Mi pollito | yoonmin

O4: Tiempo juntos

Jimin estaba siendo arreglado para dar un paseo con su alfa, la omega solo peinaba su cabello para que se acomodara, una vez listo sonrió levemente a la omega antes de que saliera de la habitación.

Soltó un pequeño suspiro en lo que esperaba a YoonGi, hoy iban a salir al campo de flores que no estaba tan lejos de la manada. Su alfa le prometió que hoy lo llevaría a dar un paseo.

—Pollito —Llamó el alfa entrando a la habitación, Jimin sonrió al ver a su esposo — Parece que va a llover, ¿Seguro que quieres ir?

El omega hizo un tierno puchero y caminó hasta el alfa para darle un abrazo —Lo prometiste, dijiste que hoy iríamos —se quejó.

—Se lo que te prometí y creeme que lo voy a cumplir, solo que está algo nublado — explicó mientras acariciaba el cabello de Jimin con suavidad.

—Entonces, vamos rápido por si llueve — sonrió en grande.

—¿No podemos ir otro día? —cuestionó.

—No, porque mañana te tienes que ir a ese apestoso viaje y no regresarás en dos semanas —se aferró más al cuerpo del pelinegro.

—Bien, mi pequeño pollito, vamos —sonrió levemente.

—¡Sí! ¡Vamos ir a ver las flores! —dió pequeños brinquitos.

YoonGi sonrió con felicidad al ver esa tierna imagen de su esposo, parecía un niño, uno muy lindo.

(...)

—¡Es muy bonito! ¡Mira cuantas flores! — Jimin corrió por aquel campo con una gran sonrisa en su rostro.

YoonGi lo miraba desde unos cuantos metros de distancia, no le agradaba la idea de correr por todas esas flores, para nada.

—¡Yoonie, ven! —gritó acercándose a su esposo.

—Yo me quedo aquí, estoy bien aquí —dió unas palmaditas a la gran roca en la que estaba sentado.

—Por favor, ven... Quiero correr con el amor de mi vida entre las flores —comentó mientras hacía un puchero.

—Está bien, cariño. Yo también quiero correr entre esas flores contigo —habló sujetando la mano del rubio.

Jimin sonrió muy feliz antes de jalar el brazo del alfa y empezar a correr por todo el campo. YoonGi estaba feliz, el simple hecho de ver a su omega feliz lo hacía sentir a él de igual manera.

Se detuvieron al sentir varias gotas caer en sus rostros, empezó una leve llovizna, ambos se miraron antes de que Jimin empezara a correr mientras se mojaba.

—¡Pollito! ¡Te vas a enfermar! —gritó YoonGi corriendo detrás de él.

(...)

Omega y Alfa caminaban bajo la lluvia, Jimin iba sonriendo mientras YoonGi trataba de taparlo con su saco pero al parecer era inútil ya que el omega no dejaba de moverse. Ya estaban muy cerca de su lindo hogar.

—¿Por qué te gusta tanto la lluvia, pollito? — preguntó con interés, cada vez que llovía su omega salía corriendo al patio para mojarse o simplemente se sentaba enfrente de la ventana para observar las gotas caer.

—Porque cuando nos vimos por primera vez era un día lluvioso —respondió con una leve sonrisa.

YoonGi abrió un poco su boca, no sabía que decir, él trataba de olvidar parte de aquel día. No le gustaba recordar a su omega indefenso, con poca ropa, golpeado, en celo y con mucho miedo mientras estaba empapado.

—Me alegra mucho, haber salido ese día de caza. —mencionó.

—Cuando lleguemos a casa hay que dormir abrazados, alfa —opinó para cambiar el tema, había notado que el aroma de YoonGi se había vuelto un poco agrio, su alfa siempre se ponía triste con ese tema.

—Siempre te voy a proteger, pollito —YoonGi abrazó al omega con fuerza.

—¡Atrapame si puedes! —gritó Jimin corriendo lejos del alfa mientras reía.

YoonGi negó con una sonrisa en su rostro antes de correr detrás de su omega.

Después de caminar un poco más, al fin habían llegado a su hogar. YoonGi cargaba a Jimin en su espalda ya que mientras corrían este se torció el tobillo.

—Prepara agua para los dos —ordenó el pelinegro al beta que les abrió la puerta.

—Como ordene, señor. ¿Algo más?

—Chocolate caliente, por favor— pidió Jimin.

—En un momento se lo llevamos, señor — hizo una leve reverencia antes de irse por un pasillo que daba a la cocina.

—Vamos al baño para bañarnos — habló YoonGi mientras caminaba hacia el baño.

Una vez dentro sentó a su esposo en un pequeño banco y lo ayudó a quitarse la ropa, para evitar que los empleados lo vieran después lo cubrió con una toalla.

Poco después llevaron el agua al baño, YoonGi ayudó a su omega a bañarse y después el se lavó. Luego de terminar su baño y cambiarse por una ropa calientita, fueron a su habitación, donde Jimin se cobijó mientras temblaba. YoonGi le seguía secando el cabello con una toalla pequeña para que se pudiera acostar.

—Pásame una taza de chocolate, por favor, alfa —pidió.

El pelinegro le pasó la taza con mucho cuidado, pero antes de aseguró de que no estuviera tan caliente.

—Hey, tu tienes el tuyo —se quejó con un mohín el rubio.

—Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío.

—Mejor dame besito, Yoonie — pidió.

—Todos los que quieras —Sin más empezó a dejar pequeños y delicados besos en las mejillas del rubio, no quería que este tirara su chocolate.

(...)

El alfa admiraba el bello rostro de su omega, el cual dormía tranquilamente entre sus brazos. Acarició con suavidad la mejilla del rubio para después cobijarlo más, no quería que se enfermara.

—Mi pequeño pollito, te quiero mucho — se aferró al cuerpo de Jimin —No dejaré que nada malo te vuelva a suceder. —Murmuró antes de dormirse.

YoonGi se prometió así mismo aquel día que conoció aquel omega de apenas catorce años, que lo protegería sin importar qué y más porque Jimin era su predestinado.