JESS: 2065

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JESS

Prologo.

En el año 2030, Jessica, una joven de 25 años, se encontró inmersa en un mundo en constante evolución y avance tecnológico. Era una época donde el futuro parecía prometedor y lleno de posibilidades. La sociedad se sumergía en la era de la inteligencia artificial y la interconectividad, donde la realidad virtual y la robótica eran parte de la vida cotidiana de Jess.

Jessica, apasionada por la tecnología y el progreso, se dedicaba a investigar y desarrollar nuevas aplicaciones y sistemas de inteligencia artificial. Era una mente brillante en un mundo centrado en la innovación y la vanguardia tecnológica. Su energía y curiosidad la impulsaban a explorar los límites de la creatividad y a contribuir al futuro que se desplegaba frente a ella.

Sin embargo, un evento fatídico cambió el curso de su vida. Tras un incidente catastrófico, Jessica quedó atrapada en un estado de hibernación, una cápsula que la mantuvo en un sueño profundo durante 25 años. El mundo que conocía y en el que había dejado su huella había sufrido una transformación desgarradora.

Al despertar, la muchacha se encontró en un paisaje desolado y devastado, muy lejos de las promesas futuristas que una vez contempló. Los edificios estaban en ruinas, la naturaleza reclamaba su territorio y el aire estaba impregnado de un aura de desesperación. Jess se dio cuenta de que había sido catapultada hacia un futuro pos apocalíptico, donde la humanidad había sucumbido a su propia autodestrucción.

Con su mente llena de preguntas y su corazón lleno de incertidumbre, ella se prepara para enfrentar un nuevo desafío: adaptarse a un mundo que ha cambiado fuerte mientras dormía. El destino la ha despertado en un momento crucial, donde su sabiduría y habilidades podrían marcar la diferencia en la lucha por la supervivencia y la reconstrucción. Con coraje y determinación, se dispone a descubrir su propósito en este nuevo mundo y a enfrentar los desafíos que se avecinan.

Capítulo 1

El laboratorio está ubicado en una habitación oscura y húmeda. Las paredes están cubiertas de moho, circuitos, perillas y la pintura descascarada. El aire huele a humedad y a químicos fuertes. Las luces parpadeantes y amarillentas apenas iluminan el lugar, creando sombras inquietantes en cada rincón.

En el centro del laboratorio hay una capsula de acero oxidado, rodeada de equipos desgastados y cubiertos de polvo. Hay botellas de vidrio rotas y derramadas por el suelo, y jeringas oxidadas tiradas por todas partes. Una pequeña nevera antigua se encuentra en una esquina, llena de frascos con líquidos desconocidos y etiquetas ilegibles.

En una esquina hay un armario de madera maciza con cerradura, que parece haber estado ahí durante décadas. En el estante superior, se pueden ver botes y recipientes con etiquetas manuscritas de "sustancias peligrosas" y "material altamente inflamable". El armario está cubierto de polvo y telarañas, y emite un olor extraño.

El ambiente del laboratorio es opresivo y parece estar impregnado de una sensación de peligro inminente. El lugar parece abandonado y desolado, como si algo terrible hubiera ocurrido allí hace mucho tiempo. En general, este laboratorio lúgubre y sombrío inspira una sensación de misterio y de peligro.

De pronto, la cúpula que estaba en el centro emano un ruido aterrador, un rugido que provino con un grito desesperado y desgarrador de alguien que estaba ahí, atrapado por mucho tiempo.

A oscuras, ella no entendía si era una turbulencia o una emergencia o simplemente lo cotidiano de la vida. Su mente estaba difusa, el sonido a sus oídos entraba acoplado y su espalda le dolía cuando intento sentarse en la camilla que en realidad no era una camilla sino una cúpula de hibernación.

DISTÓPICOS: VOLUMEN IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora