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"Changze, bájalo de la encimera."

Wei Ying estaba meciendo sus pies, viendo a su padre formar figuras con la fruta que había cortado su madre. Se sentía más alto ahí arriba y era un lugar bastante cómodo.

"Le gusta sentarse ahí para platicar conmigo, ¿o no, A-Ying?"

Su madre les pidió que dejaran de jugar con la comida y le extendió el plato a Wei Ying para que se comiera la fruta. Ella se sentó sobre la mesa para comer un poco también.

"¿Y si se cae?"

No me caigo!" Repuso Wei Ying.

Su padre puso una mano sobre su cabeza y quitó los mechones de cabello que cubrían los ojos de Wei Ying "A-Die cuidará que A-Ying no se caiga. Mientras yo esté aquí, A-Ying no se lastimará."

Wei Ying se despertó en ese momento sentándose sobre su tendido en el suelo. Su corazón latía con fuerza en su pecho, casi sentía que estaba a punto de explotar. A veces despertaba al instante de tener esos sueños, confundido; miró el ventilador sobre el marco de la ventana, las astas dando vueltas mientras el regulaba su respiración. Yuan y Wen Ning seguían dormidos y escuchaba sus ligeros ronquidos. A pesar de lo joven que era, su hijo ya mostraba indicios de ser de los que roncan y hacen un desastre de la cama mientras duermen. Había algo sonando afuera del cuarto. Se concentró en el sonido por un momento.

El teléfono de la casa estaba sonando.

Pasó una mano por su rostro y se levantó para ir a la cocina. Se sirvió un poco de agua y levantó el teléfono para contestar.

"¿Wei WuXian?" Preguntó la persona al otro lado de la línea.

Wei Ying se congeló sobre su lugar, apoyado contra el fregadero de la cocina. Aún tenía bastante sueño y afuera ya no parecía ser de noche. ¿Qué hora era? ¿Esa persona realmente estaba hablándole a él? ¿estaba aún medio dormido que confundía las voces?

"¿Buenos... días? ¿Quién habla?" Preguntó. Necesitaba asegurarse.

"Ven a cenar el siguiente viernes. Hay alguien a quien quiero presentarte, ya es momento de que te comprometas a estar con alguien."

Para la mala suerte de Wei Ying se trataba de Yu ZiYuan. ¿Qué hora era? ¿Qué hacía esa mujer despierta tan temprano, sea la hora que sea, un sábado? ¿No podía dejar de atormentarlo aunque sea los fines de semana?

¿Y los buenos días?

Wei Ying se puso el teléfono contra el hombro y preguntó mientras abría la alacena donde había visto que la abuela y Wen Qing guardaban los frascos de medicinas "¿Ella sabe quien soy?"

Ella contestó: "Sus padres lo saben, y he logrado que accedan a que te conozca."

Como si hubiera una persona en esa pequeña ciudad dispuesta a conocer a Wei WuXian. Es casi una leyenda, pero no de las buenas. Los padres deben contar su historia a sus hijos para evitar que salgan a la calle o algo parecido, con dientes y colmillos incluidos. Debe ser lo más cercano a un demonio. De esa forma se aseguran de que les hagan caso.

"¿A cambio de qué?" Preguntó.

Madam Yu respondió: "No necesitas saber los detalles."

Encontró un frasco y le dio la vuelta para leer la etiqueta.

"¿De verdad? Presiento que uno de nosotros está siendo vendido dentro de este acuerdo que hiciste."

¿Si cuelga ahora, sería ella capaz de volver a marcar? Para empezar, ¿cómo consiguió el número de la casa de los Wen?

Mi Corazón, Mi Trinchera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora