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𝐢 𝐯 | 𝐒𝐚𝐥𝐯𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐯𝐢𝐝𝐚𝐬.




























Treinta minutos antes.

Buck se encontraba sentado en la mesa de la estación de bomberos 118 con la mirada perdida.

Era raro mirar a este chico tan callado y pensativo, pero ya llevaba una semana tan distraído que empezaba a preocupar a sus compañeros, trataron de investigar en su mente que estaba pasando pero este siempre terminaba riendo nerviosamente y evitando el tema.

Hen decidida subió las escaleras y se sentó junto a él mirándolo con una ceja alzada esperando pacientemente.

—¿Qué sucede? —Soltó Buck con una sonrisa ladina viendo a su compañera.

—¿Otra vez no me vas a decir y evitarás el tema? —Dijo haciendo que esté mire la mesa evitando su mirada.

—Hen, por quinta vez de la semana estoy bien, lo juro. —Cantó y sonrió tratando de convencerla.

—¿Así? Por qué estoy empezando a creer que desde aquella chica del gabinete tú mente está algo... ¿Cómo se dice? Ah sí, perdida. —Hen lo miró burlona y éste rodó los ojos removiendo se en su asiento.

—Eso no es cierto. — Mintió rápidamente.

Hen tenía razón, como siempre, pero el chico no quería admitir que cada que recibían una llamada involucrada con alguna chica joven o un accidente vergonzoso pensaba que se volvería a topar con aquellos orbes castaños claro que le habían estado robando un 10% de su concentración.

—Buck, no es bueno mentir amigo. —Cantó la morena riendo haciendo que el rubio bufara.

—Está bien, sí... Estoy un poco distraído desde ese día pero no es nada grave. —Apoyo sus antebrazos en la mesa viendo a su amiga con expresión cansada.

—Mmm, yo diría que estar distraído no es la palabra clave... — Una sonrisa enorme se esparcía en el rostro de Hen mientras Buck solo frunció el ceño. —Sería flechado. —Soltó dramáticamente riendo.

—¿Es enserio? —Buck solo bufó como niño haciendo berrinche haciendo que su compañera solo ría más.

—Buck, está más que claro, esa chica te gustó, no lo puedes negar.

—Bueno, sí... Tal vez solo se me hizo muy linda y ya. — Hen alzó una ceja divertida. —Bueno y también me gustó cómo era, sus ojos, su forma de hablarme, que también le gustará pasar tiempo con niños y esa sonrisa...

Buck se quedó pensando viendo un punto fijo mientras la sonrisa de la chica torpe del gabinete lo miraba entre sus recuerdos.

«Creo que tienes que irte bombero lindo.»

Y ese apodo que por más simple que fuera como le gustaba.

¿Era posible que nuestro bombero se volviera a enamorar después de todo lo que pasó con Abby y Ali?

—Sip, en definitiva la palabra es flechado. — La voz burlona de Hen lo sacó de sus pensamientos.

Buck rodó los ojos.-Sí pero, no la volveré a ver, Hen.

—Puedes volver a la casa de sus jefes y preguntar por su número. —Sugirió y este lo miró mal. —¿Qué? No es ilegal si vas de civil...

Iba a contestar le de no haber sido por la típica alarma, Hen se levantó sonriendo.

𝐏𝐨𝐫 𝐮𝐧𝐚 𝐭𝐨𝐫𝐩𝐞𝐳𝐚. | 𝟗𝟏𝟏.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora