cinco: veinticinco y ventiuno.

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–ya cariño... todo estará bien. creeme que danheng no seria esa clase de persona. debe de haber una razón por la que llega tarde a casa.– susurra kafka.

caelus quiere creerle pero no puede. hacia una hora que había peleado con danheng, al punto donde no quiso seguir escuchando las explicaciones del mayor que prefirió meter en una mochila un poco de ropa y cualquier cosa que le fuese necesario para llevarse e irse a la casa de su madre. pues, actualmente vive con danheng en casa pero estaría unos días en su antigua casa para calmar el dolor que sentía después de una discusión.
su madre se había acostado en su cama consolando al chico, que este tipo de cosas suele ocurrir muchas veces pero no había nada más valioso que hablarle y tratar de arreglar o simplemente llegar a un acuerdo. esto más que nada lo tenía en claro debido a que kafka y blade se habían divorciado y habían decidido llevar sus vidas por otro camino. si bien, blade no estaba tan presente en la vida de caelus y stelle, se esmeraba mucho en estar al tanto de la situación económica de sus hijos. pues lo que llevo al divorcio fue el excesivo trabajo de blade y la falta de amor entre ellos.

pero claro, caelus y stelle no podían opinar nada ya que eran jóvenes y en cierta parte ahora entienden lo que es tener un trabajo. lo mismo pasa con danheng.

caelus quiere explicaciones de por qué llega tan tarde a la casa, danheng le responde siempre lo mismo que eran horas extras. y aunque ambos estaban bien económicamente caelus no le creía, ¿para que querría más dinero si estaban bien?, caelus trabajaba en una cafetería como lavaplatos y si bien no era mucho el dinero que conseguía, él estaba satisfecho por que era dinero que el mismo había conseguido con su propio esfuerzo. además recibía dinero de sus becas en cuanto a sus estudios. danheng tenía un trabajo espectacular que no pasaban hambre todos los días. ellos llegaban al mes sin problema.

eran las una de la noche, no era tan tarde pero su madre se había ido a su habitación después de haberle exigió que comiera la comida. miro por la ventana de su habitación observando que había comenzado a nevar, sonrió apenas. se levantó de su cama comenzando a vestirse y ponerse su campera más abrigada para sentir el frío golpear su rostro. a ver si eso le hacía olvidar las horas de llanto en su cama.

se encontraba caminando a solas. pues a esta hora no había nadie deambulando por las calles y menos con la intensidad del frío y la nevada de la noche. a lo mejor hubiera personas si fuera de día, pero no, caelus observaba a su alrededor fascinado como la nieve caía sin parar y de a poco los objetos que se encontraban en la calle se empapaban de con la nieve. recordó sutilmente cuando solía jugar con su hermana a armar muñecos de nieve, o cuando hacía guerras de nieve con marzo y... cuando danheng se dedicaba a contar los copos que le caían en el cabello y le apartaban estos con sus dedos. borroso su sonrisa ante el último recuerdo de su novio, todo esto le recordaba momentos que atesoraba. cerro los ojos dejándose llevar por el momento, sentir tranquilidad de la noche a la vez unos pasos cerca suyo. esto lo puso alerta abriendo los ojos y girandose a la dirección del sonido. queda petrificado por lo que ven sus ojos.

danheng a unos pasos suyo, sonriendo levemente. caelus no puede evitar devolverle la sonrisa al ver su pareja ahí mismo. eso significaba que había ido a buscarlo y hablar del tema que los tenia distanciados. el mayor es el primero en dar los pasos caminando hacia caelus, acercándose lo suficiente para mirarle el rostro. notando como su sonrisa se desvanecía al darse cuenta de lo que había provocado el mayor en el menor en momentos de tristeza.

–lo siento mucho.– susurra danheng. caelus siente su aliento chocar en su rostro por la cercanía. también puede ver el aliento debido al frío provocando que este se vea.

caelus pestañea un par de veces asintiendo. también lo siente. por que a pesar de que danheng intentará explicarle la situación caelus no había querido escucharlo y hacerle caso. esto lo llevó a irse y no contestar llamadas y mensajes. el menor se acerca solo un poco más acortando la distancia abrazando el cuerpo del mayor. cerrando los ojos y liberando sus lágrimas que había retenido por un par de horas. danheng lo envuelve sin dudarlo y se quedan quietos a pesar de que la nieve comienza a cubrirlos de a poco y el calor de su cuerpo cada vez se disminuye.

–déjame mostrarte la razón por la que llegaba tarde a casa.– comienza a hablar danheng en la fría noche.

caelus se separa queriendo ver cual era la razón de sus peleas por además. el mayor le limpia las lágrimas y deja un casto beso en los labios del menor. ambos se sonríen y danheng lleva su mano en su bolsillo rebuscando algo, a lo segundos saca una pequeña cajita de terciopelo. caelus observa detenidamente lo bonita que es la caja, a pesar de que este es negro seguía viéndose bonito, además de que los copos habían comenzado a cubrirlo. danheng abre la caja mostrándose dos anillos adentro. caelus se asombra sonrojandose y mira a los ojos de su pareja esperando alguna broma de entremedio pero no ve más que una simple ilusión y respuestas positivas. no puede evitarlo una vez más y sus lágrimas caen de sus ojos, mojando sus mejillas.

–hacia horas extras por que quería comprarte un anillo bonito, proponerte matrimonio para que seas mio para siempre. pero las cosas no se vieron bien que terminamos así como estamos.– ríe torpemente danheng.

caelus se siente arrepentido. –lo siento mucho, yo... bueno, debí haberte escuchado. pero estaba muy mal creyendo que podías haberme engañado que me aferre a esa idea en mi cabeza.

–no sería capaz de serte infiel caelus, te amo demasiado y no perdería mi tiempo en alguien de una noche.– responde negando al comentario de su pareja. suelta un suspiro. –recuerdas... que había algo que decirte, ¿sobre lo que me había dicho asta?

caelus de pronto recuerda. había pasado hace años desde aquello que se había olvidado. asiente rápidamente.

–me dijiste que tenia que esperar para saber la verdad.

–sí... – asiente. –asta me había dicho que estaba enamorado de ti y que no me daba cuenta. que lo mejor era terminar y me enfocará en mis sentimientos y en como me sentía. me tomó trabajo darme cuenta mediante esas semanas que no nos hablamos. cuando lo supe me puse mal sabiendo la diferencia de edad. me esforcé mucho por cuidarte aún así y no fijarme en otras cosas en nuestra relación que el día que me pediste que te esperará creí que había sido un sueño pero la verdad era que yo estaba dispuesto a aceptar por más que haya tenido un embrollo en mi cabeza.– danheng se aclara la garganta separándose un poco de caelus, este comienza a agacharse poniéndose de rodillas. caelus lo observa con los ojos abiertos. –a pesar de ello estoy aqui de rodillas a punto de pedirte que te cases conmigo, entonces... –danheng se sonroja y vuelve a hablar. –¿te cas-

no le dio tiempo a formular la pregunta cuando caelus se le abalanzó a danheng, besando sus labios y llorando a la vez. se separó y asintió repetidas veces.

–sí, me quiero casar contigo.

danheng acomoda a caelus en su regazo y le coloca el anillo en el dedo anular, caelus hace lo mismo. este momento lo sellan con un beso sin más. disfrutando y haciendo este momento memorable que bajo la nieve y de la noche oscura, danheng le propuso matrimonio a caelus y este acepto.

FIN

𝐜𝐫𝐞𝐜𝐞𝐫 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐚𝐦𝐚𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora