02| No hay nadie
───────────────NATHALY
Cada vez sentía que no podía respirar, me estaba sofocando. Esto lo estaba viendo como algo para normal porque no encontraba otra explicación. Sentía la firmeza de una mano, pero no llegaba a lastimarme era algo fría. El viento hace que mi cabello se esparza un poco pegándome algunos en la cara.
─ ¿Por qué puedes verme? ─ Aquella voz gruesa de un hombre, se escuchó en lo alto sobre mí cabeza. Fue tanto el pánico que sentí y por impulso pude safarme con bruzquedad.
Corrí con todas mis fuerzas.
No quise mirar atrás, solo corrí en dirección aquellas personas para sentirme segura. Volteo una vez que llegué con ellos y me siento en un tronco cercas, no miraba a nadie en donde estaba.
Se había hido.
─ ¡Jóvenes! Les pido encarecidamente que por favor guarden silencio.
Me levanté para acercarme, ya estaban listos para ponernos dentro de las cabañas. Suspiré un poco para tranquilizarme, aún no me recomponia ante tal acontecimiento, fue algo perturbador.
─ Los acomodare en parejas y no, no voy a poner hombre y mujer en las habitaciones, serán mujeres con mujeres y hombres con hombres ─ las parejitas de aquí empezaron a quejarse mientras otros celebraban porque queden juntos los mejores amigos.
Todos estaban frente a mí, y yo estoy a tres metros separada de todos ellos. No me gustan los gritos o empujones, igual ellos no saben de mi existencia.
Soy de las chicas que les gusta vestir de negro y ropa floja, no me gusta enseñar mi cuerpo así que no llamo mucho la atención, las demás chicas usan faldas muy cortas y escotes que dejan poco o nada a la imaginación de los hombres.
Sentí un soplo de aire frío en mi hombro y algunos de mis cabellos se movieron ante eso.
Gire mi rostro y no vi a nadie, así que voltee en dirección a mis compañeros, sin hacer nada, solo viendo a mi profesor repartir a los alumnos a sus habitaciones. Sentí una presencia detrás de mi y voltee intuitivamente.
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DEMONIO POSESIVO #1
Fantasy- ¡No saldrás de la habitación en días, solo estaremos follando como conejos! - me carga en su hombro y pataleo para que me baje mientras golpeo su espalda con mis puños. - ¡Bájame! ¡Ya basta, Jack, no quiero! ¡Ni se te ocurra tocarme! - grito dese...