Día 4: Coreografía / Satisfacción
Una voz profunda destacando de entre el circulo de personas presentes y todos riendo en respuesta, algunos de forma más escandalosa y otros más discreto. El cambio de conversación direccionó a las inversiones futuras en el hospital y los planes ante la apertura de diferentes especialidades.
Loid Forger desvió su atención un momento, para observar el reloj en su muñeca. Recorrió la sala en su búsqueda, visualizando a otras mujeres hablando entre si. Algunas parejas en la pista de baile, deslizándose ante las canciones tranquilas que permitían la conversación de los ejecutivos.
Una fiesta de los altos mandos del hospital donde había sido involucrado al ser el encargado del área psiquiátrica. Evento en el cual podías llevar a tu esposa, más que negocios era una forma de socializar y ganarse la confianza o aprobación de alguno de esos hombres. Loid aprovecharía aquella situación para entablar buenas relaciones, no sabía cuando podría ser uso de ese elemento. El problema es que había quedado con Yor de verse ahí, cuando ella admitió que saldría tarde el trabajo. A pesar de que Loid quiso decir que no podía hacerle esto en este día, lo aceptó. Era su trabajo y no había remedio.
Pero había demorado más de la cuenta, no la veía por ningún lado ¿acaso había salido más tarde? ¿o había sucedido algo que impedía que viniera? Había dejado al cuidado de Franky a Anya, por lo que no sabía que la estaba retrasando tanto. Regresó su atención de nuevo a los hombres en señal de respeto, aunque su mirada iba y venia de la entrada.
—Loid, no nos has presentado a tu esposa. —Mencionó el director del hospital, mirando alrededor.
—Si, queremos conocer qué mujer logró atrapar al hombre más cotizado del hospital. —Agregó un hombre regordete risueño, el secretario de salud de Ostania.
Forger sonrió con despreocupación, pensando en alguna excusa sobre la ausencia de su esposa. Sin embargo, algo llamó su atención. Sus ojos se dirigieron hacia la entrada y el aire quedó atorado en su garganta. Contempló la figura femenina entrar por la puerta, atrayendo la atención de todos los presentes. Su atractivo no era algo que podría negarse, su cabello oscuro recogido con una diadema dorada y sus labios pintados del mismo color que sus ojos: rojo carmesí. Pero lo que logró demandar toda la atención era el vestido rojo que se adhería a un cuerpo con las curvas perfectas.
Loid tragó saliva cuando vio como ella lo reconoció y se acercó hasta él.
—¿Ella es tu esposa? —Mencionó uno de los hombres, sin salir de la impresión.
Loid simplemente logró asentir, antes de adelantarse, dejando a los hombres murmurando, y encontrarse con Yor Forger a medio camino. Una sonrisa adornaba sus rostro, aunque se transformó en un gesto de disculpa.
—Siento demorar, me han entregado el vestido en la sastrería más tarde. —Ella sonrió .
Se apartó un mechón de cabello del rostro, y giró en su sitio de forma lenta pero tan sensual que el propio Loid olvidó donde estaba. Y más cuando contempló el escote pronunciado de su espalda que descendía. Ella se acercó hasta él con cierta vergüenza y él, instintivamente, la rodeó con su brazo, tocando su espalda desnuda con su mano y estremeciéndose por aquel acto.
—¿Te gusta? —Yor se había esperado para vestirse lo suficiente para generar una buena impresión con los jefes de su esposo.
Una lucha interna se desató en el interior de Loid. Por un lado estaba deleitado por como se veía Yor. Por otro lado, más irracional, se debatía entre irse a casa y disfrutar de aquella vista él solo. Sin embargo, logró controlar sus instintos.
—Me encanta. —Admitió, antes de tomarla de la mano y dirigirse a la pista de baile.
—No soy buena bailando.— Yor no estaba segura de como debería bailar.
Loid la acercó más hacía él, colocando toda su mano en sus espalda y ella se estremeció al sentir la mano masculina. Con la otra mano entrelazó la mano femenina y le sonrió con despreocupación.
—Yo te guiaré.
La música cambió y ambos se enfrascaron en aquel baile que desbordaba pasión, atrayendo varias miradas. Pero eso no le importaba a Loid. Él podía ver a varios hombres siguiendo sus pasos y sabía que no era de buena fe, sino por la opinión que tenían de Yor. Él sonrió cuando se hundió en el cuello femenino, permitiendo que la satisfacción lo embriagara. La satisfacción de que Yor era su esposa y jamás permitiría que ningún otro hombre la tocara. Él tenía la fortuna de estar con ella y no estaba dispuesto a dejarla ir.
Se embriagó del olor femenino del cuello de su esposa, con el deseo de llegar a casa pronto para dejarle en claro cuanto le había gustado aquel vestido cuando se deshiciera de el.
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Amour épineux || Twiyor week 2023
ФанфикUn amor entre mascaras y espinas sangrientas que dejan una marca...hasta que ambos se encuentran, en algo prohibido pero que ha fluido de tal forma que ninguno pudo detenerlo. Colección participante en el Twiyor week 2023, organizada por la cuenta d...