ÉXODO
En la primera parte.
El protagonista de nuestra historia, caminó por 25 años por su planeta, un lugar donde el sol había derretido los polos, el mar se elevó hasta dejar nada a la vista y finalmente la temperatura de la tierra evaporo el agua. Su madre y muchos otros sobrevivientes perecieron en la larga travesía que emprendieron junto a un astronauta que venia del planeta tierra.
Su planeta estaba muriendo y solo él y un par más de supervivientes salieron de aquel planeta dejando atrás un sinfín de otros, su destino era el planeta tierra, pero no sabía que deparaba el destino
Parte II
1
—Nivel de oxígeno en nivel crítico.
La voz femenina robótica de la nave espacial resonaba con una serenidad inhumana, flotando en el aire como un eco etéreo. Cada palabra era pronunciada con una precisión milimétrica, sin variaciones de tono ni inflexiones emocionales.
Su timbre metálico y distante transmitía una sensación de autoridad y control absoluto a través de los altavoces de la máquina espacial, envolviéndome en una serenidad acogedora y a la vez imponente. Era como un susurro melódico que se deslizaba en mis oídos, llevándome a un estado de tranquilidad en medio del vasto cosmos.
A medida que sus palabras se desvanecían en el silencio, dejaban una estela de resonancia en el aire, como si estuvieran impregnadas de un conocimiento ancestral y una sabiduría inconmensurable.
La cabina del trasbordador espacial, envuelta en una penumbra inquietante, rechinaba con el tenue zumbido de los sistemas que luchaban por estabilizar activos. El aire, viciado y cargado de un sutil aroma metálico, se volvía cada vez más escaso, como si el susurro de la vida misma estuviera desvaneciéndose en el espacio.
Las luces intermitentes, que alguna vez habían iluminado con orgullo los rostros esperanzados, ahora titilaban con debilidad, como estrellas agonizantes en un oscuro firmamento. Las pantallas, una vez vibrantes y llenas de información vital, parpadeaban con indicadores de alerta y números descendentes que anunciaban la mengua del oxígeno restante.
Cubiertas de una fina capa de hielo, las paredes, revelaban el cruel destino que acechaba en el vacío de este nuevo mundo. Las gotas de condensación se aferraban desesperadamente a su frío refugio, como si supieran que pronto todo se convertiría en un silencio gélido y desolado.
Mi respiración entrecortada, pesada y llena de ansiedad, colmaba el ambiente, grabándose con cada bocanada que el tiempo se agotaba. Mis manos temblorosas buscaban cualquier superficie para aferrarse, como si la propia nave fuera la única esperanza que nos quedara.
El silencio opresivo se rompía ocasionalmente con el crujido metálico de los paneles, testigos del estrés extremo al que estuvieron sometidos con el descenso brusco. El asiento del piloto, desgastado y marcado por años de misiones espaciales, parecía implorar piedad mientras sostenía a su ocupante con una mezcla de firmeza y desesperación. Jow había muerto, atravesaba un metal grueso aquel asiento de principio a fin y la sangre flotaba por varias partes.
En medio de la escasez de oxígeno, los ojos de los demás astronautas brillaban con una determinación inquebrantable, también estaban muertos. Sus miradas, llenas de coraje y resiliencia quedaron perpetuas y reflejaban la lucha incansable por la supervivencia en un entorno implacable. A pesar de la adversidad, no me rendí, resistí hasta el último aliento mientras el tiempo se desvanecía en la oscuridad de un mundo que era la tierra, estaba seguro.
Finalmente, se me ocurrió la genial idea de preguntar a la nave donde estábamos y en qué condiciones nos esperaban para poder sobrevivir, su respuesta me sorprendió.
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DISTÓPICOS: VOLUMEN II
Science FictionDistópicos: volumen II viene a continuar con lo hecho en el volumen I. Como en el primer libro, acá nos sumergimos en 8 mundos distópicos futuristas. cada capitulo en un mundo nuevo por conocer. ninguno se relaciona con el otro, pero si continua con...