Campanilla [1]

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El sonido de la lluvia cayendo sobre el techo del carruaje hace un sonido relajante para mis oídos. Disfruto el aroma a tierra mojada, la fría brisa entrando por la ventana.

Siento mi corazón latir acelerado.

Por alguna extraña razón, sentía miedo, me sentía preocupado.

Mi gire para ver a mis padres. Iban serios como siempres.

Mi padre, el teniente coronel más importante de Inglaterra, con un aura tan flemática como siempre; miraba a mí madre con seriedad.

Mi madre, una ama de casa, bella e inteligente, la mujer que siempre ha estado conmigo y me ha defendido incluso de mi propio padre; Ava de Buhajeruk, es la mujer del teniente coronel y la madre de Iván Buhajeruk, disípalo, pupilo y primogénito del teniente.

Su aura tan dulce, su rostro relajado y su bella sonrisa, eran una sensación. Ella amaba la lluvia tanto como yo.

Nos encontrábamos en ese carruaje para llegar casi hasta el otro lado del país, donde mi padre se reuniría con un viejo amigo luego de la guerra.

Lirios Radiata fue una guerra contra el gobierno Alemán, muy difícil de librar y con muchas bajas, o eso decía padre.

Ahora que estabamos libres de la guerra, las personas comenzaban a reunirse con sus familiares otra vez, y por eso mismo, íbamos hacia aquel lugar.

El carruaje freno frente a una mansión.

El jardín principal era bello y vivo pese a la guerra que acabábamos de librar. O quizá ellos no se preocupaban tanto por eso, después de todo, el amigo de padre era un Duque importante, cualquiera pondría su vida sobre él.

-. Dylan - saludo un hombre, porte alto, aura firme y autoritaria.

-. Un gusto verte de nuevo Oliever - responde mi padre, acercándose a aquel hombre y estrechándolo entre sus brazos.

-.Hey, él debe ser el pequeño Iván, ¿no? - pregunta, aquel hombre de nombre Oliever. Se acercó a mí y alboroto mi cabello.

-. Sí, él es el venturoso Iván Buhajeruk. ¿Dónde está Miriam? - pregunta mi padre, viendo hacia el interior de la casa.

-. Está en el salón - responde el hombre, caminando hacia el interior de la casa e invitándonos a pasar.

Mi madre, Ava, se mantenía en silencio. Ella no participaba nunca en las conversaciones, y eso a veces me causaba mucha curiosidad. Mi padre me decía que yo no hablará, porque soy un niño, pero ella era una adulta, ¿entonces?

Llegamos al salón, decorado de forma elegante, con muchas cosas de oro y plata.

-. Miriam, que gusto verte - saluda mi padre, acercándose a una mujer de cabellos negros y preciosos ojos azules.

La mujer sonrió y regresó un saludo corto, se volvió a sentar. Ahí, cuando la tela de aquel bello vestido cayó sobre su abdomen, pude notar un bulto.

-. ¿Cuántas semanas faltan? ¿No fue pesado estar así durante la guerra? - pregunta mi padre.

-. Un poco, pero tuvimos la situación bajo control. Después de todo, a este lado del país es donde más lejos está la guerra. Y ya dentro de dos semanas dará a luz - responde el hombre Oliever.

¿Por qué respondía él si le pregunto a la mujer?

-. Los hijos son un gozo - comenta mi padre, fruncí el ceño, él no decía eso en casa -. Ojalá que sea varón, sino, ya sabes.

Oliever hizo una mueca de desagrado, la mujer a su lado sólo desvió la mirada.

-. ¿Irás a la misa este domingo? ¿O cuánto tiempo te quedarás? - preguntó Oliever, desviando el tema.

-. Claro que iré a la misa del domingo, tengo que enseñarle a mi hijo buenos valores - respondió mi padre

Hablaron durante más tiempo, hasta que finalmente salimos de esa casa y nos fuimos a un pequeño lugar de hospedaje.

Mi padre en cuanto entró comenzó a quejarse de lo duro y complicado que fue el viaje, hizo que mi madre le diera un masaje y le hiciera la cena.

¿Por qué era así?

Si él estaba cansado y fue con nosotros en todo el viaje, era obvio que nosotros también lo estaríamos. Sin embargo, parecía que sólo él tenía el derecho a cansarse, enfadarse y reclamar. Ella debía de estar en silencio siempre y yo no podía decir nada porque todavía era un niño.

Al pasar los días, llegó domingo y nos reunimos con la familia de Oliever en la iglesia.

El hombre venía acompañado de su mujer, y entre los brazos de la dama posaba una manta de seda muy hermosa.

-. ¿No que en dos semanas? - cuestiona mi padre, con sorna.

Oliever le sonrió -. A veces existen los milagros - respondió el hombre.

Se veía que era cariñoso, su mujer no parecía estar cansada.

Oliever ayudaba a su mujer, parecía atento por si necesitaba ayuda con el bebé en sus brazos y le ayudaba al cubrirla de los demás mientras le daba de amamantar al niño. No se quejaba por ayudarla, incluso parecía agradecido con ella.

Al terminar la misa, nos despedimos en la entrada de la iglesia, pero mi padre le dijo algo a Oliever antes de irnos.

-. Dentro de unos años lo necesitarás, creeme, son Alemanes y no aceptan derrotas así de fácil, te convendrá - dice.

Oliever suspiró ante sus palabras -. Si ocurre aceptare con todo gusto, pero recemos porqué no sea así - respondió.

Mi padre sonrió y palmeó su espalda, para luego marcharnos hacia el carruaje.

-. ¿Qué le ofreciste? - pregunta mi madre cuando llegamos a la casa, el temblor en su voz hace que mi corazón se estruje, me duele verla así.

-. Que te importa, mujer. Ve y prepara la cena, sirve para algo - responde mi padre, hostil como siempre.

¿Cuál era su problema?

Sólo quisiera, algún día poder conocer a una persona como Oliever, que me trate tan bien como él trata a su mujer.

En aquella época, no sabía lo intrusivo y mal interpretable que era mi pensamiento, supongo, que desde que era pequeño pensaba como pienso.

Quizá nací así.

Dañado.

Por amar con fervor a un hombre que me ama a mí.









Nota rápida: historia ambientada en la época donde cualquier comportamiento "inusual" era techado de mala conducta.

Habrá lenguaje soez (vulgar), machismo, misoginia, escenas de sangre, escenas con distintos tipos de abuso, se tocarán temas sensibles como la depresión o la ansiedad; todos son temas muy importantes, pero que no serán tratados con la relevancia que merecen en esta historia. Todo es ficción y que cualquiera de los comportamientos que se mostraran no deben de ser tomados a la ligera.

Se usarán los nombres reales por comodidad de la trama, pero es meramente personaje, no se shippean a las personas irl.

Sin más, espero que la disfruten tanto como yo ;)

Sunflower - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora