Ruben Doblas era un alfa Prime, líder de la manada más poderosa del país y de la mafia más temida del mundo. Así que las personas reunidas en aquella sala de juntas estaban un tanto... Extrañadas. Todo porque aquel temido alfa, sostenía muy amorosamente entre sus brazos a un pequeño bebé omega.
El escenario era un tanto extraño, con todos estando un poco confundidos, el gran y temido alfa del que tanto hablaban, no se parecía a nada de lo que decían sus historias... Y menos con ese hermoso bebé de ojos morados de cabello azabache, omega, por el dulce olor a miel y galletas.
Rubius parecía ignorar a todos en la sala, sin importarle ni un poco las miradas de los presentes allí. Sólo parecía importarle el pequeño en sus brazos.-Mi precioso cachorro-le hablaba con un tono dulce incomodando a los presentes. Solo los balbuceos y risitas del pequeño omega rompían el silencio-No dejaré que nadie te toque nunca.
-Ahmm... Jefe- habló uno de los presentes-Tenemos un asunto que tratar.
-Ja?-expeto con molestia tomando una pose seria-Ah, es verdad.
-Como verá, queremos saber su respuesta sobre lo que procederá con los traidores-habló otro de lo presentes.
-Tortúrenlos-le contestó Rubius con una sonrisa macabra-Desmiémbrenlos parte por parte, que sus gritos los escuchen en todo el lugar.
Los presentes comenzaron a encogerse en su lugar, mientras Rubius sonreía sombríamente.
-Quiero que mueran lenta y dolorosamente, que sus lágrimas caigan y sufran, que imploren piedad y perdón. Que la muerte sea la salvación de su tortura, pero que ese consuelo no llegue hasta que sus cuerpos estén tan dañados y sus corazones dejen de latir y la desesperación los carcoma-declaró siniestramente olfateando el olor aterrado de los presentes-Eso les enseñará a todos lo que pasa cuando me desobedecen.
La sala quedó en total silencio, frente a ellos estaba el temible y sanguinario jefe mafioso que conocían, aquel que había asesinado sin piedad a miles de personas. Frente a ellos tenían a la versión humana del mismo diablo.
El silencio se rompió con el tierno estornudo del pequeño omega, el olor a miedo que emanaban los presentes le provocó comezón a su pequeña nariz. Un puchero se formó en su cara y todos fueron testigos de cómo Rubius, con sólo una mirada amenazadora hizo que todos aquellos alfas en esa sala, incluso los prime, dejaran de producir su olor a miedo.-Si su asqueroso olor hace llorar a mi cachorro, ustedes desearan ser los traidores-habló enojado. Y no tenía que decirlo dos veces, muchos fueron testigos de la golpiza que le dio Rubius a un jefe de la mafia de otro país, por atreverse a mirar a su cachorro y sugerir ser su futura pareja cuando creciese.
Rubius era un alfa que no dejaria que le tocasen un pelo a su familia.La puerta de la sala fue abierta por el omega del jefe de la mafia, Vegetta.
-Osito-menciono serio-Ya te he dicho miles de veces que dejes a Spreen dormir.
-Pero el quería estar conmigo-habló en defensiva el mafioso.
-El necesita dornir en el nido que yo le preparé-habló el azabache enojado-Ya van seis veces que toda la base es movilizada porque mi cachorro no se encuentra en el nido durmiendo. Estuvo a punto de ser la séptima vez, si no fuera porque Mangel me aviso que lo tenías tú.
Rubius bajo un poco el rostro, pareciendo perro regañado.
El pequeño omega dejó de hacer gestos de llanto al oler a su papá omega, mostrándole una dulce sonrisa. Instantáneamente Vegetta relajo su expresión y le sonrió a su cachorro. Extendió sus brazos y el bebé fue depositado en ellos por un triste Rubius, que quería quedarse con su hijo más tiempo.-Cuando termines tu reunión puedes venir al nido, ya sabes que no me gusta que Spreen este contigo durante estas charlas-le hablo tiernamente el omega y Rubius asintió.
Al casi salir de la habitación, el pequeño omega salió de entre los brazos de su madre y le sonrió a Rubius.
-Papi adio.
Y la puerta fue cerrada, con la sala volviendo a quedar en silencio.
-Bien señores- mencionó Rubius volteándose- No me gusta esperar, así que empecemos con la tortura.
Detrás de los presentes aparecieron los traidores, atados y rogando por el perdón. Pero el alfa no los escuchaba, sólo quería terminar con ese asunto lo más pronto posible, para volver con su pequeño cachorro y su amado esposo.
Sin más, desenfundo sus armas, apunto a donde sabía que no se volverían a levantar jamás.
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🐾Rubegetta One-Shots🐾
FanfictionBienvenidos a estas historias protagonizadas por el osito y el señor simetria. Porque nunca se tiene suficiente del amor de estos dos. No más migajas. Ñam. Ñam...~(*˘▽˘)~🍰 🐾Rubius Top- Vegetta Bottom. Si no te gusta esta pareja te invito a darle...