Blitzø no había dormido en toda la noche, lo que en parte agradecía porque no tendría pesadillas, pero por otro lado le perjudicaba, pues no podía parar de pensar en el príncipe Goetia. Cada vez que cerraba sus ojos en su mente aparecía la imagen del búho mirándole aterrorizado, con unas oscuras sombras bajo sus ojos y sus plumas usualmente peinadas de manera refinada, ahora alborotadas. No podía parar de recriminarse que eso era su culpa, que Stolas estaba así por él.
Cansado de darle vueltas al asunto, nada más que el sol infernal salió, se vistió con su traje de trabajo y se marchó de las oficinas en su furgoneta. Aparcó en el exterior del gran palacio y, como siempre hacía, se saltó el muro que delimitaba los terrenos reales y comenzó a escalar por la pared exterior. Cuando visualizó sobre su cabeza el balcón que pertenecía a los aposentos de Stolas su corazón comenzó a latir con más fuerza, y no solo por el esfuerzo realizado para subir hasta ahí, sino también por los nervios de encarar al príncipe. Agarrándose de las cornisas se impulsó hacia arriba y cayó sobre el suelo del balcón, jadeando del cansancio se incorporó y reguló su respiración.
Miró las puertas que estaban cerradas frente a él, no grimorio, no acuerdo laboral. Solo ellos dos, hablar sobre ese tema que deberían haber tocado hace mucho tiempo. Importándole bien poco si el príncipe estaba dormido, le pegó una fuerte patada a las puertas y estas se abrieron estrepitosamente.
—¿Stolas? —llamó asomándose, se quedó paralizado en la entrada mientras sus ojos analizaban el escenario que había frente a él.
El aspecto de los aposentos era nefasto; habían varios libros tirados en el suelo, esquirlas de cristal que pertenecían a un jarrón en el suelo y unas rosas blancas marchitas tiradas, la cama era lo peor, las sábanas ya ni existían, solo quedaban trozos de tela roja y algodón y plumas repartidos por todo el colchón. Blitzø estaba estático, nunca se imaginó encontrar ese escenario en el dormitorio de un príncipe tan pulcro como Stolas.
El problema se estaba saliendo de control y debía hablar con Stolas lo antes posible, ingresó en el dormitorio y buscó con la mirada al príncipe Goetia. Abrió la puerta del baño sin ningún resultado y confundido decidió buscar por el castillo. Recorrió el castillo de arriba a abajo, atravesando extensos e interminables pasillos y entrando en salones y estancias reservadas para fiestas. Llegando incluso a una cocina que al menos se veía bien cuidada, lo más extraño era que no habían sirvientes por ningún lado, es como si estuviera completamente vacío.
Se quitó el sudor de la frente y resolló apoyándose en una pared, sus pies dolían pero no se rendiría, necesitaba encontrar a Stolas, ahora que había reunido la suficiente valentía como para llegar hasta allí, no se rendiría tan fácilmente.
—¿Quién cojones eres y qué coño haces aquí? —preguntó Via a sus espaldas, Blitzø se giró y contempló a la búho.
—Estoy buscando a tu padre.
La mirada recelosa de la chica lo hizo tragar saliva.
—No está, cuando yo llegué tampoco lo vi —respondió con sequedad.
—¿Has estado sola toda la mañana?
—No exactamente, mientras mi padre se recuperaba he estado viviendo con mi madre, pero esta mañana mi madre me mandó a estar aquí, yo pensaba que podría ver a mi padre pero en cambio, te encuentro a ti —lo último lo escupió enfadada y afilando sus ojos rojos, Blitzø se rascó la nuca incomodado—. Sé quién eres, tú eres el maldito imp que jodió la relación de mis padres, por tu culpa se van a divorciar.
Blitzø apretó sus puños con molestia, pero debía calmarse, esa era la hija de Stolas y no podía dar esa imagen frente a ella, bastante con que la chica ya tenía prejuicios en su contra, no quería empeorar la situación.
ESTÁS LEYENDO
BLUE FEATHERS <●> STOLITZ
FanfictionDespués del último ataque de Striker, Stolas quedó hospitalizado y poco a poco sus sentimientos hacia Blitzø se van marchitando a la par que su alma. Atraviesa un periodo de depresión y cuando cree que está todo perdido, encuentra en su biblioteca u...