Parte 2: Psicólogo y psiquiátrico

19 2 0
                                    

Mis padres, preocupados por mis notas y mis sombríos dibujos, decidieron llevarme al psicólogo. Tuve que ir al psicólogo todos los martes durante dos meses, era un infierno. El psicólogo no paraba de hacerme preguntas sobre mí mismo, mis dibujos y mis notas, me agobiaba mucho. Cuando le conté que mis dibujos eran representaciones de cosas que veía de vez en cuando, se asustó, sus ojos se abrieron ligeramente y sus cejas se arquearon moviéndose hacia arriba indicando sorpresa. Mis dibujos eran siluetas oscuras y terroríficas, a veces dibujadas en fondos de la vida real pero con un "toque tenebroso". Cuando acabó aquella sesión, habló con mis padres en otra sala y no pude escuchar nada, pero entendí lo que les dijo más tarde... Les dijo a mis padres que era muy probable que yo tuviera esquizofrenia y que deberían llevarme al psiquiátrico y tal vez empezar a darme medicamentos. Pero yo sabía que era falso, ¡Todo lo que veía era real, podía verlo, escucharlo y sentir el frío que salía de aquellas figuras misteriosas en mi piel!

Una semana después, mis padres me llevaron al psiquiátrico para que me hicieran pruebas para determinar si realmente tenía esquizofrenia. Mi idea era hacer como si nunca hubiera visto nada de lo que le dije al psicólogo para que me dejaran ir y no me tomaran por loco, pero todo se torció cuando vi otra vez una silueta. Era una figura alta, pálida y muy delgada que parecía una mujer. Llevaba una especie de camisa blanca con las mangas atadas y tenía el pelo revuelto. Su pelo era negro y levemente ondulado y no dejaba ver bien su rostro, entonces la vi, me estaba sonriendo pero en sus ojos se veía lo que parecía una mezcla de furia, tristeza y miedo. De repente desapareció y volvió a aparecer cerca de una pared, empezó a golpear su cabeza contra la pared pero no resultaba herida.

–¿Estás bien? – Pregunté sorprendido.

–Él ya viene... tengo que salir de aquí... – Empezó a decir llorando y repitiendo lo mismo.

Mi reacción al ver la escena fue claramente asustarme pero tratar de socorrerla, entonces cuando me acerqué se desvaneció, parecía como si fuera un escena que ocurrió en el pasado. Fallé. El psiquiatra vio toda la escena pero sin ver aquella silueta de aspecto fantasmal, pensando que yo estaba loco. Pero yo no estoy loco. Sé lo que he visto.

Tras aquello, mis padres me enviaron al psiquiátrico.

El psiquiátricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora