Capítulo 4

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-¿Qué estás haciendo Soobin?.

Su cuerpo se congeló al escuchar la voz de su madre desde la entrada de su cuarto, él creía que no estaría, por eso había planeado su escape ese día, para irse lejos de ese maldito "hogar" en el que vivía.

Giró lentamente encontrándose con el rostro confundido de la mujer quien quería engañarse a si misma.

-¿Irás de vacaciones?. - dijo ella con una sonrisa forzada, él suspiró tomando la maleta y su mochila -

-Mamá, he tomado la decisión de mudarme, no puedo seguir viviendo aquí contigo y... Él.

-Hijo, claro que puedes, aún... Aún eres joven, me necesitas... Te necesito.

-Ya no mamá, ya no... Quiero estar contigo.

-Hijo, ¿Qué cosas dices?, Anda, desempaca y baja a comer. - dijo ella dándose la vuelta para retirarse, apretó sus puños y decidió ser valiente al menos una vez en su vida -

-Mamá, me iré, no voy a quedarme contigo y con tu esposo, no me crees todo lo que sufro así que no estoy en la obligación de quedarme, soy mayor de edad. - dijo con voz firme mirándolo molesto, la mujer se crispó y giró para verlo -

-Tú no te vas Soobin y esa es mi última palabra.

-No vas a impedirlo.

-Claro que lo haré.

Ella se fue cerrando la puerta, sin embargo se adelantó antes que la cerrar con candado desde fuera y rápidamente salió, corriendo por el pasillo hasta la puerta de la entrada, al llegar rápidamente intentó abrirla pero esta estaba cerrada, bajo llave. Buscó con desespero la llave, sin embargo fue tomado con fuerza por el brazo, giró para ver a su padrastro mirándolo con fastidio.

-¿Qué está pasando?, ¿Porqué corres con una maleta?. - dijo el hombre forcejeando con él para no dejarlo soltarse de su agarre, la mujer apreció corriendo -

-¡Detenlo!, Planea irse de casa. - dijo señalandolo, el hombre lo miró con molestia y soltó una bofetada, la mujer se petrificó al ver lo sucedió -

-¡Maldito mal agradecido!, ¡¿Porqué demonios te quieres ir con un carajo?!.

-¡Por que estoy harto de ti, de tus abusos y tus mierdas, y harto de ella que no me cree nada de lo que le digo!, ¡¡Cómo puedes no creer en tu hijo!!.

-Sueltalo, suelta a Soobin ahora mismo. - dijo la mujer con voz aterrada, sujetando la mano de su esposo, él la apartó -

-¡Muévete mierda!, Voy a darle lo que se merece a este estúpido.

-¡No lastimes a mi madre!.

...

Soobin sostenía con dolor una bolsa de guisantes congelados para cubrir su mejilla hinchada, su estómago ardía y de su nariz no dejaba de salir sangre.

Suspiró viendo con desilusión la puerta cerrada bajo llave, pero él no iba a quedarse.

Miró la ventana, sabía lo que debía de hacer.

Rápidamente la abrió, viendo con temor lo lejos que estaba del piso hasta el suelo, pero eso no iba a impedirle irse, le tiene más miedo a quedarse que a una caída de un segundo piso.

Con firmeza, lanzó la mochila y maleta hacia el suelo, las miró impactar con fuerza y temió que su laptop se haya roto, pero eso era lo de menos, ahora debía ver cómo bajaría. Pensó en la técnica de las películas, esa en la que amarraban una cobija a la ventana y bajaban por esta, y eso mismo hizo. Amarró el cobertor, su cobija y las fundas de sus almohadas para crear una cuerda improvisada, la amarró a la pata de su cama y la lanzó por la ventana, se tranquilizó al ver qué era lo suficientemente larga para llegar hasta el piso.

Con sumo cuidado bajó por la ventana aferrándose a esta como si su vida dependiera de ello, y tal vez si lo haga, finalmente pisó el césped del patio y entonces tomó sus maletas y corrió, corrió sin parar lo más pronto y lejos posible de aquella casa que tanto detesta y de la cual por fin es libre.

A más de 500 metros lejos de su casa sacó su teléfono y entró al chat con Beomgyu, buscando la dirección que le había mandado para ir ahí, al encontrarla se encaminó.

Mientras caminaba sentía una buena sensación en su pecho. Una de libertad y de que todo saldría bien, que todo el tormento había acabado, se sintió liberado, feliz, tan feliz como nunca antes había estado.

Al llegar al edificio sintió alivio y entró, dando la información a la recepcionista y pasó hasta el departamento donde Beomgyu vivía. Se esperaba un lugar tranquilo, con solo su amigo, el novio de este y él, un buen lugar para vivir, pero al abrir la puerta supo que toda esa fantasía era solo eso, una fantasía.

Había una guerra de almohadas con relleno y plumas por todos lados, vio a un chico a medio morir entre toda la guerra agonizando mientras que otro le daba RCP, otros estaban atacandose entre ellos brutalmente con almohadazos peores que los golpes que veía en juegos de box. La guerra se detuvo cuando lo vieron parado en la entrada, con sus maletas, confundido, Beomgyu se levantó del piso donde había estado agonizando y caminó hacia él.

-Amigo, tardaste mucho y creí que ya no vendrías, por eso... Pues aprovechamos el orden para hacer un poco de desorden. - dijo rascando su cuello con pena al ver el estado del departamento - ¿Vas a pasar o te quedarás ahí?.

-Uh, sí, buenas noches. - saludó a los demás chicos quienes se veían avergonzados y limpiaban su cabello lleno de algodón - No sabía que vivías con más chicos.

-Bueno, es que todos somos pobres y necesitamos ayuda de otros para pagar el alquiler, y ahora que estás tú podemos pagar menos. - dijo más animado, él solo asintió siguiendo al chico - Ya preparamos tu habitación, solía ser de Taehyun pero ahora él se va a quedar en la mía.

-Lamento que tengan que hacerme espacio.

-Nah, no te preocupes, Taehyun pasa más tiempo en mi habitación que en la suya, ya está todo acomodado y tienes el clóset vacío para tus cosas, bienvenido.

-Oye una duda.

-Dime.

-Creí haber visto a Hueningkai allá abajo, ¿Él... También vive aquí?.

-Uhm, sí, ¿Porqué?.

-... Mierda.

Fuck yourself || Sookai ❌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora