Vegetta se desmayó después de ser anudado por tercera vez en su primer día de celo. Recobró algo de conciencia cuando el nudo del alfa tigre comenzaba a bajar y salía de su entrada. Tan pronto como Rubius se deshizo del condon, se acostó al lado del omega con la respiración agitada y los latidos descontrolados. Vegetta aun sentía salir de su entrada una gran cantidad de lubricante, manchando la cama, pero esto no podía importarle menos ahora mismo, así que volvió a dormirse.
Abrió nuevamente los ojos cuando sintió algo húmedo y caliente moverse entre sus piernas, específicamente sobre su entrada y miembro. Con mucha fuerza de voluntad logró levantar algo la cabeza, para ver la cabellera de Rubius allí abajo. El híbrido de tigre estaba limpiándole con su lengua. No tuvo fuerzas para sacarle de allí y decirle que lo limpiara como las personas normales, cuando volvió a caer dormido.
Se despertó por tercera vez cuando sintió un hambre voraz. Desde que había comenzado su celo y se habia encerrado con Rubius en su habitación y no había comido algo decente en todo ese tiempo. Tenía el vago recuerdo del alfa intentando obligarle a tomar agua, a veces de su propia boca. Esto le sacó colores al omega. Por qué aquello le parecía tan tonto y pasional?
Sintió movimientos trás su espalda, los brazos fuertes que le rodeaban le abrazaron, apretándole un poco. Rubius se daba el gusto de olfatear con cariño a su omega.
-Cómo te sientes Vegettita? Te duele algo?-preguntó el alfa.
Vegetta hizo una revisión mental de su cuerpo. Estaba bestido con solo una sudadera rosa. Le dolía un poco su entrada, a pesar de que el alfa le penetró suave al principio. Se sentía húmedo y aún tenia una leve debilidad en sus piernas, pero además de eso todo parecía estar bien.
-Estoy bien, solo tengo hambre-dijo notando que su voz salía apagada.
Vegetta gimió bajito cuando sintió la mano de Rubius levantar el borde de la sudadera y tomar su miembro comenzado a masajearlo, de arriba a abajo, dándole especial cuidado al glande con su pulgar.
El omega aun estaba en su celo e intentaba mitigar el dolor por la falta de atención en su sexo. Frustrado movió sus caderas hacia adelante y con su mano intentó bajar las caricias de Rubius hasta su entrada, pero el alfa no le dejó, solo le dio un beso en la mejilla y siguió moviendo su mano sobre el miembro contrario.Rubius restregó su cara contra el polerón rosa, con el cual había vestido a su omega para que no tubiese frío. A Vegetta le quedaba grande y estaba seguro de que si se levantaba, este le cubriría hasta las rodillas, ese pensamiento le trajo ideas obscenas a la cabeza. Pero primero debía alimentar correctamente a su Vegettita.
Al levantar la cabeza de la espalda del omega, se topó con los ojos de este. Se miraron unos segundos para luego unir sus labios en un beso suave y romántico. Ambos tuvieron besos posesivos y mordidas, en los largos periodos de besos durante el celo, pero este era más calmado y necesario,
-No omega, aun no-intentó razonar el alfa, intensificando sus movimientos, hasta hacer que el omega si viniera en un gemido sonoro.
Rubius hambriento y excitado, volteó a Vegetta boca arriba, metiéndose entre sus piernas, comenzando a lamer y chupar el miembro ya flácido, limpiándolo con su boca.
-R-Rub... No-trató de detenerlo Vegetta, pero se sentía tan relajado y pesado que terminó dejándose a hacer, mientras miraba al techo de su habitación.
-Eres delicioso conejito-dijo el alfa relamiéndose los rastros de semen en sus labios-Ahora, qué quieres que te preparé para desayunar?
-Eres un pervertido-le reprocho Vegetta.
-Pero solo contigo Vegettita-dijo recostándose sobre el cuerpo cansando del omega abrazándolo por la cintura y posando su cabeza sobre el pecho. Vegetta se dedicó a acariciarle el cabello y las orejas-Te veo y siento que quiero comerte entero...
-Quítate de encima pervertido y prepárame algo!-chilló el hambriento omega azabache.
Rubius salió riéndose de la habitación, fue hasta la cocina para ver qué podía preparar para su conejito antes de que se pusiera más gruñón. Al abrir el refrigerador descubrió muchos alimentos enlatados y comidas congeladas, solo debía recalentarla. Se rascó la cabeza pensativo en que preparar.
Sonrió cuando sintió los brazos y la cabeza de Vegetta contra su cuerpo.-Que quieres que te prepare-preguntó el alfa, dándose vuelta para tomar a Vegetta y sentarlo en una de las sillas de la cocina.
-Tal vez algo dulce-resopló, frotándose los ojos soñoliento-Quiero estar listo para pasar el resto de mi celo junto a ti.
Un inexplicable sentimiento de vergüenza subió por todo su cuerpo, sacándole un rubor en sus mejillas mientras agitaba sus largas orejas, al darse cuenta que había dicho como si nada, que iban a estar follando toda la semana.
-Vegettita, luego de esto... No me abandonaras verdad?-preguntó Rubius sacando un envase de helado, quitando la tapa y dandoselo al híbrido de conejo que no salía de la estupefacción al escuchar su pregunta.
-De qué estás hablando cabezón?
-Yo, creo que ya no puedo vivir sin ti. Luego de esto, quiero seguir contigo y quiero follarte a diario sin ningún impedimento-respondió el alfa mientras Vegetta sonreia ante sus palabras-No estaré satisfecho hasta que me corra dentro de ti. Y me haré responsable de todo lo que pueda pasar de allí en adelante...
-Esta bien, podemos seguir juntos. No pasara nada. La semana pasada fui al ginecólogo-explicó el omega. Rubius reaccionó y se acerco a el, quien miro algo incomodo al alfa-Que pasa?
-Entonces, te pusiste un implante anticonceptivo?-dijo besando la frente de Vegetta, quien se sonrojo.
-No, esas cosas son dañinas para mi cuerpo-dijo molesto, recordando la charla con el médico-Solo tomare las pastillas anticonceptivas. Más ahora que tengo un alfa.
-Entonces no quieres tener...-el semblante del alfa cambio de inmediato, quedando cabizbajo.
-Ruru, no te pongas así. No es que no quiera cachorros. Los quiero. Solo que no ahora. Lo siento si te di una idea equivocada... Ya no quieres seguir?
El alfa suspiró recuperando su estado de animo al ver que la idea de tener cachorros de su omega, no estaba descartada.
-Entiendo, es solo que me preocupe. No es nada.
Vegetta solo sonrió y abrazó a Rubius.
-Esta bien Ruru. Trajiste más condones?
El alfa de tigre se sonrojo y asintió. De hecho había comprado como diez cajas, por las dudas.
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🐾Rubegetta One-Shots🐾
FanfictionBienvenidos a estas historias protagonizadas por el osito y el señor simetria. Porque nunca se tiene suficiente del amor de estos dos. No más migajas. Ñam. Ñam...~(*˘▽˘)~🍰 🐾Rubius Top- Vegetta Bottom. Si no te gusta esta pareja te invito a darle...