III

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"¡Abuela!"

La abuela Wen fue recibida por el abrazo de su bisnieto, ambos felices por finalmente poder verse. La última vez que ella -o cualquier persona que Wei Ying haya conocido en China antes de irse- vio a Yuan, era tan solo un bebé de un año. Hablaban mucho por teléfono y Wei Ying envío cientos de fotos de Yuan a través de los años; desde las fotos de su etapa de niño gordito y tierno hasta en las que finalmente empezó a dar el estirón.

Cuando mencionó que volvería a China, fue a ellos a los primeros que les habló sobre sus planes. De inmediato se ofrecieron a tenerlos en su casa, diciendo que es una casa grande y que sería bueno tenerlos a los dos y reunir a la familia. Wei Ying sabía que no era una casa lo suficientemente grande para cinco personas, que en realidad tendrían que compartir habitación y dormir en el suelo, pero accedió a ello. Hace años que anhelaba sentir el amor familiar, aún amor más amplio, más abrasador y grande del que obtuvo en América con su tío. En Chicago sólo eran tres, ahora serían cinco, una gran familia que ni siquiera comparte lazos directos con él.

Familia.

Los Wen realmente son personas a las que Wei Ying podría considerar su familia, además de sus hermanos.

Y ShiZui es familia de los Wen.

Por eso estaban ahí ahora. Estuvieron solos las dos primeras semanas de clases mientras Wen Qing y Wen Ning volvían de un seminario en Tailandia junto a la abuela, a quien llevaron para un cambio de aires y unas merecidas vacaciones.

"Nuestro A-Yuan ha crecido mucho, ¡es alto y muy guapo! Sacó mucho de su padre."

Wei Yuan no creció siendo consentido por cientos de tías ni por toda su familia, más que por Wei Ying y Xiao XingChen, pero WuXian se alegró de ver a su hijo permitir felizmente y con facilidad que su bisabuela lo abrazara y lo mantuviera en sus brazos el tiempo que ella quisiera, sin sentirse tímido ni rehusarse al contacto. Wei Ying no se había imaginado que esa era una imagen que necesitaba ver.

Wen Qing se acercó a Wei Ying, tomándolo por sorpresa cuando sintió los brazos de la mujer rodeándolo en un abrazo, ella nunca había sido de dar abrazos antes "¿Cómo estás, WuXian?"

"He tenido momentos peores" respondió él, correspondiendo al abrazo "me alegra verlos de nuevo."

Wen Ning dejó las maletas en la entrada y se adentró en la casa para saludar a Wei Ying y Yuan. Era unos años más joven que Wei Ying y Wen Qing, por lo que, cuando lo conoció hace años, solía ser bastante tímido y callado, especialmente con personas mayores que él. Parece que con los años su timidez se esfumó y trajo consigo a un joven, callado, sí, pero abierto a la gente. Wei Ying le ayudó a meter las maletas a las otras habitaciones y a acomodar las cosas de Wen Ning en la habitación que compartiría con Yuan y Wei Ying.

Yuan comentó, acomodando la mesa: "Bába preparó la cena."

"¿Quemaste algo?" Preguntó Wen Qing, revisando la arrocera.

Wei Ying posó una mano sobre su pecho, indignado "¿No puedo hacer una cena de bienvenida?" Acomodó los platos alrededor de la mesa, pasandole una cuchara a Wen Qing para que sirviera el arroz "Te aseguro que no le puse tantos condimentos."

"Nadie debería comer comida tan condimentada como tu lo haces. Espero que no le estés dando esa clase de comida a Yuan, le podría hacer daño."

"Afortunadamente no tengo el paladar de Bába" respondió Yuan.

"Mi buen paladar, hijo."

El resto dejó de acomodar la mesa para mirarlo. Wei Ying levantó las manos, rindiendose.

Mi Corazón, Mi Trinchera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora