𝐐𝐔𝐈𝐍𝐂𝐄

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𝘠𝘰 𝘴𝘪 𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰,𝘈𝘮𝘢𝘺𝘢

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𝘠𝘰 𝘴𝘪 𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰,
𝘈𝘮𝘢𝘺𝘢

El pequeño rayo de sol que entraba por la ventana me pegaba justo en la cara, hacia doler mis ojos, por lo que me voltee.

Tenía un largo rato acostada desde que desperté, no sentía ganas ni siquiera de respirar. Una sensación de Deja Vu me arropaba, recordaba sentirme así anteriormente, pero no sabía porque, me costaba mantener los ojos abiertos, la cabeza me palpitaba con fuerzas y la barriga me dolía demasiado.

Con todas las fuerzas que tenía me abrigue mejor con las sábanas para calmar el frio que sentía, inexplicablemente todo mi cuerpo temblaba levemente.

No tenía idea de que me sucedía, pero tampoco tenía los ánimos para averiguarlo.

Escuche la puerta de mi habitación abrirse. Al abrir mis ojos pude ver a mi madre, se acercó y se agacho quedando a la misma altura que yo.

— Al fin despiertas. — «Lleva rato despierta.» — Tienes mucha fiebre.

Su mano toco mi frente, intente alejarme de ella, pero solo fue un pensamiento que no ejecute, no tenía las fuerzas ni siquiera para respirar con normalidad.

— ¿Puedes levantarte? Hay que bañarte con agua fría para bajar la fiebre.

Ella intento levantarme, pero me queje, lo suficiente como para que me dejara en donde estaba, que me tocara me dolía.

Suspiro en tono preocupante, no hacía nada más que mirarla.

— Quizás te administre más de la que debí — murmuro para ella.

Se levantó y salió de la habitación, luego regreso con un pequeño cubito, se sentó a la orilla de la cama y puso un trapo húmedo en mi frente.

El no querer verla me llevo a cerrar los ojos, y a otra vez quedarme dormida.

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Seguía teniendo los mismos malestares, pero esta vez tenía un poco más de fuerza. Baje de la cama y como pude me quite el vestido blanco de encaje transparente que llevaba puesto, no tenía ni la más mínima ide de donde había salido esto.

Me puse mi pantalón y mi abrigo de pijama, de camino para salir, vi mi teléfono casi debajo de mi cama, me gache y lo tomé.

Tenía dos llamadas perdida de Christopher, dos mensajes suyos y uno de Dany.

Mire la hora, y sin poder evitarlo, también la fecha. Me sentí vacía, desorientada y confundida al ver que decía miércoles... No podía ser miércoles, si apenas ayer era viernes.

No entendía nada.

Dejé el teléfono encima de la cama y arrastré mis pies fuera de la habitación, la casa estaba sumergida en un pulcro silencio, tanta calma me sentaba mal.

Yo sí te quiero, Amaya [COMPLETA✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora