Dalia [4]

817 116 50
                                    

No sabría cómo describir mi estadía en la mansión del Duque Oliever. 

Su esposa me trataba bien, no complicaba para nada mi trabajo como escolta o como guardia nocturno. 

Las señoritas de servicio doméstico tampoco me complicaban nada. 

Quién sí lo hacía era el joven de la casa: Alexis. 

Él era un joven complicado, al menos para mí. 

Quizá estaba demasiado acostumbrado ver como un "no" era un "no" y punto, no cabía otra respuesta. Pero, en cambio, Alexis ante los "no" insistía más. 

—. Mamá, por favor, déjame sólo está vez, por favor - pide por décima vez. 

Llevaba ratos pidiendo permiso para ir a comprar a la librería de Athos, pero su madre se lo negaba siempre. 

Yo sólo los veía. 

Sinceramente, mi trabajo no consistía en intervenir, por lo que en esas situaciones sólo observaba sin opinar. 

—. Alexis Maldonado, ¡ya! Por favor, comprende que no estamos en tiempos para que salgas solo a cualquier lado - respondió su madre, con un rostro preocupado. 

—. Por favor, mamá, no me pasará nada - intenta convencer de nuevo —. Si no te sientes segura entonces que me acompañe el Teniente. 

No hice expresión alguna cuando los ojos de la señora Miriam se posaron sobre mí, me mantuve neutro en el tema. 

—. Señor Teniente, ¿sería tan amable? Disculpe las molestias - ante sus palabras asentí. 

El joven sonrió alegre, tomó mi mano y me jalo bruscamente hacia el carruaje, escuchaba a lo lejos como su madre le reprochaba. Aún así, él no dejaba de sonreír bobamente. 

El viaje en carruaje fue silencioso, completamente tranquilo. No dijimos palabras innecesarias y no fue incómodo tampoco. 

La librería de Athos era la más recurrente por su amplia variedad de libros. Cualquier género se podía encontrar ahí, y para cualquier investigación también. 

Al bajarnos del carruaje, mi presencia no pasó desapercibida, era obvio con el uniforme y las insignias que portaba. 

Alexis parecía más feliz por eso, era extraño, y me causaba mucha curiosidad. 

Ese muchachito tenía un comportamiento diferente a otros que conocí a su edad. 

—. Señor Teniente, ¿a usted le gustan los libros? - me pregunta él. 

Sus mejillas se veían sonrosadas al leer los títulos de los libros, pasaba las páginas rápido y olía el aroma que desprendían las páginas. 

—. Un poco - respondí vagamente. 

Él me miró sonriente —. ¿Qué género le atrae? Podría recomendarle alguno para que le fascine, he leído de todos los géneros y de todo tipo - sugirió. 

Lo pensé un poco, nunca había leído ningún libro que no tratara de historia o leyes. 

—. Crimen - respondí, serían los que más entendería. 

Él lo pensó, miró por todos los estantes hasta sonreír. Tomó mi mano y me guió por los pasillos hasta llegar a un estante con varios libros de tapas más gruesas. 

—. Realmente no he leído muchos libros sobre crimen y detectives, pero uno que me gusto mucho es "Gaudy Night" - respondió, haciéndome entrega del libro. 

Lo observe minuciosamente. 

Lo acepté con gusto y él sonrió. 

Terminamos de pagar y nos regresamos al carruaje. 

Sunflower - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora