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"Profesor Wei, ¿qué opina de que las generaciones pasadas aquí en China desacrediten y culpen a la psicología de los problemas de la juventud en la actualidad?"

Wei Ying detuvo el gis en el pizarrón, lo metió al bolsillo de su pantalón y se sentó sobre su escritorio, mirando al alumno que le hizo la pregunta, dejando incompleta la oración en el pizarrón.

"Bueno... debemos entender primero el origen de su ideología. ¿Se trata de la razón o el juicio personal?" Preguntó Wei Ying.

El alumno respondió al instante: "¿Juicio personal...?"

"¿Por qué?" Repuso Wei Ying.

El grupo se detuvo a pensar un momento hasta que una chica de los asientos de atrás levantó la mano y contestó con voz insegura:

"¿Porque no tienen una base para argumentar que la psicología es el problema?"

Wei Ying le dio el visto bueno.

Otro chico respondió: "¡Porque contrasta con las viejas enseñanzas y la forma de afrontar los problemas basados en la religión!"

Wei Ying sonrió "Será más común ver a una persona refugiarse dentro de un templo, que verla ir a un psicólogo" se detuvo a aclararles que no, no tiene nada de malo ir a los templos. Son libres de hacerlo y de creer en lo que ellos quieran creer. Realmente no quisiera ser acusado por enseñarles ideas erróneas a los alumnos. No otra vez.

Incluso si las cosas estaban cambiando de nuevo y la religión y las viejas costumbres estaban volviendo, seguía siendo increíble para él seguir escuchando que cualquier malestar mental se cura con hierbas medicinales o recitando mantras en los templos. Tal vez se debía a que se había acostumbrado al pensamiento occidental.

"Recordemos que vienen de una época diferente y que muchos de ellos -aún ahora- crecieron con una espiritualidad muy arraigada. Funcionó en su momento, pero la psicología es ciencia y conocimiento, los viejos métodos que calman el alma, no funcionarán ni van a reprimir todo por siempre. Todo lo que se reprime, debe salir en algún momento."

¿Podía culparlos por pensar así?

No, no creía poder hacerlo.

Cuando cumplió dieciséis -y prácticamente huyó de su país y su familia-, vivió con el hermano de su madre biológica en Norteamérica, ambos inmigrantes ilegales en Estados Unidos durante trece años hasta que finalmente pudo volver.

Llegó a Norteamérica con un niño de un año y una inestabilidad emocional que ni siquiera sabía que tenía, negandolo por dos años hasta que cedió y lo internaron unos meses en un centro psiquiátrico para quitarle su malestar. Solía creer que sus problemas se debían a causas externas, fuerzas fuera de su control, como el destino y la mala fortuna; con el tiempo y varias sesiones de terapia en el centro, entendió que no era así. Su tío cuidó de Yuan el tiempo en el que no estuvo y al salir, sintió que veía al mundo con otros ojos.

Tenía un nuevo propósito y un gran interés por la psicología, por lo que decidió estudiar psicología en la Universidad de Chicago. Dio uno de los más grandes pasos que lo llevarían hasta este día, en el que sería uno de los primeros maestros de la recién incluida facultad de psicología de la Universidad de Gusu, de regreso a China.

"La espiritualidad, la religión, fueron las raíces y los cimientos de la forma de ver el mundo en la antigüedad, no sólo aquí, sino alrededor del mundo. Aún ahora lo son en muchos lugares, pero, les tengo una pregunta, ¿es eso suficiente para nosotros? ¿La espiritualidad? ¿No necesitamos algo más?"

Alguien levantó la mano y Wei Ying le dio la palabra.

"¿Si?" Respondió una chica.

"¿Si?" Repitió Wei Ying, sin saber a qué se refería.

Mi Corazón, Mi Trinchera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora