puedes ir caminando al aeropuerto, -me miró mal- pero podemos ver esa. Está claro que no es nuestro estilo, pero ¿a quién no le gusta una película de Disney?

Pagamos y Matt casi nos asesina con la mirada, lo entendía, con su edad yo tampoco habría estado interesado en ver Frozen con mi madre, mis hermanos y la chica americana que vive en mi casa, pero la cara de Syl cuando lo vio mereció el esfuerzo. Pese a ser una niña un tanto masculina y a aborrecer el rosa, era una cría, y a los niños les encantan las princesas, los castillos, los animales y objetos que deberían ser inanimados parlantes y todo lo que las cadenas infantiles hagan.

Nos sentamos en el sillón verde que olía a Dagron. Syl se acostó delante de nosotros, con un pijama de Hulk y el pelo oscuro en una coleta. Manon se sentó en una esquina, a su lado Mat, luego Alan y al final, yo.

Debería decir que nos aburrimos, pero la verdad es que nos quedamos hipnotizados desde el principio, incluso Mat, el machote. A mitad de película Syl se quedó dormida, y Manon se fue con ella a la cama. Mat se acostó en el suelo con el móvil y Alan y yo nos acostamos también en el sillón, cada uno con la cabeza en un reposa-brazos.

A la mañana siguiente nos despertó Manon antes de irse a trabajar, lo que significaba que si teníamos que estar en el instituto a las 8 de la mañana, nos había levantado a las 5 y media. Preparamos cuencos de leche y cereales, desayunamos relajadísimos y fuimos al instituto caminando, incluso.  Pero aquel martes, poco después de mi llegada no iba a ser un martes cualquiera. Aquel martes dio comienzo la caza de Jean, y la resignación de Alan. Pero claro, de lo de Alan yo no tenía ni idea.

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⏰ Última actualización: May 14, 2017 ⏰

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