Parte 3: Vida en el psiquiátrico

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Tras aquello, mis padres me enviaron al psiquiátrico. Allí había habitaciones para los pacientes, todo era de colores apagados, principalmente blancos y grises, y el ambiente era triste y aburrido. Cada día era igual, me daban medicamentos después de desayunar comida precocinada y sin sabor para después hacerme pruebas y ver si había mejorado. Todo iba bien hasta que empecé a ver extrañas apariciones de nuevo. Tenía que hablar con un especialista todos los días, y aunque las conversaciones no eran nada fuera de lo normal, sentía que todo era una prueba para ver si estaba loco. Pero yo sé que no lo estoy. Cada noche dormía aterrado, era normal escuchar golpes y gritos frecuentemente, incluso en medio de la madrugada. Era muy difícil dormir allí, la cama era incómoda, la habitación era deprimente ya que solo había unos pocos muebles a parte de la cama, no había nada que hacer, se escuchaban gritos de los demás pacientes que hacían imposible conciliar el sueño, y lo peor de todo... Aquellas apariciones volvieron. Las veía cada noche y ya no sabía diferenciar la realidad de aquellas visiones. También las veía cuando dormía, aparecían en mis sueños como pesadillas y yo no lograba moverme, creo que había escuchado algo relacionado a esto llamado parálisis del sueño anteriormente pero jamás lo había experimentado ni esperaba que me fuera a ocurrir a mí. Había otros pacientes en el psiquiátrico también ingresados por problemas mentales, algunos eran bipolares, otros tenían personalidad múltiple, etc. pero ninguno veía lo mismo que yo. Yo solía tener miedo, estaba rodeado de locos que vagaban por el psiquiátrico y actuaban sin control. Era terrorífico, aunque no tanto como las siniestras apariciones. 

El psiquiátricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora