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Lionel

Desde aquel día los años pasaron volando, no volví a Argentina en mucho tiempo debido a que estaba viviendo en la Masía y no podía volverme a mi país, esto me había afectado mucho a mi y a mis padres ya que ellos casi no me veían a no ser en festividades donde teníamos 1 o 2 días para irme a nuestra casa en Barcelona.

Podía decirse que me había adaptado, había pasado del Cadete A al juvenil A y en unos meses nada más, y con tan solo 16 años había debutado en primera, me sentía muy orgulloso de mi, como lo había prometido le había dedicado aquel gol a mi abuela y a... Sara.

¿Que pasó con ella? Pues los primeros dos años todo siguió igual, cuando ella cumplió 11 y yo 13 decidimos que íbamos a quedar como amigos nada más, pero aún manteniendo la promesa de casarnos, yo no pude volver a argentina hasta que salí de la Masía a los 18, nada fue mejor que volver a ver a toda mi familia y a mis amigos, sin embargo no pude ver a Sara por que ella estaba de campamento como acostumbraba, y fue así hasta que ella fue mayor y se fue a Buenos Aires para estudiar derecho, hablábamos por teléfono de ves en cuando sin embargo jamás coincidíamos para volvernos a ver. Yo de iluso esperaba y tenía en mente pasaba imaginado nuestro recuento. Me imaginé dedicándole cientos de goles en el Camp Nou, pero lamentablemente ese no precia ser lo que ambos queríamos.

Cuando iba a cumplir 22 volví a Rosario por que estaba en mis vacaciones por la finalización de la temporada y me había tomado aquellos dos meses para descansar por completo todo mi cuerpo. Fui recibido por Mateo, quien estaba mejor por así decirlo, cada año debía operarse por que le encontraban nuevo tumor y siempre se decía que su vida dependía de un hilo, sin embargo jamás pareció afectarle, así que al volver a verlo tan vivo y tan feliz me alegro mucho al corazón, nuestras familias seguían siendo igual de unidas, José se había mudado así que vivía en otra zona de rosario, en una casa más grande así que siempre que yo y mis padres íbamos a de visita nos quedábamos en su casa para ponernos al día sobre nuestra vida con tranquilidad y esta ves no fue excepción, estábamos comiendo en la cena los 5 conversando muy atentos y Mateo estaba entretenido con su celular hasta que su voz llamó la atención de todos los presentes.

- ¡Sara viene mañana! - dijo con una sonrisa - dice que tiene una semana libre y viene q pasarla acá, ademas trae una sorpresa - dijo sonriente, sentí como mi madre palmeó mi pierna y yo sonreí feliz -

- Tu hermana y sus sorpresas, anda a saber con que se aparece ahora - dijo sonriente José -

- Ojalá me traiga otro gato - dijo sonriente Mateo debido a que su hermana siempre le traía un gato nuevo cuando volvía después de mucho -

- Ojalá no, ya no entran más gatos en esta casa - todos reímos -

Yo me sentía feliz de ver a Sara y me fui a dormir muy impaciente, estuve dando vueltas en mi cama por horas, mirando el techo y deseando verla de una vez después de 11 largos años y ahora si cumplir mi promesa.

- ¿Estas emocionado Leo? - escuché a Mateo hablar desde la cama de al lado, él tenía una cama marinera para cuándo yo me venía a quedar unos días cuando tenía tiempo -

- Un poco, hace mucho no la veo - dije sonriente -

- va a ser el rencuentro mas lindo de todos, lo voy a grabar - dijo con una sonrisa en su rostro haciéndome reír levemente -

- Ojalá nuestra promesa siga en pie - dije suspirando -

- Obvio que si Leo, ella nunca te dijo que no se quería casar con vos ¿O si? -

- No, pero hace algunos meses no hablamos y tal vez cambio de opinión - me encogí de hombros -

- Nah, imposible - dijo con una sonrisa -

Pues tan imposible no era y me di cuenta al otro día cuando la esperábamos en el aeropuerto ya que había tomado un vuelo de Buenos Aires hasta acá para no venir en bus. Estuvimos unos minutos hasta que apreciamos su silueta saltando y saludándonos con una sonrisa, ella corrió hasta su padre y saltó a abrazarlo, me extrañó que no tuviera Maletas pero mis ideas se aclararon cuando un hombre algo robusto y alto se acercó a nosotros sin embargo se mantenía detrás de Sara con la cabeza gacha

- Hola Matu, cuánto tiempo sin verte - esta lo abrazo y al separarse me miro y sus ojos brillaron levemente - ¿Leo? Cuanto tiempo, no pensé verte - me abraso y yo sonreí correspondiendo, estuvimos unos segundos así hasta que un carraspeo proveniente de aquel hombre hizo que nos separáramos - A si, Papá, Mateo y Leo, él es Maximo, mi novio - esta sonrió mientras lo tomaba de la mano -

Nosotros la miramos los 3 incrédulos, sin saber que decir ni que hacer, esta nos miraba algo incomoda como suplicando que dijéramos algo, de inmediato José reaccionó y extendió su mano algo serio hacia aquel hombre.

- Un gusto Maximo, mi nombre es Jorge Gutiérrez - dijo formalmente a lo que este tomó su mano algo nervioso -

- El gusto es todo mío señor - dijo algo tenso - lamento mi llegada tan repentina y de sorpresa, traté de decirle a Sara que lo mejor era avisar pero usted sabe cómo es -

- O si, créame que lo se - miro con algo de enfado a Sara y luego a Maximo - y contame Maximo que edad tenes, no es por ofender pero no pareces un tipo de 20 y tantos -

- ¡Papá! - Sara saltó y Maximo tragó en seco y rascó su barbilla levemente -

- Tranquila, no me molesta - dijo rápidamente y devolvió la mirada a Jorge - tengo 34 años señor -

Los 3 volvimos a abrir nuestra boca de la sorpresa Mateo se notaba claramente enojado y José no podía creer lo que escuchaba.

- Podemos hablar de esto en casa, ahora es mejor que nos vayamos - dijo Sara al ver la expresión en su cara y luego de tomar su maleta su vista se dirigió a mi con una sonrisa - Vamos a tener que ponernos al corriente Leo - me abrazo por los hombros - Ay no sabes lo feliz que estoy de volverte a ver, estoy segura que te vas a llevar de maravillas con Maximo - dijo sonriente a lo que yo solo le devolví la sonrisa y luego asentí -

Al llegar a la casa mis padres conocieron a Maximo algo sorprendidos y rápidamente entablaron una conversación loa cuatro: mis padres José y él, yo y Mateo por otra parte estábamos sentados bastante lejos hablando de lo acontecido.

- No me lo puedo creer boludo - dijo Mateo refregando sus manos en su cara - este tipo podría ser el papá de Sara y ella cogiendoselo - dijo frustrado -

- Para boludo no digas eso así - dije mientras mordía mis uñas - no entiendo nada te juro, pensé que todo estaba bien - suspire con tristeza - y yo como un boludo esperándola, hasta hace unos meses hablamos de nuestra promesa y ella no parecía estar descontenta

- Es que no debe salir hace mucho con este pibe, como máximo 3 meses - removió su cabello - es una pelotuda, tenes que hablar con ella -

- ¿Y que queres que le diga? No la puedo obligar a que lo deje por que a mi no me caiga bien - suspire -

- Pero yo si - se puso de pie - voy a buscarla - se puso de pie y antes de que pudiera decir algo subió al cuarto donde Sara estaba ordenando su ropa -

Yo suspire y fui donde mis padres a solo escuchar la conversación, no me sentía de ánimos para entrar en la conversación de ellos, mucho menos tenia ganas de hablar con Maximo.

Paper Rings || Lionel Messi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora