''Entonces creo que está bien que te llame maldito imbécil, ¿no crees?'' cuando se siente molesto y no quiere o como en este caso que no puede mostrarlo, el joven usa su lengua como arma.Ante la respuesta del joven encapuchado, un silencio glacial pasa por el bosque. La reacción del joven no va acorde a lo que este hombre estaba esperando, menos cuando pasó de verse asustado y lamentable a confiado y orgulloso, eran dos caras distintas. Pero no le presta tanta mente, porque hacía tanto tiempo que nadie se atrevía a desafiarlo que ya había olvidado lo que se sentía, normalmente la gente ruega por su aprobación, se congelan al verlo o simplemente no se atreven a mirarlo, pero jamás se han atrevido a desafiarlo, no en su rostro al menos. Y aquí está, una criatura que acaba de nacer y que no está solo desafiándolo, también está insultándolo. Él sabía que un alma entró al cuerpo, pero la subestimó y no pensó que fuera un alma pre-hecha, pensó que sería un alma sin conocimiento, un alma nueva. Ahora ve, para su diversión que este no ha sido el caso. El hombre de traje aumenta su sonrisa, pero esta vez muestra una felicidad real, ya que la persona que tenía enfrente resultaba más interesante de lo que pensaba. Lo asombró tanto que hasta olvidó preguntarse –¿De quién es el alma que entró al huevo?–
''Ese no es un lenguaje apropiado'' dice moviendo su cuerpo en un elegante vals y conforme avanza sus pasos la distancia entre ambos se va acortando.
''En ese caso lo invito a que venga y me enseñe uno más apropiado sir"
Ante el claro intento de dominar su espacio personal, el joven no se inmuta, no retrocede y sigue manteniendo una postura relajada ante el hombre. Sí, es más que seguro que se refieran a él con títulos formales, así que eso estaría normal si no fuera por la voz sarcástica del joven que no deja nada de respeto que mostrar. [Esto es muy divertido] piensa el hombre con la mano cubriendo parte de su sonrisa.
''Si lo pides de esa forma tan cordial, no hay manera en la que me pueda negar'' el hombre de traje también tiene una afición con usar sus palabras como dagas.
Sin embargo, el joven no es lento, así que en vez de cortarse es seguro que va a usar esto a su ventaja.
''Creo que si se acerca más, podría aprender mejor''
Siguiendo lo que el joven le está proponiendo, el hombre de ojos fuego acorta aún más la distancia que ya tenían. Ahora están separados por unos cuantos centímetros, y el joven no puede evitar oler un leve aroma a vino, uno dulce. No lo notaría si no estuviesen tan cerca, pero lo nota y siente cierta afinidad, ya que lo encuentra placentero, pero eso ahora no es lo importante. Porque lo más importante son sus planes que van con su gran pensamiento de
[te voy a joder]
''Así te parece bien o quieres que me acerque más?'' Un tono seductor se desliza mientras inclina su rostro al joven, dejando así algunos de sus mechones negros entrelazarse con la blanca cabellera del joven.
Sintiendo una clase de tensión el joven piensa en no quedarse atrás, así que sonríe abiertamente mientras dice
''Así está perfecto''
Ya con una distancia más que perfecta, el joven de pelo blanco saca lo que tenía planeado, por debajo de la capa había utilizado las monedas de oro para machacar el comprimido morado–el que servía para estabilizar magia–. Lo que no todos sabían es que una vez pulverizado y controlado, podría causar lo contrario: hacer que la magia de quien lo reciba se desestabilice, y esto era justo lo que él quería hacer. Así que, usando la poca magia que tenía, lo hizo y orgullosamente muestra su palma con el ex-comprimido.
''Qué lindo, ¿de verdad piensas usar eso para dañarme?'' [así que solo es un tonto] piensa, viendo el plan del joven: usar el pulverizado para dañarlo. Es una tragedia que el joven no haya cumplido con sus expectativas [Qué decepción]
ESTÁS LEYENDO
Los dos lados de la luna
Fantasy¿Han escuchado lo que es una leyenda?, es una narración popular que cuenta sucesos fantásticos y va pasando de boca en boca, las leyendas son eso, leyendas. En Camerot existen muchas leyendas, pero hay una que sigue con vida: la leyenda de Évian el...