Los años fueron pasando y mi princesita siguió con su vida. Cada vez estaba más grande. Y a pesar de que había gente que no sabía apreciar a la princesita había alguien que si lo hacía.
Mi princesita hizo una amiga, era todo lo contrario a ella mi princesita era morena de pelo rizado y ella era rubia del pelo liso.
Eran tan diferentes pero nunca había visto a dos seres tan parecidos.
Pero había un problema, la princesita no sabía lo que era tener una amiga.-He venido a buscarte ¡Hagamos algo juntas!
-Hoy no puedo, mañana mejor- decía la princesita-¡Hagamos algo juntas!
-Hoy no, otro día.Mi niña, parecía como si tuviera miedo de apegarse a alguien, ella no confiaba en nadie, pensaba que por mucho que quisiera a su amiga esta tarde o temprano se iría y la dejaría sola otra vez.
Hasta que un día la princesita salió con su amiga hicieron muchas cosas juntas y por primera vez en mucho tiempo fue a dormir feliz.
Antes de dormir dijo algo que me dejó pensando.
Dijo lo siguiente; Creo que viví tanto tiempo en soledad que no me di cuenta de que tenía una amiga.Muchas veces los seres humanos dejan que la soledad les nuble la mente y no se dan cuenta de que hay alguien que los quiere, alguien que le gusta su compañía.
A partir de ese día la princesita no volvió a perder la oportunidad de pasar tiempo con su amiga.
Las dos crearon lazos muy fuertes y se volvieron inseparables. Me encantaba verlas reír juntas.Mi niña, estaba tan feliz por verte reír de nuevo!
ESTÁS LEYENDO
La princesita
RandomMi niña! Ya te dije que contaría tu historia! La historia de como una pequeña princesita me enseñó lo que es amar, lo que es sentirse solo e incomprendido. Me enseñó con pequeños detalles que la felicidad muchas veces está en las pequeñas cosas.