Cap. 15

58 9 5
                                    


Veía los párpados de Cinco luchando por permanecer abiertos. El estaba tumbado entre mis piernas con la cabeza en mi abdomen mientras yo le acariciaba el cabello. Supuestamente íbamos a ver una película, digo supuestamente íbamos porque acabé viéndola yo sola mientras Cinco se quejaba de lo mala que era o se pegaba pequeñas siestas.

Entonces escuchamos la puerta abrirse, rápidamente él se recolocó sentado y yo hice lo mismo cambiando la postura a la típica de las piernas cruzadas como los indios. Entre nosotros habíamos pasado la barrera del tacto y la confianza, ya me entendéis, pero no queríamos que todos los demás se enteraran, por lo menos por ahora.

Viktor y Diego entraron en la habitación, se quedaron un poco parados al principio, supuse que por los ruidos que hicimos de repente mientras habrían la puerta y porque ambos estábamos mirándolos fijamente sonriendo.

- ¿Qué buscáis? - Pregunté finalmente yo rompiendo el silencio.

- A ti, tenemos que ensayar, la other leage es dentro de dos días. - Diego me agarró del brazo y me levantó de la cama de un tirón.

Suspiré.

- Está bien vamos. - Accedí y me marché con ellos, Cinco se quedó en su dormitorio durmiendo.

Al llegar al jardín trasero ya se veía a un montón de personas midiendo, apuntando cosas en una libreta y hablando entre ellos. Me sorprendía que ya estuvieran preparando todo, pero era mi primera fiesta de millonarios por decirlo de alguna forma, así que no tenía ninguna otra para compararla.

Nosotros tres subimos al escenario medio montado y Viktor empezó a preparar su violín. Vi como Diego se tocaba mucho su cabello, cosa que me sorprendió, siempre lo llevaba al aire.

- ¿Estás enfermo? - Le pregunté imitando sus gestos.

- Muy graciosa. - Me respondió, y paró al instante, suspiró y me volvió a mirar hablando más bajo. - ¿Ves a aquella muchacha de allí? La de pelo negro.

- Sí, ¿quién es? - Miré disimuladamente.

- Creo que la hija del hombre que está a su lado, el policía, ayer vinieron también para ver su la fiesta era legal o no y estuve hablando con ella un rato, se llama Patch. - Me explicó, sonreí.

- Háblale. - Le aconsejé. - Ve y le preguntas por su día y luego puedes decirle algún piropo original y pedirle el número.

Me miró con el ceño fruncido.

- ¿Y eso funcionará? - Preguntó, para luego hacer el chiste. - Si me dices que esa fue la jugada que usaste con Cinco me lo creo.

Giré los ojos mientras el solo se reía. Viktor ya había terminado, así que nos pusimos en nuestras posiciones.

- Te está mirando. - Le mentí a Diego, que giró exageradamente la cabeza hacia atrás, el más disimulado.


Ensayamos un par de veces y Pogo intentó corregirnos algunos detalles. Diego se quedó hablando con su futura novia, que se acercó a alagar nuestro espectáculo. Viktor se fue no se a donde y yo decidí beberme unos cuantos vasos de agua, estaba sedienta.

Noté algo por detrás, giré un poco la cabeza y era Cinco, que se había teletransportado justo allí. Sonreí y empecé a sacar un poco de pan de molde para un sandwich. Él no dijo nada, solo se pegó a mi espalda y me abrazó por la cintura, hundiendo su cabeza en mi cuello, donde segundos después dejó un beso. Aparté mi cabello para que estuviera más cómodo. Bajó sus manos hasta mis psoas (músculo) y me dejó otro beso.

- ¿Vas a querer un sandwich? - Le pregunté, sin saber hacer ante esa situación.

Levantó la cabeza y se puso a mi lado en la cocina, se notaba que estaba recién levantado, eso me hizo gracia.

- Sí. - Contestó nada más después de unos segundo mirando fijamente el pan. Agarró otro par de rebanadas y empezó a hacerse el suyo.

- Se nota que has dormido bien. - Comenté.

- ¿Eh? A sí, sí. - Me reí, pero él seguía concentrado en su bocata.

Al poco entró Allison por la puerta. Ni saludó ni nada, entró, agarró algo de la nevera y se fue.

Últimamente habíamos vuelto a gritarnos, y puede que pegarnos por una discusión. Ya que habíamos tenido una misión y honestamente ella no había echo casi nada, no me hubiera molestado tanto si no fuera porque yo casi muero y ella estaba cruzada de brazos en una esquina. Pero en fin, cositas de mi hermana.

- ¿Todavía no habéis hecho las pases? - Preguntó Cinco.

- ¿Cuándo las hemos hecho? - Le recordé yo.

Se sentó mi lado y nos comimos los bocadillos en silencio, de vez en cuando lo miraba sin que se diera cuenta, no se había molestado ni es estirarse la ropa después de dormir. Cuando se echaba siesta parecía otra persona. Entonces me pilló mirándole, aparté la mirada rápidamente.

- ¿Qué pasa, no puedes resistirte a mis encantos verdad? - Soltó de repente, mirándome con esos grandes ojos verdes.

- Ya ves, es imposible. - Giré los ojos siguiéndole el juego. - Deberíamos casarnos.

- Y comprar una casa. - Siguió el también con el juego.

- Y tener tres hijos no?

Puso una cara que ya conocía, automáticamente me levanté muerta de la vergüenza, agarré mi plato y lo dejé en el fregadero, escuchaba su leve risa de fondo.

- Creo que es la primera vez que te veo colorada. - Comentó mirando hacia atrás. Me crucé de brazos.

- No se porque digo nada si ya se como eres. - Le contesté, a lo que su sonrisa aumentó.

- Por que me quieres, aunque yo preferiría más. - Remató, y siguió comiéndose lo suyo con total normalidad. - ¿Te imaginas a un mini nosotros? Sería guapísimo, o guapísima claro.

- Cinco, ¿no crees que vas muy deprisa? - Intenté pararle los pies, volviendo a su lado.

No dijo nada, solo me dio un pico y llevó su plato al fregadero, se puso a lavar ambos silbando una canción mientras yo me quedé mirándolo de espaldas.


-----------------------

Cortito porque estoy enferma.

No olvides votar y guardar la historia para seguir imaginando.

Gracias por leer <3, pueden dejarme sugerencias o que creen que pasará en los comentarios.

Mi amor perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora