Mi pollito | yoonmin

11: Pollito

Jimin caminaba por aquel camino de piedras mientras miraba a su mascota, Sun. Iba ir a llevarle un poco de comida a YoonGi, hoy se quedaría hasta noche y no llegaría a comer así que quiso llevarle un poco de las galletas que horneó especialmente para él.

Se detuvo al ver varias personas reunidas viendo algo, él era una persona curiosa así que se acercó un poco. Sonrió feliz al ver que un alfa le estaba pidiendo a una omega que fuera su pareja, ambos se veían felices, decidió seguir su camino con una gran sonrisa, llegó al campo de entrenamiento, lo dejaron pasar sin ninguna queja ya que sabían que era el omega del líder.

—¡Yoonie! —gritó con una sonrisa.

YoonGi ayudó al alfa de apenas quince años a quitarse las pesas que tenía en su tobillos.

—Corre con los demás —ordenó —¿Qué hacen aquí? —cuestionó con una leve sonrisa.

—Vine a traerte galletas, se que vas a llegar hasta la noche y vine a pasear a Sun — respondió.

—¿Por qué sonríes mucho, pollito? Nunca te ví sonreír tan feliz —habló un poco celoso.

Jimin negó levemente —Ví como un alfa y omega se hicieron novios, fue muy lindo.

—Oh, vaya —susurró, ellos nunca fueron novios, solo se casaron, de hecho ni siquiera pidió su mano adecuadamente.

—Yoonie, no quiero emocionarte ni hacer falsas ilusiones pero... —Sujetó la mano de su alfa entre sus delgadas manos y la acarició —¿Puedes oler... Aquí? —señaló su cuello.

YoonGi volteó a mirar a todos lados, al ver que había una que otra persona mirando, tomó la correa de Sun y con su otra mano sujetó la mano del rubio para llevarlo a su oficina que se encontraba a unos metros de donde estaban.

Llegando a su oficina empujó con delicadeza a su omega en el pequeño sofá y después se sentó.

—¿Aquí...? —Tocó el cuello del menor donde estaba la marca —¿Sucede algo con la marca?

—Solo... ¡Huele! —hizo un mohín.

YoonGi se acercó y empezó oler, olía a vainilla. Dió un pequeño beso y siguió oliendo, tal vez su omega notó un olor extraño; abrió sus ojos con sorpresa al percibir un leve toque de leche, el aroma era muy leve pero ahí estaba.

Se separó con un leve sonrojo en su rostro antes de acariciar la mejilla de su esposo.

—¿Estás... En cinta? —cuestionó.

—Supongo, pensé que el aroma solo lo sentía yo pero si tú lo hueles también, hay una gran posibilidad de que aquí haya un cachorrito —habló mientras señalaba su vientre.

—Hay que esperar un poco más para estar seguros —besó castamente los labios del omega.

El pelinegro vio como al rubio le dieron escalofríos, corrió hasta donde tenía su abrigo y se lo colocó al omega.

—No, Yoonie... Creo que aquí es muy frío, estaré bien —habló.

—No quiero que te enfermes pollito, yo puedo aguantar el frío pero tú no, recuerda que te enfermas con facilidad —mencionó con una sonrisa.

—Entonces, regresaré a casa temprano. Tú también trata de llegar temprano a casa, cariño —abrazó a su esposo —Estaré esperándote en nuestra habitación.

YoonGi unió sus belfos con los del contrario antes de que se fuera.

(...)

Jimin estaba con su pijama ya puesta y arropado entre las cobijas mientras veía a su cachorro dormir en su cama, la cuál estaba cerca de la puerta. Sonrió al escuchar pasos cerca, a sus fosas nasales llegó el dulce aroma a café, se levantó de la cama mientras esperaba que su alfa cruzara la puerta. Se sorprendió cuando vio como su alfa entró a la habitación con un gran ramo de rosas y sus panecillos favoritos.

—¿Yoonie?

—Pollito, toma asiento... —pidió mientras el se arrodillaba.

—¿Qué haces? —preguntó confundido.

—Pollito, desde la primera vez que te ví quedé enamorado de tu belleza. Nos fuimos conociendo poco a poco y cada día que pasaba me enamoraba más de tí —sonrió dulcemente —Eres un omega perfecto, soy muy afortunado de tenerte. Park Jimin, ¿Me permites ser tu novio?

El rubio estaba confundido, ¿Por qué su esposo decía eso?

—¿Yoonie?

—Déjame ser tu novio, omega —le entregó las rosas.

—Está bien, seré tu novio —habló, confundido, dejó el ramo a un lado para ver el rostro sonrojado de su tierno alfa.

—Se que estás confundido —soltó una pequeña risita —Nunca te pedí que fueras mi novio y tampoco te pedí matrimonio adecuadamente —abrazó al rubio.

—Eres muy lindo, Yoonie —besó las mejillas del pelinegro — pero ya es un poco tarde, ya somos esposos —levantó su mano para que YoonGi viera aquel anillo que él mismo eligió para su pollito.

—Te amo, pollito —lo cargó al estilo nupcial y empezó arrullar.

—¿Soy un bebé? —cuestionó entre risas.

—Eres mi bebé. Mi pollito —respondió con una sonrisa.

Jimin se aferró a YoonGi mientras olía aquel aroma a café, ese que tanto le encantaba. Se sentía muy tranquilo entre los fuertes brazos de su esposo, amaba mucho a su esposo, siempre tratando de protegerlo y cumpliendo todos sus caprichos.

Pasaron unos minutos en los que YoonGi lo estuvo arrullando, esos minutos fueron suficientes para que Jimin se quedara dormido. El alfa sonrió tiernamente mientras acostaba con delicadeza el cuerpo de su esposo en la cama. Lo arropó muy bien ya que hacía mucho frío y no quería que se enfermera, por último dejó un pequeño beso en la frente del rubio antes de salir de la habitación para ir a comer algo.

(...)

YoonGi entró a la habitación tratando de no hacer mucho ruido para no despertar a su esposo. Empezó a cambiar su ropa por una pijama que era igual a la que traía el rubio, una vez ya listo se acostó al lado del omega y se cobijó él mismo mientras abraza el cuerpo de su esposo.

—Espero que muy pronto tengamos cachorritos —Murmuró empezando a oler el dulce aroma a vainilla que desprendía Jimin.

Vió como el cachorro se subió a su cama y se acostaba como si nada en la parte de la abajo.

—Tú tienes cama, Sun —Regañó YoonGi.

El perro lo ignoró y no se movió ni un centímetro a pesar de que YoonGi movía su pie, este no se movía.

—Bien, duerme aquí —dijo ya rendido.

El cachorro se levantó y se acomodó mejor en la cama, YoonGi miró indignado al cachorro.

Negó levemente mientras abraza más al rubio con mucha delicadeza.