LA PROMESA----- ̈Hermione X Draco Malfoy ̈

8. Confesión.

Escuche como unos pasos se acercan a mi puerta, mi corazón está latiendo a mil por minuto, siento que quiere estallar, no se en que estaba pensando cuando le dije a Draco que podía venir a estas horas, y a mi habitación, vamos a estar los dos completamente solos, la última vez que estuvimos solos el estuvo tan cerca de mi como para besarme, que será lo que pase esta noche, siento que estoy empezando a arrepentirme de mi decisión, en que rayos estabas pensado Hermione, cuando menos lo espere, el ruido de los golpes contra mi puerta me sacaron de mis pensamientos.

-Estoy aquí Granger-dijo Malfoy desde el otro lado de la puerta.

Su voz me sobresaltó y me hizo sentirme completamente nerviosa.
-sabes que Malfoy? , Creo que me precipité a pedirte que vinieras, no pensé bien las cosas, ¿que te parece si hablamos por la mañana, ya descansados los dos?- Dije con voz nerviosa.

- Me parece que solo quieres evitar que te diga lo que tú ya sabes, y me parece tonto y adorable a la vez tu modo de pedirme que me vaya-dijo Draco con voz tierna. - Estoy aquí porque tú me lo pediste, y si tú me lo pides igual me iré, no hay prisas granger.

Su inesperada caballerosidad hizo que mi corazón se acelerara, creo que merece ser escuchado, ya que vino hacia acá a estas horas.
Me paré de mi cama y caminé hacia la puerta, dude un momento en abrir, pero después de unos segundos, abrí la puerta. Mis ojos de posaron el Malfoy, vestía con una pijama de seda, una tela negra que lucia sumamente costosa, tenía un pequeño bordado aún lado del pecho, una pequeña M, supongo que es el emblema de la familia Malfoy, traía puestas unas pantuflas negras, que aunque fueran zapatos de estar en casa, se miraban elegantes.

Yo me había puesto una bata de dormir nada especial, de color rosa pastel, mis pantuflas de conejito en mis pies, y mi cabello suelto, más esponjando que nunca.
-bueno será mejor que pases antes de que alguien se de cuenta de que estás aquí- le dije al rubio mientras el entraba a la habitación,
Cerré la puerta tras su entrada.
-entonces, por fin lo haremos...- dijo Draco un poco sonrojado.

- haremos que?!- dije poniéndome rígida de golpe, poniendo mis manos cruzadas en mi pecho, tratando de cubrirme aun más de su vista.

-pues hablar, o ¿que es lo que estás pensando tú granger?- dijo el con una sonrisa maliciosa.

-Si, si hablar.-dije avergonzada.
Hubo un silencio en la habitación, nuestras miradas evitaban cruzarse por lo raro de la situación, pero más que nada sentía que si lo miraba a los ojos me pondría aún más nerviosa.

- Bueno, voy a ir al grano,- lo mire con sorpresa- aunque creo que tú ya sabes, Tu...me gustas, me gustas mucho, desde hace tiempo de hecho, más de lo que me gustaría admitir, no por que el quererte sea malo, sino por mi comportamiento contigo, se que no a sido congruente.

-La verdad nada congruente- le dije- tu me has atormentado desde niños, me has hecho miles de bromas, a mi y a mis amigos, me llamaste sangre sucia, peleaste en otro bando en la guerra, de verdad que no lo entiendo Malfoy- le dije un poco triste- Si esta es otra de tus bromas déjame decirte que por lejos es la más estupida y cruel, estoy pasando por momentos muy difíciles y sería horrible que tú te aproveches de eso.

-si las circunstancias fueran diferentes, me ofendería que dudaras de mis sentimientos, pero no te culpo por dudar, así que déjame hablar, te contaré mi historia, y así sabrás porque era un estupido, y porque ahora solo quiero ser yo mismo.
Solo asentí, me puse mas cómoda sentándome en la cama, y lo invité a sentarse en una silla en la habitación.
- yo siempre estuve solo, soy hijo único, era un niño que creció en el mundo mágico, en un estatus social elevado, donde siempre se me exigía ser perfecto, el heredero Malfoy debe ser perfecto, eso me repetía siempre mi papá.
Cuando entre a la escuela, mi objetivo era, entrar a Slytherin, ser el mejor de mi casa, y por supuesto, ser amigo de Harry Potter- me quede un poco asombrada, pero no dije nada para que continuara hablando- solo dos cosas salieron bien ahí, tú ya sabes cuales, como no podía ser amigo de Potter, ya que el me había rechazado, o así lo veía yo en esos momentos, iba a hacerle la vida imposible, justo como yo veía que hacía mi padre con las personas que no le caían bien, yo siempre tuve ese ejemplo, el padre autoritario, que siempre obtiene lo que sea.  Yo siempre lo tuve todo, menos amigos  de verdad, y era algo que siempre envidié de potter.