El pequeño niñito rubio se encontraba corriendo por todo el patio de su casa mientras reía, no es como que realmente estuviera viendo algo divertido, pero estaba feliz y sentía ganas de reír, de vez en cuando miraba a su tío quien lo veía muy atentamente todo lo que su pequeño sobrino hacia desde el umbral de la puerta.
El niño saludaba con su manita alegremente a su tío cuando este notaba que su tío lo mirada, este también respondía al saludo, su tío lo amaba mucho y por eso está cuidándolo siempre.
-Hunter deja de saltar tanto te puedes tropezar – advirtió su tío al pequeño, pero este no hizo caso - Hunter te he dicho que no lo hagas mas te puedes caer y hacer daño, hablo en serio.
Hunter hizo caso omiso a las advertencias que su tío le daba, siguió saltando y corriendo, en su imaginación él era un aventurero que estaba en una misión peligrosa, tenía que saltar muy alto porque el piso a su alrededor se estaba derrumbando, de un momento a otro sus pies se enredaron y termino cayendo de rodillas al suelo.
Al ver esto el tío camino hasta a lado de su sobrino, le había advertido sobre eso, sin embargo este había decidido ignorarlo por completo, el niño se había caído por no haber le hecho caso a su mayor, eso lo molesto, se sacó el cinturón rápidamente, con el propósito de darle su castigo.
Hunter se levantó rápidamente, la caída no le había dolido, sus rodillas están un poco sucias pero no se habían raspado, antes de que pudiera si quiera mirar donde es que estaba su tío sintió un fuerte dolor en sus piernas y un fuerte agarre en su brazo que lo obligo a mirar hacia arriba, su tío lo había golpeado con su cinturón.
Trato de contener sus lágrimas pero el dolor era demasiado para su pequeño cuerpo de tan solo 6 años, había comenzado a llorar en silencio, trataba de contener cualquier tipo de quejido o gemido mordiendo sus labios.
-¡¿Qué fue lo que te dije hunter?! Porque no me haces caso cuando te digo algo, te lo advertí ¿no? – grito el mayor con mucha molestia, mientras miraba fijamente a hunter en espera de su respuesta
Por su parte el niño no se encontraba en la posición de poder responde algo, tenía mucho miedo, ni siquiera quería ver a su tío a los ojos, si hablaba probablemente sonaría mas como un sollozo o un gemido de dolor, sus piernas ardían en dolor.
-Acaso no me vas a responder- apretó con más fuerza el brazo del pequeño asiendo que este soltara un quejido doloso bajo pero audible
-s-si
-Sí, ¿Qué?, hunter.- su mirada parecía volverse más intensa y aterradora que antes, el niño estaba tardando mucho en responder a su pregunta y eso le molestaba demasiado.
-Si me lo dijiste, tío- hunter había logrado contener un poco su llanto, lo suficiente como para dar una respuesta sin tartamudear
-Bien, entonces quiero que tengas claro cuáles son las consecuencias de tus desobediencias, ahora entra a la casa, y deja de llorar si no quieres que te de otra vez y más fuerte- el mayor soltó el brazo del niño, quien sumamente asustado salió corriendo a la casa.
Ya adentro espero a que su tío también entrara, no quería hacer nada que molestara más al mayor, mientras jugaba con sus manitas tratando de calmar sus lágrimas pudo ver una gran marca roja en sus piernas causada por el reciente golpe, para su mala surte ese día había decidido usar unos shorts, si hubiera usado pantalones tal vez la marca no sería tan visible.
Cuando su tío entro su pequeño cuerpo se tensó por completo, y bajo su mirada hacia el suelo, había parado de llorar casi por completo, aunque no del todo pequeñas lagrimitas rebeldes aun salían de sus ojos, el dolor y el miedo aún estaban presentes, por lo que no podía simplemente dejar de sentir.
-Estaré trabajando en el comedor, ve a ver la tele o algo, pero no quiero verte por ahí saltando y corriendo, quiero que estés quieto y no hagas ruido, ¿me entendiste? – miraba al niño con detenimiento aun con molestia, poso su mano en uno de los hombros del pequeño apretándolo un poco
-si tío, estaré quieto y no hare ruido- hunter miro a su tío, no quería que este se enojara por no haberlo visto a los ojos mientras le respondía
-Sabes que te amo mucho mi angelito, quiero que seas un buen niño y te portes bien- dijo mientras pasaba su mano por su cabellito rubio alborotándolo un poco de manera gentil
-Yo también te amo mucho tío belos- el pequeño miro a su tío con una pequeña sonrisa, su tío no era una mala persona, lo cuidaba y quería lo mejor para él, le pegaba porque él era un desobediente, solo lo estaba educando, aunque a veces sus maneras dolían mucho.
-Oh principito tus piernitas, te traeré algo para ponerte en ellas, tranquilo no dejaran ninguna marca
El mayor bajo hasta la altura del pequeño, lo abrazo, le dio un beso en su frente, fue al baño a buscar alguna pomada que pudiera servir para curar las marcas rojas en la piel del pequeño.
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heridas profundas
Fiksi Penggemarhunter era un niño feliz, que vivía con su tío, su única familia. Su relacion parecía ser bastante caroñosa y paternal a la vista de todas las personas a su alrededor, philip o "belos" como solía decirle su pequeño sobrino era un tío ejemplar o eso...