8. 𝐈 𝐟𝐞𝐞𝐥 𝐜𝐚𝐥𝐦 𝐚𝐧𝐝 𝐥𝐨𝐯𝐞𝐝

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Estuvimos hablando por un buen rato, le conté lo asustada que me sentía ante todo, lo que me preocupaba más en esta situación y lo confundida que me sentía con la razón de porque aquel asesino que había provocado conmoción en la ciudad no me lastimó.

El se adentró al bosque un momento, dijo que tenía que hacer una llamada, aunque para ser sincera no creo que esa sea la verdadera razón, pero no tenía ni una sola idea del porque lo haría.
Se ausentó un tiempo de veinte a treinta minutos, ahora me quedé ahí sentada en una banca, no había nada alrededor más que dos casas y una de ellas era la de Billy en la que no se encontraba nadie.
Es irónico que vine aquí con el para no sentirme sola o no sentir miedo de que el asesino ataque, aunque termine estando más en peligro que lo que podría haber estado en la escuela o en mi casa.
Después de un par de minutos más, se empezó a escuchar cómo crujían las ramas caídas y las hojas ya secas de los árboles. Me giré en modo de alerta pero vi que no era algo a qué temer, solo Billy.

-Lo siento, tarde más de lo que pensaba en resolver este asunto - trató de excusarse.

-Y puedo saber que era tan importante en este momento como para dejarme aquí sola a la intemperie - pregunté ofendida.

-Solo un problema con Stuart, y no te deje sola, estaba a solo unos metros de aquí - se defendió.

-Mjm - cedí sarcástica y crucé mis brazos encima de mi pecho en modo de protesta.

El solo soltó una risa burlona por lo bajo y se dispuso a intentar contentarme con cortos besos en mis mejillas y parte de mi cuello y clavícula.
Yo seguía haciéndome la enfadada pero con esos roces no podía evitar al menos reírme un poco por las cosquillas que estos me causaban. Me giré a verlo pero cuando me di cuenta su cara estaba tan cerca de la mía que parecían solo centímetros de distancia, tan pocos que sentía su respiración.
Sus ojos se desviaban de estar viendo mis ojos a estar viendo mis labios.
Mi respiración se agitó fuertemente y el impulso me ganó, me acerque más rápidamente hasta que mis labios contra los suyos eran lo único en lo que podía concentrarme.
Me correspondió el beso y me tomó de la cintura suavemente elevandome un poco.

No voy a negar que estas sensaciones eran lo más placentero que había sentido hasta ahora.

Mi cuerpo no podía ni mantenerse erguido, mis huesos parecían de gelatina y la verdad no me importaba ya que los brazos de Billy me estaban manteniendo en un solo lugar.
Tomé la fuerza para hacer que mis piernas se mantuvieran firmes y me levanté aún concentrada en el beso, obligué a Billy a levantarse y a seguirme hacía su casa.

Honestamente no sabía lo que estaba haciendo, iba a entrar a su casa, la cuál yo nisiquiera conozco y estar ahí con el como si fuera mía, era extraño y lo sé pero trate de ocultarlo para no cortar la tensión sexual de el momento.
Entramos a su casa casi sin despegarnos, de ahí el me guío a su habitación, aunque no puse atención a cómo era, logré notar que era una habitación bastante ordenada, nada que ver con lo que yo me imaginé.
Solo éramos el y yo en ese momento, nada más importaba, me tomó de nuevo de la cintura y me ayudó a recostarme en su cama, esto se sentía tan bien, no se sentía extraño ni forzado, se sentía como si lo hubiéramos esperado toda la vida y por fin estuviera pasando, se sentía como si el mundo girará en torno a nosotros y que solo nosotros importaramos, como si esos toques que estábamos esparciendo por nuestros cuerpos fueran lo único que importará, como si no hubiera más preocupaciones más que el hacernos sentir tan bien.
Billy era delicado, no trataba de insinuar de más en sus movimientos, no estaba tratando de tener sexo conmigo, el solo estaba tratando que yo me sintiera la mujer más afortunada, y yo intentaba que el se sintiera de la misma manera.
Dejó más besos en mi mandíbula, bajando hasta mi cuello y mi clavícula, aunque ahí se detenía, se que el no quería que yo me sintiera incómoda.
Baje mis manos a su pecho poco a poco, dándole tiempo a si el se incomodaba podía rechazarme, aunque no lo hizo entonces baje mis manos un poco más hasta donde terminaba su playera, metí mis manos por debajo, sentí su abdomen bien tonificado y su piel tibia, levanté un poco la prenda lentamente terminado por sacársela completamente de su cuerpo, detuve un momento mis besos y me detuve a admirar lo que tenía frente a mi, se que podré ser exagerada pero para mí, el era la persona más atractiva y sexy en todo el planeta.

Su cuerpo bien formado y su pecho elevandose rápidamente tratando de tomar aire eran todo lo que necesitaba ver para sentirme tan, pero tan.., no sabría describirlo.

Su mano se coló bajo mi blusa y al igual que yo lo hice, lentamente la sacó de mi cuerpo. Nos teníamos frente a frente, semidesnudos, eso lo era todo para nosotros.
Bajo su mano al broche de mi falda y lo desabrochó cuidadosamente, yo terminé por bajarla por completo, dejándome en ropa interior, expuesta, aunque no me sentía de esa forma.
Sus manos recorrieron mis piernas y mi cuerpo suavemente, poniendo especial atención en mi cintura.
Su mano bajo a mi espalda tocando el broche de mi sostén, pero no si antes detenerse a preguntarme.

-Estás segura? - me preguntó con un tono de súplica por qué mi respuesta fuera que si.

-Siempre - le respondí totalmente segura de lo que estaba haciendo.

-Te amo Lily - expusó su corazón ante mi.

-Y yo te amo a ti Billy - entregué mis sentimientos.

Esas palabras era todo lo que necesitabamos, un "te amo" para sentirnos de la mejor manera que alguien podría imaginar.

𝐒𝐂𝐑𝐄𝐀𝐌 | 𝐋𝐢𝐥𝐲 𝐑𝐢𝐥𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora