O5: Lo extraño

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Jimin no había querido salir desde que su esposo salió de viaje para reunirse con líderes de otras manadas. Los empleados le dejaban su comida afuera de la puerta ya que no quería que nadie invada ni dejara su aroma en la habitación.

Extrañaba mucho a su alfa, aquel aroma a café y todos esos mimos que recibía por parte del alfa.

—Creo que mi celo es hoy... —Murmuró con tristeza mientras abrazaba un oso de felpa, si mañana era su celo tendría que hacer un nido para no sentirse solo.

Se paseó por la habitación sin saber qué hacer, no quería salir de su ‘refugio’  ya que muchos omegas y betas lo odiaban y sin YoonGi en el territorio estaba seguro que esas personas le harían daño y nadie lo defendería.

Ya era medianoche así que decidió salir de la habitación, volteó a mirar el pasillo asegurándose de que nadie estuviera cerca. Una vez se aseguró de eso caminó de puntillas y lentamente mientras se dirigía al cuarto de lavado, donde estaba seguro que estaría la ropa sucia de su alfa. Llegó al cuarto y empezó a buscar la ropa que todavía tuviera impregnado el aroma de su alfa, tomó varias prendas antes de salir de ahí corriendo y volver a encerrarse en la habitación, dejó la ropa a un lado y volvió a salir del habitación pero esta vez caminó hasta dónde guardaban toda la ropa de él y su alfa, comenzó a agarrar la ropa que tuviera el aroma a café.

Una vez con toda la ropa que creyó suficiente, fue a su habitación y comenzó hacer un nido para no sentirse solo y por si se llegara a adelantar su celo.

Después de varios minutos el nido ya estaba listo así que se acurrucó en el y se cobijó para descansar.

(...)

—Líder, dentro de dos días llegaremos al territorio, tranquilo —habló un beta — Estoy seguro que su omega está bien, si algo le llegara a pasar usted lo sabría por la marca.

—Lo sé pero me es inevitable no preocuparme por él y más sabiendo como los omegas son con él —dijo.

—Siempre me he preguntado, ¿Por qué lo trata con cierta indiferencia enfrente de los demás cuándo lo ama mucho? —Cuestionó con miedo a que el alfa se enojara con él y le pusiera un castigo.

—La gente es muy mala, lo hago para protegerlo. —respondió —Si llega haber en el futuro problemas con las manadas estoy seguro que se llevarían a Jimin, así que lo trato con inferencia para que piensen que no me afectaría en lo más mínimo que se lleven a mi esposo —trató de explicar.

—Oh, entonces lo trata así enfrente de todos para que no sepan que su omega es su debilidad y no corra ningún riesgo — comentó.

—Sí, de hecho por eso nadie del territorio a excepción de algunos empleados de la casa saben que Jimin tiene mi marca —dijo.

—Rompió muchos corazones cuando anuncio que el omega que rescató era su esposo —soltó una pequeña risita —había omegas llorando por doquier.

—Planeaba mantener eso en secreto y que nadie supiera pero me gusta salir con Jimin a pasear por el territorio —comentó.

—Su esposo es muy bueno con todos y nunca le ha hecho nada a nadie, no sé porqué lo odian tanto.

—Envidia.

El beta asintió levemente mientras miraba a su líder, decidió no hablar más ya que no quería ser un entrometido. Tal vez el alfa no quería hablar con él de nada que estuviera relacionado a su omega.

—Lo extraño mucho. —habló YoonGi.

—Tranquilo líder, cada vez estamos más cerca. Sea paciente.

(...)

Jimin corría lo más rápido que sus piernas le permitían, hoy con tan solo catorce años se presentó su primer celo como omega. Su tía esperaba que fuera un alfa pero cuando se enteró que era un omega no dudó ni un poco en mandarlo a una subasta. En su manada era muy común ver este tipo de subastas, la mayoría de omegas de catorce y quince años eran subastados en ese sitio con hombres que sobrepasaban los cuarenta. Antes de ser subastados primero los agredían tanto física como mentalmente y en algunos casos los violaban para "probar la mercancía".

En su manada los omegas no valían nada.

Por suerte logró escapar del sitio antes de que lo entregaran a un beta de cincuenta años que había pagado por él, hoy había una tormenta así que se le dificultaba correr, además no traía calzado, solo traía una camisa puesta ya que fue lo único que encontró en aquella habitación donde lo dejaron completamente desnudo. Su cuerpo estaba lleno de hematomas, por su rostro se deslizaban lágrimas, tenía mucho miedo de estar solo en aquel bosque semidesnudo y en celo pero era preferible a estar con ese degenerado.

Se sentó debajo de un árbol para descansar un poco, se asustó al escuchar ladridos no tan lejos de él. Se asustó al pensar que esos señores lo habían seguido y ahora tendría que regresar a ese lugar. Se hizo bolita mientras lloraba más fuerte, no quería regresar, aparte de que todavía estaba en celo.

—¿Quién eres?

Jimin levantó su cabeza para mirar a la persona enfrente de él, un alfa. ¿Cómo lo supo? Por el fuerte aroma que desprendía y su complexión.

—No me haga nada malo... Se lo suplico — pidió.

—¡Joven Min! ¡Tenemos que regresar antes de que la tormenta sea más fuerte! —gritó un beta arriba de un caballo.

YoonGi estaba embobado con la belleza del chico enfrente suyo, no sabía el porqué su lobo saltaba de felicidad al ver aquel omega. Soltó un quejido al sentir de un momento a otro calor, su celo se había adelantado y no sabía porqué, su celo fue hace apenas cuatro meses.

—¿Por qué estás aquí? —cuestionó.

—Huyo...

—¿Hiciste algo malo? —preguntó quitándose su abrigo para ponérselo al omega y que este dejara de temblar por el frío.

Jimin negó con su cabeza con timidez, el aroma del alfa era muy embriagante y solo provocaba que de su ano saliera más lubricante.

—¡Joven, deje a ese omega y vámonos! ¡Su padre se va a preocupar!

—¡Lárgate si quieres! ¡No voy a dejarlo aquí! — gritó enojado, vio como el beta solo agachó la cabeza e hizo una reverencia.

El omega agachó su cabeza y comenzó a temblar, el tono de voz que uso el alfa le provocó escalofríos. YoonGi al notar eso, se acercó al omega y acarició su mejilla.

—Ven conmigo... —pidió.

Jimin miró al alfa y desde que lo miró no sabía porqué pero su lobo le decía que tenía que confíar en él. El rubio abrazó al alfa con fuerza, YoonGi lo cargó al estilo nupcial mientras caminaba a su caballo. Con ayuda de un beta subió al caballo, abrazo al omega y lo tapó muy bien para evitar que se empapara más.

Jimin miraba con admiración al alfa, se aferró al pelinegro que lo salvó.

Mi pollito | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora