ESPADAS Y SANGRE.

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Las oportunidades se dan, si luchas por ellas.

Había amanecido y Visenya recién bajaba del barco subiendo a los carruajes, su caballero de confianza iba con ella en el carruaje mientras que tres más le respaldaban. sabia que iba tarde, pero ella sabia que en ese juicio no estaría su abuelo, por lo que seria una perdida absoluta, buscaría la manera de ayudar a su madre y hermano.

- ¿Estás nerviosa?- pregunto el hombre.

- Un poco, pero no es el hecho de volver, si no del como reaccionen...-  Visenya estaba ansiosa, ver de nuevo a su familia después de muchos años era extraño, y no sabía si los rumores sobre ella había llegado a su familia, ella le mantenía informada a su madre sobre sus títulos o sobrenombres que ponían las flotas y casas de su agrado.

- Ellos estarán feliz de verte.

- No debí haber dejado solo a Lord Corlys....

- La serpiente marina estará bien sin ti.

- Claro...- el hombre miro fijamente a la joven a sus ojos embriagantes, mientras ella posaba su mano encima de la del mayor.- Gracias por estar conmigo sir Breandem.

- No hay de que, mi princesa.- acarició con un dedo la mano de la joven, quien sonrió. Ambos se tenían en gran estima, no era una estima de pasión y lujuria, era más puro como dos personas que se encuentran solas y pasan solos en la vida, pero juntos.

El reino se hacia presente para la joven, sin esperar a que sus guerreros a anunciaran bajo del carruaje y camino a paso apresurado entrando al reino, sabia que su abuelo era el único que podía defenderlos, y sabia que el no estaría ahí.

- Princesa Visenya? - la joven asintió viendo con desagrado el reino.- le anunció en el juicio , aun no empieza.

- Ah, no. Llévame con el rey.- el hombre la miro inseguro, pero al ver a los guardas detrás de ella asintió, las vibras que la princesa enmababan ya no eran las mismas ante los guardias, daba más miedo y desconfíaza ante sus ojos, pasar de ver a una niña dulce y noble a ver una mujer fuerte y de aspecto endurecido y grotesco.- ahora.

- Si, mi princesa.

Visenya entro a los aposentos del rey cubrió su boca al ver la decadencia del lugar, no era nada igual a como lo recordaba, camino hasta las telas blancas viendo a lo lejos a su abuelo.

- Abuelo...- el hombre se removió, pues no había tomado su té.- Dioses.- se acerco a el.

-¿Rhaenyra?- pregunto el hombre quejándose, Visenya trato de entonar su voz pero esta no le respondía.

- No... abuelo, soy yo tu sol.- el viejo abrió el ojo, esbozando una media sonrisa.

- Viniste, mi princesa guerrera.- Visenya tomo su bolso.

- ¿Qué le han dado, mi rey...?

- Té... - miro el baso en la mesa, ella lo tomo oliéndolo.

- ¿Leche de amapola?- negó.- Tome esto mi rey, ayudara con el dolor y la piel podrida.

El botecito que llevaba lo abrió, tomando con un pañuelo la medicina y poniéndolo el la piel, el rey soltó un suspiro de alivio, hace tiempo que no sentía un pequeño alivio, lastimosamente era demasiado tarde para el rey, y Visenya lo presentía.

- Haz cambiado tanto mi niña, ahora hay más oscuridad en tu corazón... Cuida de eso mi amor.- le dio a beber la poción que había preparado con la mirada confundida, ¿que quería decir? Admitía que no era una santa ni mucho menos, pero seguia siendo la misma no tenía odio por nadie... Exepto la reina., El té ayudo a respirar con más tranquilidad y retomar fuerzas.

THE BLACK QUEENS ( Visenya Valeryon)+(??)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora