CAPÍTULO III
NOS METEMOS EN LA GUARIDA DEL TIGRELeí el periódico en voz alta:
A las tres de la madrugada, la madre de Zephyr Illiadis: Cynthia Illiadis, escuchó ruidos en la habitación de su hija. Cuando llegó, las voces se acallaron. Pensó que era una pesadilla y volvió a la cama. Debido a que no podía conciliar el sueño, se dirigió nuevamente a los aposentos de la señorita Zephyr, pero esta ya se encontraba sin vida.
"Yo sé que mi hija es débil de cuerpo y de corazón. No se supo defender del atacante por su condición", dijo la mujer.
"El principal sospechoso ha desaparecido, no queda nadie a quien culpar" acotó el detective Orion Theodorou.
Pronto les estaremos informando más detalles. Incluso los detectives estrella no le encuentran sentido, dicen que es insoluble.
-Dime, ¿Qué es lo que piensas?-me preguntó Peter mientras le tomaba un sorvo a su café caliente.
-Parece ser un caso complicado. No tengo idea sobre quién lo hizo ni donde está. Pero por lo que me contaste ayer-recordé-, sé que su amante la había secuestrado y que después de un tiempo lograron encontrarla.
Obviamente que el primer sospechoso sería el amante: raptó a Zephyr porque él pensaba que compartían los mismos sentimientos, pero en realidad ella no lo hacía.
La jovencita logró escapar y volvió a su hogar. Pero su amante no podía soportar el hecho de que ella le había roto el corazón así que la mató hoy en la madrugada. La mamá se despertó por los ruidos pero no le dio importancia. Como no pudo seguir durmiendo, fue a ver a su hija, pero esta última yacía muerta en su cama con una espada clavada en el corazón.
-Incorrecto. Sabía desde el inicio lo que ibas a decir... Eso es lo que nos quieren hacer pensar ¡ Es obvio que fue un complót ! Incluso las declaraciones de la madre son sospechosas, no te das cuenta?-bufó Johnson, cruzando las piernas en modo de indignación.
-Entonces, ¿Por qué razón la mataron?-pregunté cerrando el periódico para dejarlo sobre la mesa.
-¿Y por qué no?-frunció el ceño Peter-Hay muchas razones. Con solo leer el diario ya sé quien es el culpable.
-¿Y quién es?-le pregunté.
-Ya lo entenderás todo cuando vayamos a visitar a la familia Illiadis.
Dicho esto, se levantó de la silla y fue a pagar. Cuando volvió, nos fuimos en taxi a la mansión de esta familia.
Tan pronto como llegamos, no pude evitar preguntar:
-Pero cómo vas a hacer para que te dejen investigar la escena del crimen? Todavía no eres tan conocido, pensarán que porque ni los detectives estrella pudieron resolverlo, un cualquiera tampoco podrá-le comenté.
-Ya verás-me contestó mientras se acomodaba el cuello de su abrigo de chesterfield.
A continuación, tocó las puertas de la mansión un par de veces. Después de esperar, un hombre corpulento nos atendió:
-Buen día caballeros, ¿Qué es lo que necesitan?
Antes de responder, Peter y yo nos miramos a los ojos. Yo le asentí con la mirada, como en señal de "estoy preparada". Solo entonces, él le habló al mayordomo:
-Buenos días señor, mi nombre es Peter Johnson, detective perditoriano y esta es mi asistente, la señorita Ariadne Karagiannis.
Cuando dijo mi nombre, incliné levemente la cabeza en señal de respeto.
-Estamos aquí para resolver el caso que atormenta a la familia Illiadis.
-No creo que vaya a ser posible caballero, en este momento ya se encuentra otro detective investigando, tendría que consultárselo a la señora.
No alcanzó a terminar de pronunciar la palabra "señora" y detrás de él apareció una mujer baja, tipo de uno cincuenta, con el cabello blanco por la vejez, joyas relucientes y un velo suntuoso que ocultaba su rostro. Daba la impresión de una película de terror: tanto el vestido que llevaba esta mujer como el velo que cubría su cara eran color azabache. No había duda. Se trataba de la madre de la jovencita.
-¿Otro detective? Pase, pase, ¡Cuánto más mejor! Quiero encontrar al maldito que asesinó a mi hija. ¡En cuanto lo vea, lo voy a matar!-espetó la mujer de negro.
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Investigación Crucial
RomanceEl detective Peter Johnson y su asistente, Ariadne Karagiannis, tendrán que resolver el caso de la espada de la muerte, el que atormenta a una de las familias más ricas de Grecia.