Yo sí te quiero, Amaya [COMPLETA✔️]

𝐒𝐄𝐈𝐒

𝘠𝘰 𝘴𝘪 𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰,
𝘈𝘮𝘢𝘺𝘢

  Me había ausentado en la escuela por toda una semana, y no lo hacía queriendo, de hecho, había tratado de asistir varias veces, pero el dolor apenas empezaba a cesar. A duras penas había podido ir a la farmacia más cerca y conseguir algo para calmar el ardor en mi piel.

No había visto a mi madre desde entonces, pero era miércoles y ella aun no aparecía, tenía el presentimiento de que volveré a casa y no la vere ahí.

Trataba de no moverme mucho en mi asiento así evitaba lastimarme, era hora libre y la utilizaba para ponerme al día con todo lo que habían impartido de las clases, al menos a la clase de música no tenía que asistir si no hasta la próxima semana.

Ver toda esta tarea acumulada me causaba dolor de cabeza, tenía que hacerlas todas, sin mencionar que debía de realizar otro ensayo y prepararme para tomar algunos exámenes. Aunque antes solía considerar a Emma como mi única "amiga", no me atrevía a pedirle su ayuda por nada en este mundo después de lo que hizo, y a pesar de que me costó hablar con alguien más, amablemente le pedí ayuda a Dany, una chica que se sienta justo al lado de mí, ella no se negó, de hecho, sorprendió un poco lo amable que fue.

— ¿Quieres ayuda con el ensayo? Puedo ayudarte mientras estudias para los exámenes.

— Yo puedo hacerlo, no te preocupes.

Ya era bastante con que me ayudase a completar las tareas de matemáticas.

Mi teléfono vibro en la mesa, era la alarma que tenía para tomar el medicamento que había comprado para aliviar el dolor en mi cuerpo.

Me agache hacia mi mochila para sacar el Tylenol, trate de callar mis quejidos lo más que pude, y aunque no pude hacerlo del todo, la mirada de Dany lo decía todo a pesar de que de sus labios no salió palabra alguna.

Tome dos píldoras y me relaje.

El tono de la campana hizo eco por todo el salón.

— Déjame esto, yo lo termino mientras tú te ocupas del ensayo y estudiar para los exámenes.

Tomo mis cuadernos pertenecientes a las tareas.

No quería abusar de ella, pero me vendría muy bien su ayuda.

— Gracias Dany.

Sonrió mientras se encogía de hombros.

— No es nada, te vere mañana.

Termino de recoger y salió del salón.

Yo hice lo mismo, pero con mucha más lentitud, apenas si podía mover mis extremidades con normalidad.

Tome mi mochila en mis manos, incapaz de colgarla en mis hombros.

Se supone que tenía detención pendiente, pero no estaba de humor para lidiar con eso ahora.