Alvaro:-¡Estoy arto Hector!- reprimi un gemido ahogado mientras el enlineaba el polvo blanco.
-Ya esta tu parte.- ignorando mi comentario anterior, señalo el contenido de la mesa que no podía resistir. -Yo creo que tienes suerte- tosió y se dejo caer en el pequeño sillón de este sucio escondrijo, recargo su cabeza hacia atrás y fue ahí donde el comenzó su viaje.
-¡Imbécil, me hubieras esperado!- le patie la pierna pero el solo río suavemente, comenzó a estirar sus manos y brazos para tratar de alcanzar algo en el techo, algo que obviamente solo el veía.
Hector Ordoñez era un chico mayor que yo por un año, es decir, el tenia dieciocho y yo diecisiete. Lo conocía desde que entre a la secundaria, el tuvo que repetir primer año, y para mi ... ¿buena suerte?... entro en mi salón. Sus papás son el antónimo de los mios, (según de viva voz de Hector) lo asfixian, siempre lo están localizándolo y verifican que sus estudios sean de lo mas adecuados y como es hijo único...
Me incline sobre la mesa para aspirar mi porción. Y mi parte del viaje comenzó.
Samanta:
-Haz estado bastante extraña Samanta. ¿Ya di que te paso?- termine de guardar mis libros en mi mochila y tome mi balón de fútbol que se rodaba por el suelo.
-No me ha pasado nada, solo...- tengo que mentir, detestaba mentir -estoy cansada.- mis "amigas"(mejor dicho, las barberas), fingían preocuparse. Las odio.
-Que bueno que solo sea cansancio.- dijo Mónica, pero con cada palabra suya, podía paladear su veneno. No solo era una... todas las que se decían llamar mis amigas... Todas mentían. Me levante y comencé a caminar rumbo a la salida, mientras el grupito de "amigas" me seguían. Sabia todo lo que ellas decían a mis espaldas; que solo por ser la hija del director me regalaban calificación, que me acostaba con el entrenador de fútbol para que me eligiera a mi, que era la consentida de mi padre (eso ultimo si era una reverenda tontería) o que yo hacia brujería, por eso era tan bonita y en todo me hiba bien (acaso no conocen la palabra "esfuerzo").
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¡Solo es obsesión!
Dla nastolatkówSamanta tiene una extrema obsesión por Alvaro, que solo demuestra cuando esta a solas con el, por lo tanto creen que Alvaro miente acerca del acoso que recibe.