Cap. 2 Parte. 2

39 6 0
                                    


- Quería disculparme contigo. - Empezó Allison.

Ya se había acabado la cena y estábamos a solas.

- ¿Disculparte? - No me esperaba eso la verdad. - ¿Por qué?

- Venga ya Ocho, ambas sabemos lo tonta que era de niña.

A vale se refería a eso.

- No te preocupes, es pasado, además, yo tampoco era la más buena contigo. - Dije.

- Sí ya, pero tú por lo menos intentaste hablar conmigo, y yo me cerré en banda desde el principio. - Sintió.

Asentí con la cabeza, tampoco era mentira lo que decía, pero ya daba igual.

- Mira, da igual, ninguna lo hizo bien del todo, así que qué más da. - Le resté importancia al asunto con una sonrisa. - Vamos a disfrutar de tu boda.

Sonrió y ambas nos entremos a la fiesta, que ya había comenzado.

Nada más entrar fuimos hasta la barra, donde cada una nos pedimos lo que quisimos, yo alcohol, bueno y ella también.

- Ey. - Klaus se me acercó por la espalda. - ¿Bailamos? - Propuso carismáticamente.

- Hasta la pregunta ofende. - Contesté.

Agarré su mano y nos dirigimos a la pista de baile, bastante llena. Él hizo que girara sobre mi misma y luego dimos torpes pasos. Cierto que papá nos hizo dar clases de baile, pero no de ese tipo de música, que era mues música de fiesta básicamente.

Estuve un rato bailando con unos y con otros, conocí a la familia del novio y me bebí dos cubatas más.

- Ocho tengo sueño. - Me avisó Liam, con cara de cansancio, miré la hora, las tres de la mañana.

- ¿Quieres irte a dormir? - Pregunté, asintió con la cabeza.

Le di la mano para que no se despistara entre tanta gente y busqué con la mirada a los novios.

- Patrick, ¿dónde puede acostarse Liam? - Interrumpí su conversación con Luther y Cinco.

- Hay una habitación reservada para niños en el hotel, en recepción te darán las llaves. - Me explicó amablemente.

- Vale gracias. - Sonreí, y tiré de Liam, que se iba a quedar dormido de pie.

- ¿Te acompaño? - Escuché la voz de Cinco.

- No hace falta pero si quieres darte un paseo. - Respondí.

No dijo nada, solo soltó su bebida en la barra de al lado, se pasó una mano por los labios y empezó a caminar a nuestro lado. Cuando salimos de la habitación donde se celebraba la fiesta me percaté del verdadero ruido que había dentro.

- ¿Me puedes llevar a caballito? - Escuché a Liam, mientras se frotaba un ojo con su mano libre.

- Claro. - Lo agarré y se subió en mi espalda, rodeando sus brazos en mi cuello y apoyó su cabeza en la mía.

Miré a Cinco, que nos miraba con una expresión que no supe descifrar.

- ¿Ocurre algo? - Quise saber.

- No, nada. - Se encogió de hombros y noté como dejaba salir un suspiro. - ¿Cómo te ha ido estos años?

- Bueno, papá me mandó a España, a una casa de acogida, me costó mucho trabajo lograr estar bien después de todo, entre tantos cambios de vivienda, los abusos de papá, lo que nos sucedió, y pues lo que lleva uno ya de por si, pero al final todo resultó salir bien. - Hice una pausa. - Luego estudiando conocí a Nolan, y a su novia, ella quedó embarazada de este enano. - Miré hacia arriba, indicando que el enano era el señalado. - Pero ella se fue, así que Nolan se hizo cargo de él, yo me ofrecí a ayudarlo, y como la vida en Canadá era más fácil, mi carrera tiene más salidas aquí y todo el rollo decidimos venirnos. Fin.

Mi amor perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora