Broken || Dazatsu

03

A pesar de que sería fácil para los miembros de la agencia y la Port Mafia pasar desapercibidos en Yokohama, no sería nada fácil para unos criminales convictos que supuestamente no existen, aunque no sería tan difícil para Atsushi pedir un par de favores, pero se metería en problemas con su amo si se entera de que salió antes de la cárcel sin que él haya pagado su fianza. Solo había una persona a la que podía pedirle un favor.

Tocó un par de veces la puerta del apartamento hasta que se dignaron a abrirle, encontrándose con la cara de amargado de Akutagawa.

—Necesito un favor -fue lo único que dijo.

—Así que al final vas a hacerlo.

—Lo hago por Gin y también porque quiero conservar mi cabeza en su lugar.

Era arriesgado si se llegaran a enterar que Akutagawa lo había ayudado, pero también sabía que Akutagawa correría cualquier riesgo tratándose de Gin, riesgo que no tomaría por nadie más a excepción de...

Sacudió la cabeza alejando ese nombre de su mente volviéndolo a arrojar al más profundo abismo.

—Qué es lo necesitas.

—Un autobús, uno de los que son libres de salir de la ciudad.

Akutagawa envió un mensaje, donde recibió confirmación poco después.

—Ve a terminal de autobuses, Higuchi te estará esperando con uno. No hagas nada estúpido y evita que te maten.

—Oww, que tierno en fondo te preocupas por mi -se burló.

—Lo digo porque tu vida está ligada a la de Gin, de lo contrario estaría feliz de deshacerme de ti.

Atsushi sonrió con arrogancia, un simple asentimiento con la cabeza fue suficiente agradecimiento y despedida. Sin embargo era cierto lo que dijo, o a medias, la vida de Gin estaba ligada no con su vida, sino con el éxito que tuvieran con la misión.

Mandó un mensaje a su "equipo" con la ubicación.

No tenía ni la más mínima idea de cómo ser un líder, en las ejecuciones de la Port Mafia solo era el respaldo de Akutagawa o con alguien más, solo porque Mori se lo ordenó de antemano que hacer o su amo lo hacía. Era capaz de hacer todos esos encargos porque eran instrucciones dadas con anterioridad, la misión principal era clara, pero los pasos a seguir los daba a ciegas, cualquier error y perdería la cabeza, literalmente hablando.

Algo parecía extraño esa noche, ya que no veía a ciertos conocidos dentro y fuera de la mafia en sus lugares habituales, sumando el hecho de que se escuchaban las sirenas de las patrullas de los policías un poco más frecuente de lo habitual, tal vez por eso pararon un poco la actividad nocturna, lo cual lo extrañó más ya que, aunque la Port Mafia tuviera a toda la policía encima no podrían hacerles nada.

Decidió ignorar eso e ir por la sombra de la noche para que no lo vieran, cualquiera de todos los que conocí hasta llegar su verdadero destino.

La terminal de autobuses, con Higuchi teniendo mala cara por la compañía de seres con poderes completamente desconocidos en la ciudad, más bien siempre estuvieron allí pero las jerarquías de la ciudad decidieron que no existían.

—Parece que en cierta forma tienes suerte de que London siga muy enfadado contigo -fue lo primero que le dijo la rubia.

—Eso me lastima profundamente, pero creo que eso es mejor -se resignó Atsushi disfrazado de burla.

Los únicos de la Port Mafia con los que ha tenido un contacto más prolongado es con Akutagawa por los encargos que hacen con los escuadrones de la muerte y con su amo porque, bueno, le pertenece y su deber es complacerlo.