Yo sí te quiero, Amaya [COMPLETA✔️]

𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎

ᴄᴏɴᴛᴇɴɪᴅᴏ ꜱᴇɴꜱɪʙʟᴇ

𝘠𝘰 𝘴𝘪 𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰,
𝘈𝘮𝘢𝘺𝘢

  Me gustan las horas libres antes de la hora del almuerzo ya que así podía pasar más tiempo fuera.

Había venido debajo de las gradas tratando de evitar a Emma; tenía un montón de mensajes de ella, mensajes que no pensaba responder, a causa de lo ocurrido me sentía muy mal, y ese sentimiento prevalecía junto al recuerdo de sus labios en los míos.

Yo nunca había besado a nadie, y nadie me había besado a mí, y que Emma se atreviera a hacer eso... Ni si quiera sabia como explicar cómo realmente me sentía.

Sabía que en algún momento tendría que hablar con ella, y sabía que ese momento se aproximaba cuando la vi a la distancia acercarse. Era un poco difícil atravesar el campus con el equipo de fútbol entrenando.

Toda la tranquilidad que sentía se esfumo al tener su presencia tan cerca de mí, otra vez.

— Llevo toda la mañana tratando de hablar contigo.

— Te estoy evitando.

No la mire a los ojos cuando llego, no quería hacerlo en ningún momento, pero escucharla reír me hizo contradecirme. Entonces levante la mirada a la suya, me preguntaba que le causaba gracias, porque verla solo me hacía sentir enojada... impotente.

— Deberías de pedirme disculpas por lo que hiciste — me atreví a decir.

Su sonrisa campante se volvió confusa.

— ¿Por qué? Solo fue un beso, un beso no es malo.

No, no lo era, sin embargo...

— Pero no me gusto que hicieras eso, y creo que lo deje muy en claro... discúlpate, Emma.

Volvió a sonreír, ignorando por completo mi petición.

— Somo amigas, Amaya, las amigas se regalan besos.

— Las amigas no se besan en la boca.

— Entonces... Seamos algo más, ¿no? Me gustas y lo sabes.

«¿Gustarle? ¿Pero es que acaso está loca?»

Eso a mí nunca se me había cruzado por la cabeza, pero al menos ya podía entender de donde venia tanta amabilidad de su parte.

— No estoy de acuerdo contigo, Emma, y sigo pensando que deberías de disculparte.

— No me voy a disculpar.

— Entonces vete, yo no te quiero cerca de mí.

— Pero si no tienes más amigos.

Solté un sollozo, por su culpa mi vista estaba borrosa, y no por el hecho de no tener amigos, si no porque seguía enojándome aún más con ella.