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Celia jamás había sido alguien de muchas amistades, su círculo social se reducía a Tom, Georg, Gustav, Bill, las esporádicas visitas de su hermano, Sharon y finalmente Karl, el manager de Tokio Hotel.

Cuando llego a su departamento lo primero que hizo fue irse a duchar, quería estar lista para cuando su novia y mejor amigo llegaran a cenar. Cuando se arreglo opto por un delicado vestido morado claro junto a un lazo en su cabello, preparo su cena pues ella no podía descuidar su dieta, arregló la mesa de la sala y encendió el clima, temperando el espacio.

Después de una hora y media la puerta de su departamento estaba siendo tocada. Ella se apresuró a abrir, recibiendo con una sonrisa a Tom, dejando un pequeño beso en sus labios para luego saludar a Bill, quien le dio un abrazo. Los gemelos Kaulitz ingresaron al departamento caminando hasta la cocina.

—Trajimos pollo frito y cerveza.—Aviso Tom, olvidando por completo que su novia no bebía ni comía frituras. Para Celia aquello era normal, Tom siempre olvida ciertas cosas.

Celia solo sonrió.

—Te compre una ensalada vegetariana, tiene pocas calorías.—Dijo Bill mientras dejaba una bolsa negra sobre la mesa de la cocina. —En vez de pollo, tiene tofu.

—Gracias Bill.

Tom comenzó a sacar unos vasos de la repisa y llevandolas hasta la sala.
—¿Cómo te fue en tu ensayo?—Le preguntó el chico a su novia cuando regresaba a la cocina en busca de unos platos.

Celia no le había contado a ninguno de los chicos que ella sería el papel protagónico de aquel baile que tanto ensayaban hacía ya un mes y medio.
—Oh, genial. Nos dejaron ir antes, la profesora estaba contenta.

—¿Podremos ir a verte?—Pregunto Bill mientras acomodaba la comida de Celia en un plato.—Me encantaría verte bailar.

La castaña clara asintió, camino hasta la sala y se acomodó en uno de los sillones.
—Claro aue sí, me encantaría que me fueran a ver al resital.

Tom tomó asiento al costado de su novia, depositando un beso en su mejilla.
—Ahí estaré, en primera fila, con un ramo de tulipanes.



La velada fue agradable, la habitación estaba temperada debido al clima que Celia no había apagado.
Aunque debido a esto, Tom había empezado a tener calor y se había retirado el poleron, quedando en su playera negra.
—Deberías apagar el clima.

Celia lo observó, el chico tenía sus mejillas rojizas debido al alcohol que había estado tomando. El de rastas aparto un poco su playera, dejando ver algo que provoco que el estómago de Celia se revolviera, un chupeton.
Bill notó aquello, y le hablo a la chica para distraerla.
—¿Qué harás mañana?—Preguntó.

—Nada, tenemos descanso. La profesora dijo que a pesar que quería que todo fuera perfecto, no le servíamos si alguno sufría algún daño.—Contesto, apartando la mirada de su novio y observando una planta que estaba en la esquina de la sala.—Iré a buscar un sueter a mi habitación, ya vengo.

La chica se levantó y camino hasta su habitacion. En ese momento Bill le lanzó una pelota de papel a su hermano.
—Eres idiota, se te vio esa cochinada.

Tom le dio un sorbo a su cerveza.
—¿De qué hablas?

Bill bufó.
—Ese maldito chupeton que tienes en el pecho, imbecil. Celia lo vio, ¿por qué le haces eso?

Tom levantó los hombros, él no negaba que quería a la chica, era sumamente linda, tenía un físico exquisito, una personalidad hermosa, pero era muy infantil.
—No sé, por un momento quería estar con una mujer, y no con una niña.

Bill se enfureció, Celia era la chica más dulce que había conocido, no se había acercado a ellos en busca de provecho. Ella se había enamorado de su hermano por como era, cosa que sorprendía al menor. Pues el no podía negar que su hermano gemelo muchas veces era un grandísimo idiota.


Celia estaba en su habitación, sentada sobre la orilla de su cama intentando controlar su respiración. Debía estar equivocada, tal vez había visto mal.
—Sí... tal vez vi mal, Tom no me sería infiel, él me ama.

Se dijo a si misma convenciendose, caminó hasta su ropero y de este saco un sueter blanco, colocándoselo y yendo nuevamente a la sala donde le esperaban Tom y Bill.

El resto de la noche Celia había permanecido algo incomoda, a pesar de que quería autoconvencerse de que todo era algo creado por su cabeza, sabía que no era tan así. Tom tenía fama de mujeriego, sí. Pero ellos tenían una relación, él no sería capaz de engañarla, ¿cierto?
Tom ignoraba por completo el hecho de que su novia había evitado por completo el contacto visual, y Bill podía percatarse como cada cierto tiempo los ojos de Celia parecían cristalizarse.

Para Celia, Tom era el chico ideal, no, no era perfecto. Pero ella amaba mucho a su novio, tal vez incluso más de lo que se amaba a si misma.

—¿Quieres hacer algo mañana?—Le pregunto la castaña clara a su novio.

Este tartamudeo antes de responder.
—Tengo que hacer algunas cosas durante el día, pero... podrías salir con Bill, el tiene tiempo libre.

Bill asintió rápidamente mientras le sonreía a la chica, quién apesar de sonreír tenía una pequeña mirada penosa.
—Bueno, mañana nos organizamos entonces Bill, ¿te parece?

—Sí, podrías acompañarme a comprar algunas cosas, será divertido.

Celia solo asintió.

Tom sonrió, realmente le agrdaba el hecho de que Celia y Bill se llevaran bien, deposito un beso en la frente de su chica para luego levantarse e irse al baño.

—Te he notado extraña, ¿pasó algo?—Pregunto Bill mientras se sentaba al costado de la chica. Esta negó mientras dejaba caer su cabeza en el hombro de su amigo.

—Todo esta de maravilla.—Respondió.

Celia adoraba los pequeños momentos que pasaba junto a Bill, el chico le entendía siempre, apoyaba e incluso aconsejaba.
Bill era un chico perfecto.

𝗧𝗛𝗘 𝗛𝗘𝗔𝗥𝗧 𝗪𝗔𝗡𝗧𝗦 𝗪𝗛𝗔𝗧 𝗜𝗧 𝗪𝗔𝗡𝗧𝗦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora